• El organismo subraya que la economía termina 2016 más fuerte de lo esperado
  • España crecerá un 2,5% en 2017, un 2,1% en 2018 y un 2,0% en 2019
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El Banco de España (BdE) detecta que España está acabando el año más fuerte de lo esperado, una inercia que podría mantenerse en el arranque de 2017. Pero también expone la existencia de riesgos. Y añade como novedad del incremento de la incertidumbre sobre la economía mundial tras el triunfo electoral de Donald Trump.

"En los últimos meses se han intensificado las incertidumbres acerca del rumbo de las políticas económicas globales -de modo singular por lo que respecta a la economía estadounidense-, lo que podría terminar repercutiendo negativamente en la economía mundial, a través, principalmente, de los mercados financieros y de los flujos comerciales mundiales", previene el Banco de España en las nuevas Proyecciones Macroeconómicas que ha presentado este miércoles.

También advierte de otras amenazas. Entre ellas, otra que se ha desatado tras el triunfo de Trump: la venta de bonos soberanos con el consiguiente incremento de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos baja. "A pesar de que los tipos de interés mundiales a largo plazo siguen estando en niveles muy reducidos en comparación histórica, no se pueden descartar alzas adicionales a las registradas en el período más reciente, lo que podría conducir a un ajuste en los precios de otros activos financieros y a la concreción de los riesgos latentes en algunas economías emergentes, especialmente en aquellas que presentan un mayor grado de dependencia financiera frente al exterior", avisa el organismo gobernado por Luis María Linde.

Por supuesto, el BdE tampoco se olvida de los frentes abiertos en Europa. Y menciona explícitamente "las diversas citas electorales próximas", con las elecciones de Francia, Holanda y Alemania esperando en 2017, y "la negociación pendiente para la salida del Reino Unido de la Unión Europea".

EL DÉFICIT NO BAJARÁ DEL 3% HASTA 2019

Las Proyecciones del Banco de España también recogen que, por la necesidad de tener que reducir el déficit público, la política se tornará "contractiva", pero ni siquiera así el Gobierno podrá conducir el desajuste de las Administraciones Públicas dentro de los parámetros pactados con Bruselas, aunque con el matiz de que en los supuestos que ha empleado "no incluyen las decisiones en materia presupuestaria aprobadas a principios de diciembre de este año".

El BdE cree que España sí lo logrará en 2016, porque contempla que el déficit se reduciría hasta el 4,4%, por debajo del 4,6% comprometido. Los problemas aparecerán en 2017, cuando el déficit se situaría en el 3,6%, por encima del 3,1% pactado con Europa, y se mantendrán en 2018, con un déficit del 3,2%, frente al 2,2% comprometido con Bruselas. Y sólo bajaría del objetivo del 3% en 2019, cuando bajaría al 2,8%.

MIENTRAS TANTO, MÁS CRECIMIENTO

A la espera de cómo se manifiestan esos riesgos negativos, por ahora el BdE ha elevado sus proyecciones sobre España. En comparación con el ejercicio de previsión de septiembre, las proyecciones de crecimiento del PIB para 2016 y 2017 se han visto revisadas al alza en 1 y 2 décimas, respectivamente, "como consecuencia de una mejor evolución reciente que la anticipada tres meses atrás, mejoría que se extendería también a los primeros meses de 2017", afirma el supervisor bancario.

Sobre la tasa de paro, el BdE espera que baje hasta el 17% en 2017, hasta el 15,6% en 2018 y hasta el 14,5% en 2019. La favorable evolución reciente no altera, sin embargo, las perspectivas de moderada desaceleración del ritmo de avance del producto a lo largo de la primera mitad de 2017, en un contexto en que la senda reciente del precio del petróleo limitará el poder de compra de las rentas de los agentes privados, el margen para abaratamientos adicionales en el coste del crédito es limitado y la política fiscal abandonará el tono expansivo de los dos últimos ejercicios", afirma el organismo en su último informe.

Sobre la evolución de la inflación, el BdE espera que los precios repunten hasta el 1,6% en 2017, debido a la subida del petróleo en comparación a 2016. Para 2018, la inflación se situará en el 1,5% y aumentará hasta el 1,7% en 2019. El BdE añade que el crecimiento económico seguirá "sustentándose en el gasto doméstico, si bien la contribución de la demanda exterior neta sería también positiva, aunque decreciente, a lo largo del horizonte de proyección".

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