• En la actualidad, España cuenta con un total de 49.958 cajeros automáticos
  • En 2016, se retiraron un total de 118.275 millones de euros de los cajeros automáticos
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Cajero automáticoEUROPA PRESS

Hace 50 años sólo se podía obtener dinero en efectivo en las sucursales de los bancos. Así que el usuario tenía que ir en horario de oficina. Ni un minuto más tarde. Si llegaba y estaba cerrado se quedaba sin dinero hasta el día siguiente. Esto es algo que nos puede resultar raro, pero que ocurría. De hecho, le pasó a John Sheperd-Barron, por lo que decidió inventar el cajero automático.

Desde la instalación del primer cajero automático han pasado 50 años. El 27 de junio de 1967 se instaló el primer dispensador de dinero en el banco Barclays en Londres. No eran como los de ahora, ya que en aquella época no existían las tarjetas con bandas magnéticas y se introducían unos cheques con material radiactivo. El cliente marcaba un pin de cuatro números y el dispositivo le proporcionaba diez libras esterlinas.

Para ver el primer cajero automático en España hubo que esperar un poco más. En 1974, la sucursal de Banco Popular en Toledo puso en marcha el primer dispositivo de estas características en el país. “El efectivo era entonces el medio de pago más habitual, y apenas competía con otros no electrónicos, como el cheque”, señala Verónica López, consultora de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

En la actualidad, España cuenta con un total de 49.958 cajeros automáticos, según los últimos datos del Banco de España de 2016. Esta cantidad representa un 0,19% más que en el año anterior. Hay que destacar que es el primer incremento de la red de cajeros tras siete años consecutivos en los que había menguado.

“Las transferencias interbancarias son el medio de pago por el que transita el mayor volumen de recursos (en valor), mientras que las tarjetas de pago representan el mayor número de transacciones, sin considerar el efectivo, cuyo uso no genera datos estadísticos”, apunta la consultora.

¿EL FIN DEL CAJERO AUTOMÁTICO?

Siguiendo con los datos, en 2016, por primera vez, el valor de las operaciones de pago en terminales de punto de venta (TPV) superó al de los retiros de efectivos en cajeros. En total, se realizaron más de tres millones de operaciones con tarjetas por valor de 124.406 millones de euros (un 10,75% más que el año anterior). Por otro lado, se retiraron un total de 118.275 millones de euros de los cajeros automáticos (un 3% más) en 924.127 operaciones. Pese a verse adelantado por los TPV, nunca antes los cajeros habían ‘dado’ tanto dinero en España.

¿Podrían ser estos datos el principio del fin del cajero? “El aumento del número de dinero pagado con tarjetas en TPV no es incompatible con la permanencia de los cajeros automáticos”, apunta López. Además, puntualiza que “este es un hito que en otros países de nuestro entorno se superó hace muchos años”.

También hay que tener en cuenta que los cajeros automáticos realizan otras muchas funciones, como los depósitos de efectivo, recurso muy utilizado aún por el pequeño comercio, y como recuerda Verónica López, “son objeto de innovación para que adopten un mayor número de funciones, transformándose en una extensión de nuestro Smartphone y por ende, un elemento más del mobile-banking – cajeros inteligentes”. Por esto, la consultora de AFI deja claro que “la mera función de dispensar efectivo no será la que determine la razón de ser de los cajeros automáticos del futuro”.

DINERO DIGITAL VS. EFECTIVO

Es difícil que el dinero efectivo desaparezca de nuestras vidas en su totalidad en los próximos 20 años. “Resulta complicado aventurarse a este tipo de proyecciones de medio plazo si se tiene en cuenta la velocidad de la innovación digital”, puntualiza López. Aunque matiza que sí que se verá una gradual reducción de su presencia, de la intensidad de uso y de la exclusividad de la que aún goza en algunos ámbitos, como por ejemplo el pago mínimo con tarjeta en comercio minorista o el pago entre particulares.

También hay que tener en cuenta que muchos nuevos servicios que oferta el mercado sólo son compatibles con el pago electrónico o digital. Por lo que se puede asegurar que estos dos medios de pago continuarán coexistiendo, por lo menos, en un plazo medio de tiempo. Además, la tecnología también evoluciona en este sentido, ya que Twyp Cash, aplicación móvil de ING, permite retirar dinero en efectivo en varios establecimientos y comercios como DIA o gasolineras.

El dinero electrónico (lo que alojan los monederos electrónicos o digitales, como Paypal o Twyp) es de reciente adopción. Otro ejemplo de transformación en las formas de pago se observa en los pagos entre particulares (P2P), en los que hoy se centran soluciones de reciente incorporación como las transferencias inmediatas a través del móvil, que buscan sustituir el uso del efectivo en este tipo de transacciones.

El pago electrónico o digital, ya sea presencial, remoto o en movilidad, con atributos de inmediatez, trazabilidad y facilidad de uso se autoriza una tendencia imparable. “El uso del efectivo será residual, menor al 20% de las transacciones de pago de bajo valor, según el consenso acerca de la definición de ‘sociedad sin efectivo’”, apunta López.

Uno de los ejemplos de la evolución y solución de los pagos entre particulares es Bizum. Una aplicación móvil que permite realizar pagos a través del smartphone y sólo con el número de teléfono de la otra persona. Esta aplicación ya ha alcanzado los 502.408 usuarios desde su puesta en marcha en octubre de 2016. Desde entonces, se han realizado cerca de un millón de operaciones con un movimiento de más de 48 millones de euros.

Bizum es un servicio integrado en la app de cada banco. Actualmente son 27 las entidades que lo tienen disponible (lo que representa una cuota de mercado superior al 95%), a las que próximamente se sumarán otras tres.

La edad del usuario de Bizum es de 24 a 55 años, y, dentro de éstos, la franja más destacada es la de 35 a 44 años, que representa un 35%, aunque también son significativas las de 25-34 años (22%) y la de 45-54 años (22%). En cuanto al importe medio por operación que se realiza entre “bizumers” es de 52 euros, y los días de mayor actividad son los jueves y viernes, de cara a los planes del fin de semana.

“Queremos convertirnos en el instrumento de pago preferido de los consumidores españoles; que ‘hacer un Bizum’ sea algo cotidiano para ellos”, explica Ángel Nigorra, CEO de Bizum. El respaldo de las entidades financieras es uno de los activos de Bizum y así lo valoran los usuarios, que junto con la instantaneidad, es la clave, “para que nos recomienden a otros usuarios y poco a poco vaya creciendo el círculo de ‘Bizumers’”, apunta el CEO.

El importe mínimo para hacer una transferencia por Bizum es 50 céntimos y el máximo por operación es de 500 euros. “Creemos que siempre es importante marcar algunos límites para garantizar la seguridad”, explica Nigorra. El objetivo de Bizum es poder llegar a estar disponible para pagar en comercios, aunque “presentará unos límites específicos diferentes del caso actual”.

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