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Mobile World Congress (MWC) 2019DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS - Archivo

Cuando se toca el tema de la continuidad del Mobile World Congress en Barcelona (MWC), la clase económica y empresarial catalana no esconde que vive con el corazón en un puño. La idoneidad de la capital catalana para albergar uno de los mayores certámenes de nuevas tecnologías del mundo se ve cuestionada año tras año, ya sea por las dudas en el compromiso del consistorio de Ada Colau, por las huelgas de transportes públicos, en especial del taxi, o por el 'procés' independentista.

Con la edición de 2020 a las puertas y las negociaciones para la renovación hasta 2028 en ciernes, Fira de Barcelona y la fundación Mobile World Capital se esmeran para que todo salga redondo. Mucho depende del éxito de esta edición, reconocen, ya que las conversaciones con GSMA, entidad que funciona como una patronal del sector, arrancarán este año, con los números del certamen en la mano. La decisión llegará en 2021, con toda probabilidad, y a Barcelona le ha salido más competencia. Además del conocido interés de París o Lisboa, ciudades que los organizadores contemplaron como destinos en 2017 tras el referéndum del 1-O, Madrid ha elevado su apuesta para robarle el congreso a la ciudad condal.

Según fuentes empresariales de alto nivel, sólo la mediación del presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, evitó que el evento se mudara hace dos años. En aquel momento, la capital estatal ni aparecía en las quinielas y la fuga del certamen suponía que España se quedara sin una feria que deja un impacto económico de casi 500.000 millones de euros y que se ha convertido en un inmenso foco de tracción inversora y empresarial especializadas en nuevas tecnologías. Por suerte, se lograron apaciguar los ánimos y la edición de 2018 casi igualó en asistentes a la de 2017, disipando las dudas.

Pero los disturbios tras la sentencia del juicio a los dirigentes del 1-O volvieron a aflorar la eterna cuestión de si el congreso de telefonía móvil y telecomunicaciones debía continuar en una ciudad donde la inestabilidad política está al orden del día. Los organizadores no esconden su temor de que la violencia callejera de octubre pasado se repita entre el 24 y el 27 de febrero, ya que no se descarta que entidades como Tsunami Democràtic, cuyas acciones ya pusieron en peligro el Barça-Madrid a finales del año pasado, usen el MWC como escaparate internacional de sus reivindicaciones.

No son los únicos que aprovechan la trascendencia del evento y presionan las administraciones para que claudiquen en sus demandas. Como en otros años, la movilidad en la ciudad durante un congreso al que acuden 109.000 visitantes es una cuestión capital para apretar las tuercas al gobierno municipal y en varias ediciones las huelgas de transportes han sido protagonistas. El sector del taxi ha tomado la iniciativa y ha amenazado con movilizaciones si la Generalitat y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) no cumplen con las normas aprobadas durante el año pasado para regular la actividad de los vehículos de alquiler con conductor (VTC). Taxistas y administraciones se reunirán el martes 21 para ver si consiguen acercar posiciones y no hace falta llegar a la convocatoria de protestas. Por ahora, el plan incluye manifestaciones y marchas lentas coincidiendo con el certamen.

Los organizadores, por su parte, esperan que el consistorio de Colau enderece la crisis e insisten en que "hacer un buen 'Mobile' 2020 será muy importante". "Si tenemos suerte con el tiempo y no tenemos ningún corte ni ninguna huelga, lo tendríamos todo", aseguraba Carlos Grau, CEO de la Mobile World Capital Barcelona. Otros empresarios, economistas e inversores elevan su voz para pedir que "no nos peguemos un tiro en el pie" y evitemos "boicotear el 'Mobile'" porque "acabará por irse".

"MADRID ESTÁ DISPONIBLE"

Ahí es donde entra Madrid. Con París perdiendo enteros en la lista de candidatas por los disturbios y huelgas que vive la capital francesa contra las políticas del presidente Emmanuel Macron, la alcaldesa Anne Hidalgo encaja que la imagen de la ciudad está muy denostada. Lisboa es una de las favoritas, junto a Milán, pero la Comunidad de Madrid no está dispuesta a permitir que el certamen abandone el país, por lo que está haciendo saber a los organizadores que la capital española "está disponible y no se planteen salir de España", según cuentan desde el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

"Antes de que el 'Mobile' se vaya a otra ciudad europea, Madrid tiene la obligación de pelearlo", prosiguen, después de las declaraciones de la presidenta madrileña en las que ha asegurado que "iremos a por él". No obstante, desde su equipo matizan que no se trata de disputarle el evento a Barcelona, sino de "enviar un mensaje a la opinión pública y a los inversores de que la capital estatal está sobradamente preparada para acoger el MWC".

De momento, el congreso de telefonía tiene 'casa' en Barcelona hasta 2023. Entonces expira el contrato que dejó atado el exalcalde de la ciudad Xavier Trias en 2015, antes de que Ada Colau ganara sus primeras elecciones municipales. En aquel momento, la activista concentró parte de su campaña en cuestionar el modelo del 'Mobile' y de los congresos de gran formato. De eso hace cinco años y, aunque nunca ha habido sintonía entre GSMA y el consistorio de Barcelona En Comú, el papel del teniente de alcalde, Jaume Collbony y de la alcaldesa de L'Hospitalet del Llobregat, ciudad que colinda con Fira de Barcelona-Gran Vía, han sido fundamentales para cultivar las relaciones con la patronal y organizadores.

Se espera que vuelvan a mediar en las negociaciones que están por venir. Lo cierto es que en el sector la predilección por Barcelona es indiscutible y se considera que el binomio Barceloa-'Mobile' es indisoluble. El mismo John Hoffman, consejero delegado de GSMA, renovaba sus votos con la ciudad en noviembre: “Quiero estar en Barcelona, quiero seguir en Barcelona, y espero que ustedes quieran que siga, que permanezca en la ciudad de la misma manera que yo lo quiero”. Además, muchas de las empresas participantes toman como un aliciente viajar a la capital catalana para el Mobile, considerada en el sector como la nueva Silicon Valley. La ciudad condal se ha convertido en un hub de innovación y ecosistema 2.0 al calor del MWC, un objetivo que persigue emular Madrid, con el plan de transformación digital que impulsa la comunidad. La guinda de este pastel es, sin duda alguna, el Mobile World Congress.

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