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La economía de Estados Unidos ha mostrado una resistencia superior a la esperada a los envites de la Fed y resto de desafíos macro que marcaron 2023, y de cara al nuevo año la gran cuestión es si será capaz de mantener el ritmo. Los analistas de Pantheon Macroeconomics consideran que el país conseguirá el tan ansiado 'aterrizaje suave', aunque aseguran que "el riesgo de recesión persiste".

En general, consideran que el acelerón que vivió el PIB estadounidense en el tercer trimestre "no se repetirá", ya que estuvo motivado por "los persistentes efectos del rápido crecimiento de los ingresos de los hogares en la primera mitad del año", que ahora comienzan a desvanecerse.

Tras el ciclo de endurecimiento de la Fed, los hogares estadounidenses "están sintiendo la presión de tasas de interés más altas y estándares crediticios mucho más estrictos", como muestra la tendencia a la baja en la venta de automóviles "a pesar de una disponibilidad mucho mejor a medida que ha disminuido la escasez de chips".

"Un stock sustancial de exceso de ahorro acumulado durante la pandemia aún permanece, pero casi todo el dinero está ahora en manos del 20% superior de la distribución del ingreso, en la que el 1% superior posee una gran proporción. Estas personas representan una gran proporción de todas las compras de los hogares, pero su gasto es mucho menos sensible al ciclo que el de la mayoría de otros hogares", explican.

De forma paralela, "las intenciones de gasto de capital empresarial han caído a nuevos mínimos, lo que indica inminentes caídas en gasto de inversión". Las cifras agregadas de gasto de capital "se han visto favorecidas este año por el aumento en construcción de instalaciones manufactureras, gracias a la Ley de Chips", pero la tasa de crecimiento del gasto ahora "se ha aplanado".

Con el apetito inversor a la baja, "los préstamos bancarios a las empresas apenas crecen en términos nominales", y las empresas que pueden obtener crédito están pagando "generosamente por él, lo que limita su capacidad para mantener inventarios y, tal vez, gente".

También preocupa la actividad del sector inmobiliario, que se encuentra actualmente "muy cerca de tocar fondo, dado el repunte en las solicitudes de hipotecas y el hecho de que las tasas hayan bajado desde finales de octubre, y la probabilidad de tasas mucho más bajas en los próximos meses".

"Mientras tanto, el efecto retardado de la caída de las ventas de viviendas en los pasados dos años deprimirá las ventas minoristas sensibles a la vivienda durante todo el próximo año", anticipan.

En el mercado laboral, "el crecimiento del empleo se está desacelerando, gracias principalmente a una contratación bruta más débil que a un aumento de los despidos, pero las personas que han sido despedidas ahora tardan más en encontrar un nuevo trabajo".

"Como resultado, el número de personas que afirman que es más difícil conseguir empleo ha aumentado considerablemente y no muestra señales de alcanzar su punto máximo. En este entorno, el equilibrio de poder en la fijación de salarios está regresando a los empleadores, por lo que los aumentos salariales se están desacelerando drásticamente", aseguran.

INFLACIÓN Y TIPOS

Los analistas de la firma consideran que la inflación mantendrá su trayectoria descendente el año que viene, y esperan que el deflactor PCE termine el año con una subida del 3,4% interanual, lo que estaría "muy por debajo del pronóstico de septiembre de la Reserva Federal, 3,7%, y medio punto menos de lo que las autoridades esperaban en junio".

"La inflación ha caído más rápido de lo que esperaban los miembros del FOMC porque pensaban que el mercado laboral tendría que debilitarse notablemente para ejercer una presión a la baja sobre la inflación a través de aumentos salariales más lentos. El mercado laboral se está reequilibrando, pero gran parte de la caída de la inflación se debe a la reversión de las distorsiones de Covid", agregan.

La caída de la inflación, aseguran, responde también a "la caída de la inflación de los márgenes hacia cero, la drástica relajación de los cuellos de botella de la oferta, la desaceleración de los aumentos de los alquileres y la repercusión de los menores precios mundiales de los alimentos y la energía".

Estas fuerzas impulsaron la inflación "mucho más de lo que implicaban los aumentos salariales", y ahora están trabajando "en la dirección opuesta"

"En resumen, la Reserva Federal ha hecho más que suficiente y tendrá que recortar las tasas el próximo año para evitar que las tasas reales aumentan demasiado, empujando la inflación por debajo de la meta en la última parte del año", aseguran.

La Fed decidirá previsiblemente comenzar a recortar los tipos de interés en algún momento del año que viene, que los analistas sitúan en marzo, con un primer retroceso de 25 puntos básicos. En general, consideran que el proceso de recortes será "rápido".

Ante este escenario, "se prevé que los rendimientos de los bonos del Tesoro caigan mucho más y la curva de rendimiento se desinvertirá, pero las perspectivas para las acciones están turbias".

"Las empresas que enfrentan una reducción del margen bruto y un crecimiento más lento del volumen necesitarán reducir los costos de la mano de obra para proteger el crecimiento del beneficio por acción, o esperar que las tasas más bajas respalden los precios de las acciones a través de valoraciones crecientes", concluyen.

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