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La lira turca continúa desangrándose. La divisa otomana sigue debilitándose frente al ‘billete verde’ y en estos momentos se intercambia por 23,5 dólares. Desde la victoria de Recep Tayyip Erdogan en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, la lira se ha devaluado casi un 20%. Por si fuera poco, la mitad de este descenso se ha producido en la última semana. La caída de la lira ha sorprendido a firmas de análisis de la talla de Goldman Sachs, que han visto como sus peores pronósticos se cumplían en apenas 3 días en lugar de los 3 meses que pronosticaban inicialmente.

El banco estadounidense pronosticaba este fin de semana que la lira todavía tenía un margen de 3 meses para alcanzar los niveles actuales, al tiempo que pronosticaba que alcanzaría el nivel de 25 USD/TRY en unos 6 meses y los 28 USD/TRY en 12 meses. El agudo descenso ha provocado que la firma tenga que revisar sus previsiones.

“Creemos que nuestra previsión a 12 meses podría alcanzarse antes si el ajuste de las divisas sigue siendo más prematuro”, han indicado en un nuevo informe publicado este miércoles. Asimismo, la firma neoyorquina no cree que el nombramiento de Mehmet Simsek como nuevo ministro de Finanzas, del cual se cree que aplicará una postura más ortodoxa , brtinde demasiado apoyo a la divisa.

Simsek es un defensor de la economía convencional, con lo que el presidente turco buscaría apuntalar la confianza del mercado después de las elecciones, según informan diversas fuentes a ‘Bloomberg’. Hay que recordar que Simsek ya trabajó como viceprimer ministro y de Finanzas de Erdogan hasta que renunció en 2018. Durante la jura de su cargo, Simsek prometió restaurar las políticas económicas “racionales” en Turquía, aunque avisó que “no hay atajos ni soluciones rápidas”.

“Con tanta presión sobre la lira, pensamos que es una cuestión de cuándo y no de si la moneda se debilita significativamente, con la probabilidad de un mayor ajuste puntual habiendo aumentado”, añaden desde Goldman Sachs.

Paralelamente, Turquía ha designado a Hafize Gaye Erkan como nueva gobernado del banco central del país otomano, la quinta en los últimos cuatro años. Su nombramiento también ha sido interpretado como un giro de Erdogan hacia una política monetaria más ortodoxa, que anticipa un mayor endurecimiento monetario para controlar la inflación. En este sentido, cabe recordar que la tasa de inflación del país en mayo se situó en el 39,59%, según las estadísticas del Gobierno. El pasado mes de octubre, la tasa de inflación turca se disparó hasta el 85,51%.

Paralelamente, fuentes de ‘Financial Times’ informan que numerosos bancos turcos parecen estar evitando involucrarse en el mercado de divisas. Las compras de liras por parte de los bancos estatales han sido una herramienta importante para apuntalar la moneda en los últimos años.

De acuerdo con el medio británico, un ejecutivo de un banco turco anónimo describió el nombramiento de Simsek como una “devaluación intencionada” en lugar de una relajación total de los controles. Los analistas de divisas también indican que la lira está sobrevalorada en relación con la posición económica de Turquía, incluso después de haber caído más de un 60% frente al dólar en los últimos dos años.

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