• Si vives las virtudes humanas, tendrás éxito en la 'Economía del Bien Común', señala Felber
  • El pistoletazo de salida de la 'Economía del Bien Común' lo dieron una docena de empresarios que querían ser éticos, cooperativos, sociales...

Teniendo en cuenta el mundo en el que vivimos, y la época que nos ha tocado, es de agradecer que todavía haya quien crea que una realidad mejor es posible. Si algo ha conseguido esta crisis global es hacernos, a cada uno de nosotros, más cautos y, si me apuran, más egoístas. Miramos por lo nuestro porque hemos visto demasiadas 'barbas de nuestros vecinos pelar' como para no tener la nuestra bien 'a remojo'.

Sin embargo, a ese sentimiento de “mirar más por lo nuestro”, de hacer lo que podamos para que nuestra realidad esté lo mejor posible, se suma otro sentimiento que también ha nacido y se ha extendido, gracias, o debido, a la crisis. Se trata del sentimiento de la solidaridad, de querer que las cosas mejoren para todos, de conseguir cambios basados en la cooperación, en la ética, en al ayudar al prójimo... En definitiva, de lograr que la actual realidad, en crisis y bastante deteriorada, por otra parte, sea sustituida por otra mucho mejor, en la que los valores positivos se impongan frente a otros mucho más negativos que nos habrían llevado a esta situación.

Por eso, hablar con Christian Felber, autor del libro “La Economía del Bien Común”, es recibir un buen jarro de optimismo, de buenas intenciones y de proyectos solidarios. La cuestión será ver si, en un futuro, su modelo económico basado en el “Bien Común” acaba convirtiéndose en la realidad que él desea o si, por desgracia, ese jarro de optimista se termina transformando, finalmente, en uno de agua fría.

Pregunta. Veo mucha buena voluntad en su modelo económico del “Bien Común” pero mucha dificultad para llevarlo a la práctica...

Respuesta. Estoy bastante convencido de que esto se puede llevar a la práctica. La EBC (Economía del Bien Común) no propone nuevos valores sino que son valores de siempre y universales que tocan algo muy profundo de las personas, el corazón, la ética, y un anhelo de, por fin, realizarlo en una sociedad compleja. Ese anhelo de realizarlo dentro de una sociedad libre creo que es muy fuerte y hace que muchas personas se adhieran y contribuyan. Además, el modelo es completo y coherente, tenemos un proceso de implementación y tenemos infinidad de propuestas para poder participar como empresa, persona, municipio, gobierno... colaboramos con prácticamente todas las instituciones existentes.

La Economía del Bien Común no propone nuevos valores sino que son valores de siempre y universales que tocan algo muy profundo de las personas, el corazón, la ética, y un anhelo de, por fin, realizarlo en una sociedad compleja

P. ¿Qué forma tienen ustedes de valorar cómo está evolucionando la implementación de su modelo económico?

R. Pues, por ejemplo, 250 empresas han implementado el "balance del bien común" a pesar de que no es obligatorio. Consiste en hacer un informe sobre 17 indicadores que se desglosan en 50 sub-indicadores y se ve en qué medida una empresa es modélica. Esto se evalúa externamente y muchas empresas dicen que para ellos esto es un instrumento de desarrollo organizativo perfecto -no solo una brújula ética- y les hace más eficientes, más productivas y más conscientes.

P. Y ese “Bien Común”, ¿quién lo mide?

R. Nosotros ofrecemos el cálculo para una autoevalución pero la medición la hace un auditor externo. En el futuro, debe tener consecuencias legales igual que el balance financiero: hasta la retirada de las licencias si la empresa no cumple. El que decide la puntuación final es el auditor del "Bien Común". Los colegios de los auditores en el futuro serán holísticos, financieros y éticos integrados, y medirán el éxito de la empresa y el éxito del fin y de los valores.

P. ¿Qué es lo que tiene que hacer alguien para adherirse a su modelo de “Economía del Bien Común”?

R. Simplemente inscribirse. Todas las empresa son bienvenidas, basta con la voluntad.

P. Y si es una organización...

R. Hemos creado 17 organizaciones, se han creado 8 actividades profesionales, una de ellas es la auditoría...

P. Y los auditores que actualmente evalúan las empresas, ¿de dónde proceden?

R. Son asesores fiscales, auditores financieros, controladores de calidad...

P. Su modelo económico se basa en la fe en el individuo y en los valores positivos de éste. Sin embargo, también tenemos "vicios" muy negativos que nos persiguen desde que nacemos, ¿dónde encajan la envidia, el egoísmo... en su modelo?

R. ¿Estás hablando de instintos biológicos o de hábitos sociales que aprendemos?

P. Creo que más bien que son instintos con los que se nace...

R. ¿Pero eres bióloga, antropóloga o estamos hablando de creencias? Te basas en la observación para hablar y no en un código genético. Es posible que todo el mundo haga lo mismo sin estar condicionado por los genes. Yo creo que es un aprendizaje cultural en base a miles de estudios que dicen que nuestros genes no nos condicionan casi nada, nos dejan total libertad. La competencia no es nada genético sino que es cultural. Si aprendemos a competir creemos que es natural pero no lo es porque los genes dicen “persigue los objetivos” pero, el que lo hagas de forma cooperativa o competitiva, es tu propia elección. El punto clave es que la “Economía del Bien Común” no parte desde ninguna visión del ser humano, lo único que hace es criticar las reglas actuales que fomentan la avidez, la competencia, el canibalismo... las criticamos y decimos que las reglas deben fomentar comportamientos empáticos, cooperativos... Si no te apoyas en estas reglas tendrás menos éxito en la “Economía del Bien Común”, fracasarás. Si vives las virtudes humanas, tendrás éxito.

La competencia no es nada genético sino que es cultural. Si aprendemos a competir creemos que es natural pero no lo es porque los genes dicen “persigue los objetivos” pero, el que lo hagas de forma cooperativa o competitiva, es tu propia elección

P. ¿Y encontráis mucha gente que adopte vuestro modelo y fracase? Cuesta creer que alguien no piense en su bien particular y anteponga el bien común, sobre todo después de una crisis que ha fomentado más aún cuidar de lo de cada uno...

R. Es correcto, la crisis ha fomentado esto, especialmente en la economía, pero es así porque las reglas recompensan el egoísmo, el seguimiento del propio interés... Si tu tienes un millón y quieres 2 es fácil hoy porque puedes hacer un montón de cosas (despedir, recortar...) y todas serán legales. El pistoletazo de salida de la “Economía del Bien Común” lo dieron una docena de empresarios que querían ser éticos, cooperativos, sociales.. pero veían que, a medida que lo realizaban, sus precios subían y sus costes eran más altos, así que tenían desventajas sobre las empresas menos éticas. Las empresas menos éticas tienen una ventaja competitiva en el modelo económico actual, y eso es inaceptable. Queremos que sea a la inversa pero, para que pueda ser a la inversa, se tienen que incentivar los comportamientos éticos y desincentivar los menos éticos.

P. Plantea usted implantar un sistema económico ético y debe hacerse en un contexto en el que muchos gobiernos son ahora menos éticos que nunca. ¿Como encaja esto?

R. Porque es la gente la que desea otro orden económico y el Gobierno no está al servicio de los ciudadanos.

P. ¿Y entonces?

R. Pues hay que reformar la democracia. Ahora los representantes políticos tienen todo el poder y en la “Economía del Bien Común” la instancia soberana es el pueblo. El pueblo escribe la Constitución y la adopta y la Constitución confiere el poder al Parlamento, al Gobierno, y también contiene las pautas para la economía... y de esta forma el Gobierno tiene que obedecer la Constitución y no puede contradecirla. Entonces todo cambiaría porque, si el pueblo elige otro sistema económico, el Gobierno no puede tomar ninguna medida...

P. Pero las constituciones actuales ya hablan del bien común...

R. Pero las constituciones actuales no son lo suficientemente claras, son difusas, y por eso no se puede demandar por la vía judicial que se cumpla. La propuesta nuestra pide que bien común, justicia, solidaridad... se tienen que concretar para que las medidas claramente sigan lo que está en las constituciones y la corte constitucional aceptaría quejas de la población. Además, cada ley debe conseguir el visto bueno de la corte constitucional. Si la constitución viene del pueblo la corte constitucional defiende al pueblo y no a los representantes del pueblo, lo que es una diferencia muy importante.

P. En España su modelo ha tenido un buen recibimiento pero, ¿de verdad cree que nuestro país es lo suficientemente maduro como para que éste acabe implantándose?

R. Por su historia, antecedentes, y los lazos sociales, las condiciones son muy favorables. En muy poco tiempo se han creado 23 grupos regionales y hay un interés enorme en todo el país. Será un camino largo y dudo pero veo las condiciones.

Lee además:

Rajoy dice estar 'muy tranquilo' sobre el cumplimiento del objetivo de déficit

Bruselas insiste en que España incumplirá el déficit: pide cambios en los Presupuestos de 2016

La CEOE sugiere quitar el paro a quien rechace injustificadamente un empleo

Díaz Ferrán declara como imputado en la Audiencia Nacional por apropiarse 417 millones de Aerolíneas Argentinas

contador