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El Banco de España prevé que el consumo privado crecerá de manera importante este año, después del desplome sufrido en 2020 derivado de las restricciones por la pandemia del Covid-19. Pero este crecimiento será prácticamente un espejismo, ya que viene motivado por los altos ahorros acumulados durante estos meses y no será sostenible en el tiempo. De cara a los próximos ejercicios, el comportamiento al laza del consumo pasará mucho más desapercibido.

Un 8,8%. Eso es lo que aumentará el consumo privado en 2021, frente ala caída del 12,4% del año pasado. Un porcentaje que se relajará en los próximos ejercicios, ya que la subida será del 4,8% y del 1,1% en 2022 y 2023, respectivamente, según recogen las últimas proyecciones presentadas por el Banco de España.

Como explican, el consumo privado habría experimentado probablemente un ligero descenso en el primer trimestre, debido al aumento de la severidad de las medidas necesarias para contener la pandemia en los dos primeros meses del año. En el transcurso de 2021, se espera que presente una recuperación sustancial, al compás del avance gradual del proceso de vacunación, que permitiría una relajación de las restricciones y, por tanto, de las limitaciones al gasto en algunos bienes y servicios y una disminución de la incertidumbre sobre la situación sanitaria y económica, dando lugar, de este modo, a una reducción del componente precautorio del ahorro.

Así, ese 8,8% sería una tasa de crecimiento en el escenario central planteado por el Banco de España, que se elevaría hasta el 10,7% en el escenario suave y alcanzaría el 6,1% en el severo. "Una vez plenamente resuelta la crisis sanitaria y restablecidos los niveles habituales de gasto, las tasas de avance del consumo tenderán también a moderarse, aunque serán todavía relativamente elevadas en el promedio de 2022 debido a los efectos arrastre positivos con origen en la segunda mitad del presente año", señalan.

Y es que estas previsiones de consumo privado van muy ligadas a la acumulación de ahorro por parte de las familias y su evolución. Un tema también clave para la reactivación económica de nuestro país. De hecho, ésta dependerá en gran parte del consumo privado, tras de meses de ahorro significativo, junto a la recuperación gradual del turismo extranjero.

En este sentido, el Banco de España detalla que el ahorro de los hogares aumentó intensamente durante 2020, como consecuencia de las restricciones que las medidas de contención vigentes en cada momento impusieron sobre la materialización de cierto tipo de gastos y, en menor medida, debido a un comportamiento más precavido de los consumidores, dado el elevado grado de incertidumbre. Ello ha dado lugar a una acumulación de ahorro que, una vez resuelta la crisis sanitaria, estos agentes podrían destinar, al menos en parte, al gasto.

En el escenario central, la tasa de ahorro disminuiría a lo largo del horizonte de proyección, pero se mantendría al final de este por encima de su nivel previo a la pandemia. En cambio, en el escenario suave, la caída sería mayor y la tasa de ahorro se situaría muy próxima a esa última cota. Por último, en el escenario severo, el comportamiento persistentemente más cauto de los hogares conduciría a una recuperación más lenta del consumo, afirman.

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