downing street boris johnson

Cuando parecía que Boris Johnson se iba a atrincherar en el cargo pese a los sucesivos escándalos que viene protagonizando desde hace meses, finalmente ha tenido que ceder a la presión. El primer ministro británico ha presentado su dimisión como líder del Partido Conservador tras la cascada de renuncias de altos cargos de su Gobierno, y ha dicho que mejorará en el número 10 de Downing Street hasta que haya un sucesor. Se abre ahora una verdadera carrera contrarreloj para lograr el relevo antes de que el Parlamento pare por vacaciones. Solo hay dos semanas por delante. Es difícil, pero no imposible.

Así lo creen, por ejemplo, los expertos de Berenberg, que en una nota en la que analizan la marcha de Johnson dicen que esta decisión "aumenta la incertidumbre a corto plazo", aunque "a más largo plazo, la economía británica y sus mercados financieros parecen parecer de un liderazgo más estable" . Esperan que la carrera por el liderazgo tory se inicie en unos días, y apunten a que el proceso podría ser más corto de lo que muchos esperan.

"Johnson se ha convertido en un activo tan tóxico para los conservadores -y podría ser un lastre continuado durante cualquier período de interinidad- por lo que los diputados del partido podrían esforzarse por acordar un nuevo líder entre ellos". De esta forma, " con un poco de suerte Reino Unido tendrá un nuevo primer ministro antes de que el Parlamento entre en receso de verano el 21 de julio" o, de lo contrario, remarcan desde Berenberg, "Johnson podría permanecer en el número 10 de Downing Street hasta que el Parlamento se reúna de nuevo el 5 de septiembre".

El problema es que el Partido Conservador tiene unas normas muy marcadas para elegir a su líder. La elección tiene dos fases: en primer lugar, los aspirantes a líderes entre los diputados conservadores presentan su candidatura y la lista de nombres se reduce en una serie de votaciones entre los diputados hasta que quedan dos. En segundo lugar, los miembros del partido deciden quién de los dos liderará en una nueva votación. El Comité 1922, que es el grupo parlamentario de todos los diputados conservadores de la bancada, decidirá el calendario de las votaciones clave.

De su rapidez, o no, dependerá que Reino Unido entre en un "vacío político" mientras los tories se embarcan en la contienda por el liderazgo, que según los estrategas de Oxford Economics podría no ser tan rápida, sino "durar un par de meses". "El calendario es muy incierto en este momento", destacan en un informe en el que analizan la situación en la que queda ahora el país tras el paso que ha dado Johnson.

Además, inciden en que dado que el Parlamento entrará en receso en dos semanas, "hay poco tiempo para completar la primera etapa del proceso", la de seleccionar entre todos los candidatos para elegir a los dos que se enfrentarán en la votación final. "Y si esa primera etapa no se completa antes del receso, es poco probable que el nuevo líder esté en su puesto hasta, al menos, finales de septiembre", añaden desde la firma inglesa.

Estos expertos consideran también que si los hechos se desarrollan de esta manera, se producirá el mencionado "vacío político" en Reino Unido en uno de los peores momentos, con la economía estancada y la crisis inflacionaria intensificándose por momentos. De hecho, creen que ahora "es improbable que el Presupuesto se presente hasta finales de noviembre o incluso principios de diciembre, por lo que las posibilidades de que haya más medidas fiscales para apoyar a los hogares y la economía que entren en vigor este año son escasas", apuntan los analistas de Oxford Economics.

Una idea con la que coinciden en Schroders. Los estrategas de la gestora han avisado de que la economía británica "se enfrenta a un periodo de incertidumbre" ante la salida del primer ministro, y señalan que este tiempo de dudas se prolongará "probablemente hasta el otoño". Como dicen, "la dimisión de Boris Johnson desencadena una contienda por el liderazgo del Partido Conservador y la presidencia del país que probablemente no se resolverá antes del otoño. Esto abre un largo periodo de incertidumbre sobre la dirección del país y la economía", apuntan desde la gestora.

Por su parte, desde Federated Hermes hablan de un periodo de "incertidumbre política" que va a afectar, y mucho, a la economía del país. En todos los sentidos. "La incertidumbre política suele ser un lastre para los resultados económicos por sí sola: pesa sobre el sentimiento y suele frenar las decisiones de inversión de las empresas. Sin embargo, es un problema de segundo orden comparado con los desafíos económicos extremos a los que ya se enfrenta el país", resalta esta gestora.

Y es que recuerda que la economía británica no se recuperó por completo sus pérdidas relacionadas con el Covid hasta principios de 2022, justo cuando se produjo una nueva crisis de estanflación por la guerra de Ucrania . "La persistente y creciente inflación impulsada por los costes ha erosionado los ingresos reales, lo que probablemente provocará una fuerte desaceleración del consumo en el segundo semestre de este año. La confianza de los consumidores, que se encuentra en un mínimo histórico, y las incipientes grietas en la confianza empresarial sugiere que los riesgos de recesión han advertido de cara a los próximos trimestres", remarca Federated Hermes.

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