• El salario promedio de los trabajadores con estudios superiores, incluidos los de doctorado, está en 29.000 euros, según el INE
  • La formación es un elemento central para entender la evolución de los salarios, pero también otros como la capacidad de huelga o las barreras de entrada
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Estibadores manifestándose en SevillaEUROPA PRESS/IU

El sueldo de los estibadores se ha convertido en una cuestión de debate nacional, ante la liberalización del sector que exige Bruselas y los privilegios que el sector se niega a perder. Pero en realidad sólo ha puesto el acento en un hecho que no es aislado en el conjunto del mercado laboral: además de la formación y la experiencia hay más factores que inciden en la evolución de los salarios.

De hecho, según los datos del Ministerio de Fomento, el sueldo medio en la estiba está en los 60.000 euros anuales. Una cantidad que más que duplica los 29.000 euros que ganan en promedio los empleados con estudios superiores, incluyendo los que tienen doctorado, según el último estudio publicado de salarios por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) con datos de 2015.

Así, los estibadores forman un colectivo con un poder adquisitivo muy superior al de los trabajadores con mayor cualificación académica, sin tener en cuenta la experiencia. Este es un hecho que se repite a lo largo del mercado de trabajo, ya que la evolución de los sueldos depende de más claves como la oferta y la demanda, la capacidad de huelga o la adaptación a los cambios tecnológicos. Aunque los factores determinantes son infinitos, hay 10 que sobresalen respecto al resto:

1. LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

Es la principal variable. Las empresas son la demanda del factor trabajo y los trabajadores los que se ofertan. Y como con cualquier bien, cuando hay un desequilibrio por mayor oferta que demanda cae el precio y viceversa. “Esto se vio claramente con la construcción, donde se dispararon los salarios durante la burbuja anterior de 2007 y después, a la vez que aumentó el paro, cayeron con la crisis”, recuerda Sandalio Gómez, profesor del IESE. Asimismo, añade Almudena Sémur, del IEE, “incluso en los momentos de mayor desempleo había escasez de ingenieros informáticos o de telecomunicaciones, lo que elevó sus salarios”.

2. PODER DE NEGOCIACIÓN (Y DE HUELGA)

Los sectores donde hay más capacidad de organización tienen mejores condiciones en sus convenios

“Los sectores donde hay más capacidad de organización tienen mejores condiciones en sus convenios”, explica Raymond Torres, director de coyuntura y estadística de Funcas, donde se incorporó procedente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Es decir, los grupos de trabajadores con más fuerza para presionar a las empresas con la amenaza de huelga tienen más posibilidad de una evolución de los salarios mejor que la media. Y no sólo es determinante la presión sobre las compañías para las que trabajan, sino más aún para crear cuellos de botella en tráfico de mercancías o de personas, o en tener un efecto amplificador en el que el cese de su actividad afecta a más agentes económicos que meramente a quien les paga. Esto ocurre con los estibadores, cuyos parones de actividad ponen en jaque al sector exportador. También sucedió con los controladores, que paralizaron los aeropuertos en 2010, y pasa con profesiones que van desde las relacionadas con servicios públicos como la limpieza o el transporte.

3. ESTUDIAR SÍ VALE PARA ALGO

La formación tiene una correlación positiva con los salarios. Es decir, más allá de excepciones, en general cuanto mayor es la cualificación académica -y otras variables como los idiomas o la formación profesional- más alta es la remuneración. Según las cifras que facilita el INE, los empleados que tienen hasta secundaria obtienen un salario medio de 1.365 euros brutos mensuales, frente a los 1.639 euros de los que han terminado la segunda etapa de secundaria, y lejos de los 2.408 euros de los que tienen estudios superiores. La formación incide porque, por una parte, aumenta la empleabilidad y, por otra, “incrementa la productividad del capital humano”, expone Semur.

4. BARRERAS DE ENTRADA

Imagen de EP

El nivel de estudios es una de las principales barreras de entrada para los trabajadores en un sector, pero no la única. Otros elementos como los certificados o la necesidad de pertenecer a un colectivo limitan el acceso de más competidores para un puesto de trabajo, lo que por oferta y demanda afecta a la evolución de los salarios, explica Raymond Torres. En este sentido, señala que son importantes las certificaciones que se exigen en algunos servicios profesionales o los sectores organizados como gremios en los que es complicado incorporarse ya que ellos mismos controlan las entradas, como ocurre con los estibadores o con los controladores aéreos.

5. A MÁS EXPERIENCIA...

Los convenios salariales aumentan los salarios en España por antigüedad. Pero además, Torres explica que “dependiendo del trabajo, algunos perfiles consiguen aumentar su productividad y hacer más difícil que sean sustituidos con el paso de los años en un empleo, lo que les da más capacidad de acceder a mejores salarios”. Esto ocurre especialmente con profesionales con alta formación y con aquellos que tienen que manejar tecnologías o maquinarias complejas.

6. ADAPTACIÓN A LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

A largo plazo los trabajadores que mejor sepan aprovecharse de la tecnología, la robótica o la biotecnología son los que ganarán más dinero

En línea con los dos puntos anteriores, la revolución tecnológica que afecta a todos los sectores -aunque con desigual intensidad- hace que se vean favorecidos los profesionales que mejor incorporan estos cambios a sus aptitudes. “A largo plazo los trabajadores que mejor sepan aprovecharse de la tecnología, la robótica o la biotecnología son los que ganarán más dinero”, vaticina Sandalio Gómez.

7. LOS TEMPORALES GANAN MENOS

Este punto también tiene que ver con la experiencia, ya que los trabajadores que pasan más tiempo de sus vidas laborales con contratos temporales tienen menores salarios, al no tener acceso a los plus de antigüedad. Además, “en igualdad de condiciones, con el mismo tiempo trabajado en una empresa y con las mismas características en el puesto de trabajo, empíricamente se observa que los temporales ganan menos”, agrega Raymond Torres.

8. DISCRIMINACIÓN POR SEXO...

Las mujeres ganan menos que los hombres. Un hecho desgraciado que se mantiene en la economía española, según muestran los datos del INE: en 2015 el salario medio bruto de las mujeres fue de 1.644 euros, demasiado lejos de los 2.123 de los hombres. “Se ha mejorado mucho pero no lo suficiente, ya que la brecha no se reduce y aún es importante. Hay menor promoción en las empresas para las mujeres, por lo que hay que buscar normativas que ayuden a la conciliación laboral y familiar y que impidan la discriminación”, argumenta el economista de Funcas.

9. Y POR NACIONALIDAD

Los inmigrantes también tienen sueldos inferiores a los españoles cuando las características del puesto de trabajo son idénticas. En muchos casos, más allá de que pueda haber discriminación, Torres explica que es porque al llegar a España aceptan condiciones inferiores e incluso puestos de trabajo peor remuneración que los empleos a los que podrían acceder.

10. TAMAÑO DE LA EMPRESA

El tamaño de las empresas en las que desarrollan su actividad los trabajadores también influye en la evolución de sus salarios, ya que las más grandes pagan más que las más pequeñas, debido a que generan sinergias que les permiten incrementar la productividad del factor humano. En la jerga, las economías de escala reducen los costes medios soportados por cada unidad producida. Las compañías con menos de 10 trabajadores remuneran a sus empleados con 1.314 euros de media; las de 10 a 19 trabajadores con 1.739 euros; las de 20 a 49 asalariados con 1.986 euros; las de 50 a 249 con 2.042 euros; y las de más de 250 empleados con 2.716 euros. La brecha, además, se ha incrementado en las últimas estadísticas publicadas por el INE.

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