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La presidenta del BCE, Christine LagardeJan Woitas/dpa-Zentralbild/dpa - Archivo

Ha llegado la hora de que el Banco Central Europeo (BCE) haga más. El mercado espera que la presidenta del instituto emisor, Christine Lagarde, explique los detalles, tras la reunión de este jueves, de un incremento en el Programa de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP por sus siglas en inglés) que el consenso de mercado da por hecho. Según la mayoría de analistas consultados, el banco central ampliará su expansión cuantitativa ('quantitative easing' -'QE'-) en cantidad y tiempo, así como anunciará nuevas medias de apoyo a los bancos.

Hay consenso sobre que las compras se extiendan hasta septiembre de 2021, pero existe disensión en cuanto al tamaño de los estímulos extra para combatir el virus que, pese a todo, distarán de los 'QE' ilimitados de la Reserva Federal (Fed) o del Banco de Japón. Asimismo, también existe preocupación sobre si la decisión del Tribunal Constitucional alemán sobre los límites de la flexibilización monetaria pesarán en las resoluciones del Consejo de Gobierno del BCE.

El volumen que estiman las casas de análisis que tenga el nuevo tramo del PEPP abarca una horquilla entre 300.000-400.000 millones, según Bank of America y 500.000 millones de euros, en opinión de Konstantin Veit, gestor de PIMCO. “Si el BCE mantiene el ritmo actual de compras en los próximos meses, el tamaño de 750.000 millones de euros con que nació el programa se agotará a principios de octubre”, explica Veit, por lo que espera “que el banco central lo ajuste en cuanto a tamaño y composición”, ya que es su instrumento preferido para paliar los estragos del Covid-19 y estabilizar las condiciones financieras, frente a otras herramientas como los TLTRO, que son el vehículo para que el BCE proporcione crédito barato a la economía real. Esto “será suficiente para absorber la emisión esperada de los países periféricos hasta -por lo menos- finales de 2020”, agregan por su parte los analistas de Ebury.

Sin embargo, este aumento de los estímulos añade aún más incertidumbre sobre las acciones de la Justicia alemana a futuro. La decisión del alto tribunal germano de principios de mayo se refería al bazuca del expresidente del BCE, Mario Draghi de 2015, pero proyectaba una alargada sombra sobre el programa de compras del banco central y hasta dónde puede estirarlo sin colisionar de nuevo con los tribunales alemanes. Por lo tanto, anunciar una extensión en la primera reunión desde la sentencia “podría considerarse una provocación”, comenta Gilles Möec, experto de AXA Investment Management. Este aspecto sirve a los analistas de Bank of America para argumentar que, después de la decisión de junio, “se podría recalibrar el tamaño de las adquisiciones en septiembre”.

Con todo, el BCE ha marcado perfil y diversas intervenciones de los banqueros centrales en el último mes apuntan en la dirección de una “rápida y poderosa” actuación con el PEPP, tal como pidió el gobernador del Banco de Francia, Villeroy de Galhau. Es más, el banco central también aumentará el programa de compras habitual en 120.000 millones de euros, según Bank of America y declarará que las compras del programa de la pandemia se reinvertirán a su vencimiento.

Por último, el BCE aclarará el tratamiento de los "ángeles caídos" dentro de los diversos programas de compra de activos, “incluyéndolos como elegibles”, puntualiza Bank of America, mientras el experto de PIMCO prevé “que se apliquen los derechos adquiridos en consonancia con los recientes cambios en el marco de admisibilidad de garantías a fin de evitar la prociclicidad”.

AFINANDO EL IMPACTO DEL COVID EN LA MACRO

Además de estas cuestiones, en la reunión de junio, se prevé que el BCE dejé entrever hasta dónde está dispuesto y será capaz de mitigar los estragos del virus en los mercados monetarios a través de los tipos de interés. Lagarde “reiterará enérgicamente su disposición a hacer todo lo que sea necesario dentro de su mandato”, asegura Veit, pero buscará la manera de no aliviar la presión política sobre 'los Veintisiete' mientras elaboran los detalles del Fondo de Recuperación de la Unión Europea (UE).

Por otra parte, este jueves se conocerán también las previsiones macroeconómicas del banco central que reflejarán el aprendizaje de los hacedores de política monetaria sobre las consecuencias de la pandemia y la “incertidumbre radical” a la que la presidenta del BCE se refirió en la anterior reunión. En comunicaciones recientes, las perspectivas de crecimiento se han cuantificado en el rango de -5% a -12% para este año y los analistas anticipan que se afinará el pronóstico evitando las bandas inferior y superior de esta previsión, pero “probablemente se mantendrá la horquilla entre entre -7% y -9% o, en su defecto -12%”, explican desde Bank of America, “seguido de una recuperación parcial del crecimiento del 5-8% el próximo año (5-10% en un rango más amplio)”.

El mensaje, sin embargo, “es probable que sea claro más allá de los números exactos”, puntualizan. “La incertidumbre es alta, pero si bien el escenario de crecimiento más probable es difícil de identificar, se puede afirmar con más certeza de que la conmoción será profunda y dejará a la economía fuera de combate durante mucho tiempo”, redondean estos analistas.

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