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El plan del Gobierno de Pedro Sánchez de hacer desaparecer el dinero en efectivo ha incomodado al Banco Central Europeo (BCE), que considera que el Ejecutivo español se ha metido donde no le llaman al adoptar decisiones de política monetaria. La propuesta no de ley planteada por el PSOE en el Congreso de eliminar gradualmente el pago en papel moneda, no sólo molesta al instituto emisor por tratarse de una injerencia en toda regla, sino que, además, “determina la abolición de algo que el mismo BCE está planteándose hacer pero con cabeza”, indica Félix Fuertes, co-fundador de Cryptoinvest, lo que deja en entredicho el plan de un euro digital que el banco central lleva algún tiempo desarrollando.

La crisis del coronavirus ha impulsado el uso del pago electrónico como medida del prevención contra el virus y muchos establecimientos han favorecido las transacciones financieras a través de tarjetas bancarias, dispositivos móviles o transferencias, dejando de lado los billetes y monedas. Este es el primer paso hacia una transformación que va a obligar a “criptografiar el dinero fiduciario”, explica Fuertes, espoleando iniciativas como la que trabaja el BCE para implementar un euro digital. El proyecto de moneda común criptográfica aún está bajo experimentación y no es prioritario para el banco central, que de optar en un futuro por acabar con las emisiones de dinero físico, lo hará “de forma escalonada”, asegura el también colaborador de Bolsamanía.

Las CBDC, acrónimo en inglés para monedas digitales emitidas por bancos centrales, son la alternativa al efectivo y a las monedas criptográficas descentralizadas en las que el 80% de emisores monetarios del mundo ya están trabajand,o en mayor o menor medida. Ahora que el papel moneda va a ser “repelido” a raíz de la pandemia y si otros gobiernos europeos siguen los pasos del español, el banco central presidido por Chirstine Lagarde “va a tener que tomar decisiones sobre un CBDC antes de lo previsto”, comenta el experto.

Sin embargo, no parece que los altos funcionarios europeos tengan ningunas ganas de verse apremiados en este proceso. La iniciativa socialista, que no tiene fecha fijada para su debate parlamentario, no plantea un horizonte de aprobación y está abierta a la negociación, ha encontrado oposición también de la Comisión Europea, ya que vulnera directamente los principios de la Unión Europea (UE), que establecen que tanto los billetes como las monedas son de curso legal por lo que sería imposible denegar a cualquier ciudadanos su uso diario.

El texto del PSOE en el que se pide “la eliminación gradual del pago en efectivo, con el horizonte de su desaparición definitiva”, choca con una declaración del brazo ejecutivo de los Veintisiete de 2010, según explica ‘El País’. En aquel momento, el organismo determinó que “la norma debe ser la aceptación de billetes y monedas en euros como medio de pago en transacciones minoristas”. “Una denegación de esta forma de pago solo debería ser posible si se basa en razones relacionadas con el principio de buena fe, como que el minorista no tenga cambios disponibles”, estipuló la Comisión.

En cuanto al BCE, manifestó su posición sobre la cruzada del Ejecutivo de coalición PSOE-Unidas Podemos contra el fraude fiscal, por la que quiere poner coto a los pagos en moneda en febrero de 2019 y, según este medio, se acoge aún a dicho texto. El entonces presidente del banco central, Mario Draghi, respondio a una consulta del Banco de España en la que detallaba los múltiples problemas de retirar el efectivo, como por ejemplo que evita comisiones y facilita transacciones rápidas e instantáneas.

El supervisor monetario, además, ha explicado recientemente que no hay planes inmediatos de criptografiar el euro. De hecho, el miembro del BCE, Yves Mersch, declaró el mes pasado que aún no se detecta "interés comercial" para este tipo de moneda, aunque reconoció que se están preparando para cuando se produzca. En este sentido, su postura es que una “CBDC minorista, accesible para todos, provocaría un gran cambio en las reglas de juego”. La creación de esta 'cripto' necesita abordar el estado del curso legal de la moneda, establecer su relación con el euro fíat y el proceso por el cual se podrían intercambiar uno por otro. Y en este sentido, Mersch explicó los dos enfoques que manejan: “Un token digital descentralizado o que esté anclado a los depósitos de divisas del banco central”.

La cautela de los bancos centrales se explica porque su misión es la de velar por la estabilidad financiera y “llevan razón en preocuparse de que futuras soluciones digitales no interrumpan este buen funcionamiento”, comenta Alejandro Neut, economista de BBVA Research, en una nota de análisis. “Una disrupción podría incluso poner en juego la misma efectividad de la política monetaria”, añade. “Por ello, deben evitar la creación de un sistema bancario en la sombra, que es volátil por naturaleza, ya que no tiene las necesarias garantías ni regulación”, concluye el experto de BBVA.

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