• La moneda británica, bajo presión tras los decepcionantes datos macroeconómicos
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El ‘billete verde’, poco a poco, ha ido recuperando músculo entre los inversores del mercado de las divisas que han conducido a la moneda de EEUU a su máximo de ocho semanas contra el yen en la pasada madrugada. Mientras tanto, se han mantenido cautos ante el euro después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, no ofreciera señales de que el banco central se plantea un cambio en su política monetaria en el corto plazo. La divisa comunitaria trata de reestructurarse al alza desde el soporte en los 1,0850 dólares, pero la gran protagonista de la jornada es la libra que ha cedido hasta mínimos de una semana tras el 'súper jueves' del Banco de Inglaterra (BoE).

El banco central ha mantenido los tipos de interés sin cambios en el mínimo histórico del 0,25% y también ha dejado intactas sus compras de activos por valor de 435.000 millones de libras mensuales. El regulador sí ha revisado al alza sus perspectivas de inflación para 2017 y ha anunciado que prevé que los precios avancen hasta el 2,7% este trimestre, por encima del 2,4% previsto en febrero. Además, ha señalado el regulador que prevé que sigan subiendo por encima de su objetivo del 2% en los próximos meses hasta alcanzar una cifra “ligeramente por debajo del 3% en el cuarto trimestre”.

La decisión se ha tomado por 7 votos a favor y uno en contra, el de Kristin Forbes, ante la decepción de los inversores que esperaban que al menos otro miembro el Comité de Política Monetaria del BoE se uniera al bando de los 'halcones'. La reacción de la libra no se ha hecho esperar y la divisa británica ha llegado a caer un 0,8%, hasta precios por debajo de los 1,2850 dólares, desde donde rebota ligeramente.

Además de la publicación de la decisión de política monetaria del Banco de Inglaterra (BoE), la divisa británica se ha mantenido muy ocupada también con la publicación de los datos de producción industrial y manufacturera. A pesar de que los datos de los PMI de la semana pasada sugerían una mejora de la economía de Reino Unido, las cifras de hoy han contado una historia muy diferente. La primera, inesperadamente ha caído tres décimas en rango mensual, hasta el -0,6%, mientras que la segunda ha dejado un resultado peor de lo esperado del -0,5%. Ninguno de estos datos ha sido celebrado por la libra, que también se deja un 0,4% contra el euro, hasta las 0,8440 libras.

Por otra parte, analistas como Hussein Sayed de FXTM no esperaban demasiada acción por parte del BoE ya que “hay pocas razones para que el BoE cambie su orientación en estos momentos”. El experto espera que el organismo se mantenga en modo de espera “hasta que haya más claridad en el escenario político y económico”.

La moneda británica bajo en foco antes de la reunión del Banco de Inglaterra (BoE)

Por este motivo, Sayed no cree que la libra “ofrezca muchas posibilidades de seguir avanzando contra el dólar, a no ser que haya algunos miembros del Comité de Política Monetaria del BoE que se decanten a favor de la subida de tipos, en una señal de que los ‘halcones’ podrían acabar dominando las votaciones en el corto plazo y propiciar un incremento de las tasas”. En tal caso, el estratega de mercados de FXTM cree que el ‘cable’ (libra/dólar) podría quebrar el nivel de los 1,30 dólares.

Pero la confianza de los operadores ha vuelto a situarse al lado del ‘billete verde’ que ha vuelto a batir su marca contra el yen, hasta un nuevo máximo de ocho semanas en los 114,400 yenes, precios no vistos desde el pasado 15 de marzo. El rally en los precios del petróleo, que este jueves han extendido un 0,5% su rally del miércoles del 3% -el mayor en rango diario desde diciembre-, hasta los 50,47 dólares ha ofrecido un balón de oxígeno a los alcistas en la moneda estadounidense. El dólar ha recibido apoyo también de los comentarios del presidente de la Fed de Boston y miembro con derecho a voto del Comité de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal de EEUU (Fed), Eric Rosengren, ha abogado este miércoles por tres subidas más de tipos de interés en Estados Unidos antes de que termine el año.

Los futuros de la Fed descuentan ahora un 90% de posibilidades de una subida de tipos en la reunión de junio del banco central de los EEUU y Rosenberg ha incrementado las expectativas cuando ha explicado que sería necesario comenzar a reducir gradualmente los 4,5 billones de dólares (4,14 billones de euros) que tiene el banco central en activos. De esta forma, el presidente de la Fed de Boston ha indicado que es importante que los máximos responsables de la Fed se centren en la normalización de la política monetaria y asegura que esto solo tendrá "ligeros" efectos sobre el mercado de crédito.

DRAGHI Y EL EURO

En este contexto, el euro/dólar se mantiene lejos de sus recientes máximos, aunque ha hallado soporte e el área de los 1,0850 dólares y, según nos dice el análisis técnico, mantiene sus posibilidades de volver a reestructurarse al alza mientras no quiebre este soporte y, por debajo, el área de los 1,0800 dólares. “En tal caso, el euro podría depreciarse hasta el área de los 1,0640 dólares”, indica Michael Hewson, analista de CMC Markets.

La divisa única no ha recibido el apoyo esperado del presidente del BCE, que no ofreció sorpresas en su conferencia en el parlamento de Holanda del miércoles. Sí defendió el banquero central, una vez más, las políticas convencionales (tipos bajos) y no convencionales (compras de activos) para impulsar la inflación hacia la meta del organismo, en el 2%. El italiano ha vuelto a defender la política monetaria ultraexpansiva del BCE: "La gravedad de la crisis con la doble caída (de la economía, en 2008-2009 y 2011-2012) ha obligado al BCE a implementar instrumentos no convencionales para garantizar la estabilidad de los precios. Y nuestras medidas han demostrado ser eficaces: los datos confirman que la recuperación cíclica de la economía de la Eurozona está siendo cada vez más sólida y los riesgos han disminuido".

Analistas de Danske Bank todavía esperan que “la eliminación del riesgo del Frexit haya allanado el camino para un comunicación más contundente en la próxima reunión del BCE en junio, pero en cuanto a las perspectivas de inflación, creemos que el banco central quiere tener más información para juzgar si el último incremento se ha dado por las vacaciones de Semana Santa o a una presión al alza de los precios”.

En otros lugares del mundo, destaca Nueva Zelanda, donde el 'kiwi' (como se conoce al dólar del país) ha alcanzado un mínimo de 11 meses contra el dólar de EEUU después de que el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda haya sorprendido a los mercados al mantener un sesgo neutral en su revisión de política monetaria mientras ha mantenido las tasas de interés estables a un mínimo récord de 1,75%.

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