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Los contribuyentes aún están a tiempo de ahorrarse hasta 10.000 euros en la próxima declaración de la renta. Aunque para que comience el plazo de presentación todavía quedan algunos meses, el último trimestre de año el clave para hacer modificaciones en la actual declaración y conseguir que salga a devolver el año que viene. ¿Cómo hacerlo?

Una de las soluciones más sencillas es apostar por la retribución flexible. Como explican en TaxDown, se trata de un sistema retributivo que permite al trabajador dividir el cobro de su sueldo; una parte en efectivo y otra a través de productos o servicios que contrata a través de la compañía, como por ejemplo el abono transporte. No todas las empresas ofrecen estas facilidades, pero aquellas que sí lo hacen posibilitan que los empleados puedan llegar a ahorrarse una media de entre 100 y 400 euros.

Otra fórmula es hacer una donación a una ONG, a asociaciones culturales o, incluso, a partidos políticos. De acuerdo a los parámetros de la Agencia Tributaria, los ciudadanos españoles pueden llegar a deducirse hasta el 80% de los primeros 150 euros que hayan donado a organizaciones sin ánimo de lucro. Este porcentaje baja hasta el 35% si se supera esta cantidad. De esta forma, un contribuyente que done asiduamente a este tipo de asociaciones puede conseguir un ahorro potencial de hasta 120 euros en su renta.

Apostar por una declaración conjunta también significa una cuantiosa bonificación. Según los datos elaborados por los expertos fiscales de TaxDown, un matrimonio puede llegar a ahorrarse hasta 3.400 euros si escogen este método, una cifra similar si se hace la declaración incluyendo a los hijos, mientras que las parejas de hecho pueden deducirse hasta 2.150 euros. Por otro lado, los padres divorciados también pueden incluir en su IRPF la pensión alimenticia, lo que les permite ahorrarse una media de entre 200 y 600 euros, dependiendo de la manutención acordada.

Los contribuyentes interesados en vender y comprar una vivienda en lo que queda de año también pueden adherirse a varias deducciones. Este es el caso de los propietarios mayores de 65 que quieran deshacerse de su residencia habitual, ya que no tendrán ninguna obligación fiscal con la Agencia Tributaria a partir de esa edad, ahorrando así miles de euros.

Otro proceso que cuenta con unas cuantiosas bonificaciones en el IRPF es la venta de un inmueble, seguido de la adquisición de otro, ya que aquellas ganancias que se hayan obtenido en esta operación no se tienen que declarar. Es decir, si en esta comercialización un individuo consigue un beneficio de 50.000 euros no lo tiene que presentar ante Hacienda.

Aquellos caseros que cuenten con unos inquilinos fijos en una de sus viviendas pueden llegar a deducirse el 60% de los ingresos que obtienen por el alquiler. Por ejemplo, si una persona tiene un piso alquilado por 600 euros al mes y gana 7.200 euros por 12 meses, teniendo un total de 200€ de gastos, de forma general se quedaría con 7.000 euros. Sin embargo, al ser la vivienda habitual de otra persona, se aplicaría la reducción del 60%, tributando solo por 2.800 euros (7.000 euros menos el 60%).

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