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La economía de la zona euro todavía mantiene la cabeza fuera del agua. Pero conseguir no hundirse durante el año pasado no significa que pueda nadar tranquila. Los riesgos aún acechan bajo la superficie y "su suerte se acabará en el primer trimestre". La resiliencia mostrada hasta ahora no será suficiente para evitar una caída del Producto Interior Bruto (PIB).

Así lo creen los expertos de Pantheon Macroeconomics. "El PIB de la zona euro aumentó ligeramente en el cuarto trimestre, lo que se sumó a la imagen de resiliencia frente a la crisis energética debido a la guerra en Ucrania. Sin embargo, una mirada más cercana a los primeros detalles sugiere que el gasto de los consumidores ahora se está derrumbando bajo el peso de la caída de los ingresos reales debido a la inflación vertiginosa", dicen.

Y aunque de cara al futuro es una "gran noticia" que la caída sostenida de los precios mayoristas del gas apunte a una reducción de los riesgos a la baja de un nuevo shock en los precios de la energía, esto no bastará para evitar una caída del PIB en el primer trimestre.

"Esperamos una caída intertrimestral del 0,2% en el PIB en el primer trimestre, con riesgos inclinados hacia una caída mayor", estiman. Ya a partir del segundo trimestre, prevén que el crecimiento se recupere. Consideran que la actividad ahora está tocando fondo, mientras que prevalecen los riesgos a la baja debido a un endurecimiento de la política monetaria más agresivo y al riesgo de precios mayoristas de gas más altos a medida que la demanda de EEUU se recupere una vez que comience la reconstrucción del inventario antes del invierno 2023-2024.

Una visión similar es la que tienen, por su parte, los expertos de Oxford Economics, que opinan que "aunque la actividad se está recuperando lentamente, los vientos en contra siguen siendo significativos". Y destacan que todas estas mejoras provienen de un punto de partida débil, por lo que enfatizan: "La eurozona aún no está fuera de peligro".

"Si bien evitó una contracción en el cuarto trimestre de 2022, esto fue en gran medida solo nominal, ya que la contracción de la demanda interna parece haber sido compensada por un comercio neto positivo, que a su vez fue impulsado más por la reducción de existencias de las empresas y la débil demanda de importaciones a medida que la economía mundial continúa desacelerándose", añaden.

A lo largo de 2023, vaticinan que el crecimiento será "decepcionante" dada la inflación aún alta, el endurecimiento de las condiciones financieras y el débil crecimiento global.

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