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Mayo y los primeros compases de junio han resultado positivos para las monedas de los países emergentes. Las alzas generalizadas de estas divisas, con el real brasileño, el yuan o el rand sudafricano a la cabeza, contrastan con la lira turca, que está viviendo otra oleada de ventas y manifestando una vulnerabilidad que se mantendrá este verano, aseguran los expertos de MUFG.

Pero el caso de la moneda otomana es una excepción y responde a la realidad política de un país donde el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan no deja respirar al banco central y sus continuadas injerencias se dejan notar en el comportamiento de la divisa. En el resto de naciones, con especial hincapié en aquellas donde sus economías son muy dependientes de las materias primas, abunda el optimismo de cara a los próximos meses.

El repunte experimentado por los precios de estos productos ha favorecido a las divisas de los países muy dependientes del sector primario. Dos de las principales divisas que mejor se han comportado en lo que va de año han sido el dólar canadiense (+5,5%) y la corona noruega (+2,2%), las divisas más dependientes de las materias primas dentro del grupo del G10. “Las monedas de los mercados emergentes tienden a beneficiarse de forma desproporcionada de la subida de los precios de las materias primas, ya que los países en desarrollo suelen depender de su producción para su PIB más que los grandes países”, explica el equipo de analistas de Ebury. Sin embargo, la ralentización de la vacunación en los países de mercados emergentes ha frenado la confianza en sus divisas: el índice MSCI de divisas de mercados emergentes sólo ha subido un 1% en lo que va de año, lo que supone un desfase considerable con respecto a la subida de las materias primas.

Por lo tanto, los expertos de esta entidad creen que hay margen para que sigan subiendo en lo que queda de año. “Pensamos que podríamos ver más aumentos en los precios una vez que se levanten las restricciones en mayor medida en los países desarrollados”, prosiguen desde Ebury, ya que “este sería un entorno propicio para las subidas de las divisas de los mercados emergentes, en particular las que dependen de las materias primas, a expensas del dólar americano”.

Asimismo, la la fintech especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas ha realizado una valoración que les permite declararse “muy optimistas con respecto a las monedas de los mercados emergentes, la mayoría de las cuales parecen bastante baratas según una serie de parámetros, especialmente en comparación con las materias primas”. En concreto, el real brasileño, el peso colombiano, el rublo ruso, el peso chileno y el rand sudafricano son la que tienen más potencial con respecto al dólar.

No obstante, los expertos de MUFG alertan de que “las recientes ganancias de las divisas de los mercados emergentes no se han visto respaldadas por las entradas de cartera en los mercados emergentes, lo que arroja algunas dudas sobre la sostenibilidad de los movimientos”. Las salidas de capital en los mercados emergentes ascendieron a 600.000 millones de dólares en la última semana, con entradas de acciones por valor de 200.000 millones de dólares compensadas por salidas de deuda por valor de 900.000 millones de dólares.

“Los flujos de cartera hacia los mercados emergentes seguirán siendo sensibles a las expectativas de reducción de los estímulos de la Reserva Federal (Fed)”, avisan estos analistas, cuya retórica “se ha vuelto más agresiva la semana pasada, ya que prepara a los mercados para un debate sobre la reducción de la expansión quantitativa en las próximas reuniones. Con todo, avisan de que el crecimiento del empleo debe ser constante para que las expectativas de subida de tipos de la Fed aumenten significativamente y “provoquen un un repunte más amplio del dólar que resulte más perturbador para las condiciones de los mercados financieros y las divisas de los mercados emergentes”.

LA LIRA TURCA SEGUIRÁ VULNERABLE

Todo lo anterior, sin embargo, no se aplica a la lira turca, que tras sus nuevos mínimos históricos suscita pesimismo entre los analistas del banco nipón ya que se halla muy expuesta a los vapuleos por parte del presidente otomano, Recep Tayyip Erdogan.

“Los participantes en el mercado siguen preocupados por la influencia de Erdogan en el banco central”, comentan desde el banco de inversión nipón. “Esa preocupación se puso de manifiesto de nuevo la semana pasada con la decisión del presidente Erdogan de despedir a otro miembro del regulador otomano”, aseguran. El vicegobernador Oguzhan Ozbas ha sido sustituido por Semih Tuman.

Kavcioglu, por su parte, ha intentado amortiguar el impacto negativo sobre la lira turca afirmando que "las expectativas de una pronta flexibilización de la política, que no se basan en un justo razonamiento, deben desaparecer". Los participantes en el mercado buscarán señales sobre quién está realmente a cargo de la política monetaria en los próximos meses”, explican los expertos de MUFG.

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