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2022 ha estado marcado por el endurecimiento monetario llevado a cabo por los bancos centrales en su lucha contra la elevada inflación. Esta decisión puede arrastrar a las economías europeas a una recesión. Pero los riesgos provocados por esta actuación no son iguales para todos y el sector bancario está siendo uno de los grandes beneficiados.

Los expertos estiman que 2023 será el año en el que las instituciones monetarias pongan fin al ciclo de subidas de tipos. En el caso del Banco Central Europeo (BCE), prevén que pueda terminar a mediados de año, aunque sus "efectos" seguirán teniendo un impacto positivo en las entidades del Viejo Continente.

"Los bancos son fábricas de depósitos que no pagan nada. Las subidas de tipos de finales de 2022 transformaron estas fábricas de pérdidas en rentables. Los aumentos de tasas pueden desaparecer en 2023, pero no vemos que la 'historia de las tasas' haya terminado", señalan desde Bank of America (BofA).

En primer lugar, hacen referencia a que los beneficios derivados de estas alzas todavía están muy por delante en las pérdidas y ganancias de los bancos. "Vemos 70.000 millones de euros desde ingresos a beneficios en 2023 en comparación con 2022", afirman.

En segundo lugar, destacan que, aunque finalicen las subidas de tipos, el próximo ciclo de tasas "no implica tipos cero". "De hecho, no está nada claro que las tasas de política aún negativas en términos reales terminen con la inflación", apuntan en su informe sobre el sector.

En tercer lugar, indican que las coberturas rolarán positivamente y que el crecimiento de los ingresos alcanzará los 40.000 millones de euros al año hasta 2027. "Los bancos están listos para finalmente ganar con sus franquicias, y los beneficios máximos de las tasas todavía por delante en los próximos años", subrayan.

Por ello, Bank of America se muestra optimista con respecto a las entidades europeas para 2023. Históricamente, los bancos tienen poca deuda pública y, sus datos muestran un cambio de 3 billones de euros hacia el efectivo desde 2015. "Es justo que los bancos centrales compraran todo con un rendimiento cero en los últimos años. Pero ahora, el billón de euros en oferta neta de bonos europeos al sector privado en 2023 necesitará compras bancarias para liquidarse. Esto abre el potencial para que los bancos desbloqueen el valor de tasas más altas, a medida que llevan la duración a niveles más normales", creen los analistas.

FIN DE LAS DEUDAS INCOBRABLES

En el año que dejamos atrás, los bancos vieron cómo su calificación se reducía en gran parte impulsada por el miedo a la deuda incobrable. En cambio, 2023 se presenta como un nuevo ciclo marcado por los aumentos de ingresos, de ganancias, de dividendos y de múltiplos.

Con todo, el año estará dividido en dos semestres. En el primero de ellos, desde BofA pronostican un deterioro leve. "La reducción del riesgo de los bancos significa que, por unidad de choque del PIB, se espera que las pérdidas crediticias sean la mitad de las de 2012/13. Pero esto tampoco es una repetición de 2012/13, puesto que la inflación implica un choque nominal más bajo para los bancos", indican.

Esta situación se dejará notar en la segunda mitad del año, donde "con la contabilidad y la solidez del capital alentando el aprovisionamiento temprano, vemos que las pérdidas crediticias de pérdidas y ganancias ya caerán en el segundo semestre de 2023", prevén estos expertos.

Aunque la sombra de la intervención regulatoria es alargada y aún se proyectará sobre los bancos, impulsando su ratio precio/beneficio (P/E) a 6.9 veces en 2023, y cayendo a 6 veces en 2024. Según sus cálculos, la bajada que esperan del PIB real del 1%-2% no tendrá nada que ver con la registra en la pandemia, por lo que no habrá vetos a los dividendos del sector.

Aunque el mercado puede esperar a que lleguen los deterioros para creerlo. "Esto hace que el final del ciclo de deterioro de activos en los próximos meses sea particularmente significativo, lo que impulsará los múltiplos y las ganancias al alza", comentan en BofA.

En el caso de que el escenario se vuelva negativo y ante la "improbable" coyuntura de que los rendimientos caigan, "esto respaldaría el gasto público. A su vez, esto aceleraría la recuperación económica y reduciría aún más los impagos. Pensamos que cualquier presión en los márgenes se compensará con el volumen y la expansión de los múltiplos", concluyen.

Entre sus principales apuestas, destacan al banco británico HSBC, al francés BNP Paribas, al británico NatWest, al holandés ING, al noruego Nordea, al irlandés AIB y al danés Danske Bank.

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