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Nadie pone en duda el brutal salto que han dado las criptomonedas en los últimos dos años. Sólo el bitcoin y el ethereum acumulan un billón dólares de capitalización y las numerosas voces que alaban este mercado como una forma de diversificación confirman que han superado su carácter marginal y apto solo para unos pocos buscadores de emociones. Sin embargo, su adopción por el gran público avanza a marcha lenta por la elevada volatilidad de los precios, la falta de una regulación clara o porque su compra sigue siendo “compleja y turbia”, señala Matt Parish, product manager de True Layer.

Los expertos apuntan a que tanto volatilidad como regulación se resolverán a medida que el mercado madure y se aclare su marco legal. En cuanto a la adquisición de criptomonedas, la mayoría de las bolsas de compraventa de activos digitales sólo aceptan pagos con tarjeta o transferencias bancarias manuales, ya que se han visto obligadas a aceptar los sistemas existentes. Pero, según Parish, dar el salto a la banca abierta (‘open banking’) transformará la experiencia de compra porque se trata de “una infraestructura creada para el mundo digital”.

“Los pagos mediante estos sistemas, están libres de comisiones, son más rápidos y cómodos para los usuarios, mejor protegidos contra el fraude y menos costosos para las empresas”, explica el product manager de True Layer. En contraposición, el pago con tarjeta “es complicado y propenso al fraude, por no hablar de lo costoso que resulta para una criptobolsa procesarlo”. Además, los pagos con tarjeta tardan hasta cinco días en liquidarse. Las transferencias tradicionales, por su parte, “son más seguras y los fondos se liquidan más rápido, pero la experiencia de pago es pobre y son difíciles de escalar”, afirma.

Plataformas como Gemini usan este sistema y lo describen como “un santo grial” que permite a los usuarios “utilizar sus cuentas bancarias para transferir dinero directamente, desde nuestra plataforma”. Otros criptobrókers que incorporan este método de pago, como Safello, permiten una ágil compra de activos digitales, pagando directamente desde sus cuentas bancarias.

La simplificación del proceso que alaban desde estas plataformas, unido a la confianza, son las dos razones para la aceptación de la banca abierta entre los criptotraders, describe Parish. Con la banca abierta, cuando alguien acude a realizar un pago, se le redirige en la pasarela de pago al sitio web de su banco -un entorno en el que confiará más que en el de un tercero- y se le devuelve automáticamente a la pantalla anterior.

El experto de True Layer explica que el cliente confirma su identidad a través de la aplicación de su banco con su huella dactilar o mediante el reconocimiento facial. Esto coincide con el estándar de oro de la experiencia del usuario establecido por Apple Pay y Google Pay y también cumple con las normas de protocolos de autenticación fuerte del cliente (SCA por sus siglas en inglés) europeos.

LIQUIDACIÓN, RETIRADA Y REASIGNACIÓN INMEDIATAS

Permitir que los clientes paguen de la forma que quieran no es la única ventaja para las plataformas de intercambio de criptoactivos. “Con los pagos de banca abierta (y a diferencia de las tarjetas) la liquidación es inmediata”, subraya Parish. Esto significa dos cosas. En primer lugar, el dinero de un inversor puede ponerse a trabajar de inmediato. Y, en segundo lugar, que las plataformas ya no necesitan proporcionar un servicio de prefinanciación (es decir, comprar las criptodivisas a la espera de recibir el dinero de sus clientes), por lo que reducen significativamente su riesgo de perder liquidez.

Los operadores también querrán tener la opción de retirar fondos o cambiar la asignación de activos. Para muchos inversores, las criptomonedas son otra forma de equilibrar sus carteras entre activos CeFi y DeFi, lo que requiere que la rampa de salida funcione con la misma eficacia que la de entrada.

El experto de TrueLayer aclara que no es una característica nativa de la banca abierta, por lo que la compañía se ha centrado en ello para los clientes de inversión y ecommerce. Las rampas de salida de cripto a fiat pueden realizarse a través de "pagos" en los que los datos bancarios del cliente se verifican mediante open banking y se rellenan automáticamente para garantizar que los fondos se dirigen a una cuenta válida.

Por otra parte, destaca Parish que la seguridad también se ve reforzada porque el cliente se conecta directamente con su banco, lo que significa que la autenticación está incorporada desde el principio. “Esto también ayuda a cumplir con la regulación”, asevera, y con leyes como las de AML (Anti-Lavado de Dinero) y KYC (Conozca a su Cliente). “Aunque la banca abierta no erradica toda posibilidad de fraude, facilita a las entidades de intercambio demostrar el origen de los fondos que llegan a la plataforma”, argumenta.

A su vez, esto debería incentivar a más bancos a permitir pagos a través de banca abierta a las plataformas de criptoactivos de confianza. “Aquellos bancos que sean más restrictivos con las transferencias de las empresas de criptoactivos pueden acabar perdiendo cuota de mercado”, señala Benoit Marzouk, director general de Bitcoin Point.

“A medida que los criptoinversores se familiaricen con las ventajas de la banca abierta, buscarán las plataformas que la ofrecen. Las que no lo hagan podrían perder terreno”, concluye Parish.

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