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La inflación subyacente de la zona euro seguirá alta durante los próximos meses. Después de acumular varios meses marcando niveles históricos, los expertos de Nomura creen que puede ir más allá y pronostican que en febrero se colocará ya en el 6%. Estas son las cuatro razones por las que creen que el impulso de la inflación subyacente se mantendrá fuerte:

En primer lugar apuntan a que el mercado laboral en la zona euro sigue siendo ajustado y, aunque el desempleo es alto en comparación con los pares internacionales, es probable que el crecimiento de los salarios de la eurozona siga siendo fuerte. "La compensación por empleado, una métrica más estandarizada del crecimiento salarial, se aceleró al 5,1% interanual en el cuarto trimestre de 2022. Como resultado, creemos que es probable que el impulso de los precios subyacentes se mantenga sólido", dicen.

En segundo lugar señalan que los precios de la energía se mantienen altos en términos de nivel e indirectamente influyen en la inflación subyacente con un rezago. "Los precios de la energía son un insumo clave para los precios de los bienes y servicios, por lo que, en última instancia, es posible que los productores deban trasladar estos costes a los consumidores. Los PMI compuestos muestran que los precios de los insumos siguen aumentando con fuerza en toda la zona euro, aunque a un ritmo más lento", explican.

Como tercera razón mencionan que las expectativas de precios de venta de servicios siguen siendo elevadas. Las encuestas de la Comisión Europea mostraron que las expectativas de precios se mantuvieron cerca de los máximos históricos en febrero, aunque hubo una caída en los datos de expectativas de precios de las encuestas del sector de servicios en febrero.

Por último, la cuarta razón sería que las interrupciones de la cadena de suministro solo se aliviaron marginalmente en el primer trimestre de 2023 y muchas empresas manufactureras aún informan de sus niveles de producción se han visto limitados por la escasez de materiales.

Las previsiones de Nomura recogen que en el dato de febrero la inflación subyacente alcanzará el 6%, lo que supone 4 puntos porcentuales más que en enero. "Es probable que la inflación subyacente aumente aún más debido a las fuertes presiones del mercado laboral, las continuas tensiones en la cadena de suministro, la evidencia de las encuestas de nuevas presiones inflacionarias al alza y los efectos de base", exponen.

Al contrario, para la tasa de inflación general sí que pronostican un descenso: "Caerá con fuerza hasta el 7,1% interanual en febrero". Lo que supone 1,3 puntos porcentuales menos que en enero. De cara a marzo, "los datos de expectativas de inflación sugieren que existen riesgos de que el impulso de la inflación subyacente se desacelere, lo que plantea riesgos a la baja para nuestras previsiones", matizan.

Para los próximos meses esperan que los precios de la energía para los hogares caigan en las cuatro principales economías de la zona euro. "Hay retrasos sustanciales entre los precios al por mayor más bajos y los precios al por menor, pero para marzo esperamos que algo de esto se haya hecho evidente en los datos de inflación de precios al consumidor. Suponemos una caída modesta en los precios de los combustibles, pero cierta persistencia en la inflación de los precios de los alimentos", añaden.

Con todo este panorama, en Nomura ven que la inflación persistentemente alta, en particular la subyacente, seguirá siendo una preocupación para el Banco Central Europeo (BCE) a pesar de la reciente inestabilidad financiera. Pronostican dos subidas en los tipos de interés de 50 puntos básicos en las reuniones de mayo y junio y otro aumento adicional de 25 puntos básicos en julio para alcanzar una tasa terminal de 4,25%.

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