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Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión del BCE

Ante el terrible impacto que va a tener la crisis post coronavirus en la banca europea, el BCE ha propuesto a la Comisión la creación de un banco malo a nivel europeo donde las entidades puedan aparcar sus créditos morosos, según el 'Financial Times'. A su juicio, será la única forma de evitar quiebras y rescates bancarios. Sin embargo, la Comisión ha rechazado inicialmente la propuesta porque supondría quebrar las normas de resolución dictadas tras el rescate de las cajas españolas, que imponen que los accionistas y bonistas deben asumir pérdidas antes de dar ayudas públicas a los bancos.

El impulsor de esta medida es Andrea Enria, presidente del brazo supervisor del BCE, que ya la había planteado cuando estaba al frente de la EBA (Autoridad Bancaria Europea). Su argumento es que el hundimiento de las economías de la zona euro por las medidas para contener el coronavirus disparará la morosidad de empresas y familias, lo que amenaza con restringir el crédito en un momento tan delicado y con llevarse por delante a numerosas entidades.

El diseño del BCE contempla que esos activos improductivos deberían venderse a precio de mercado en una fecha prefijada en el futuro, e incluso plantea la posibilidad de que los bancos que los traspasen se hagan cargo de las pérdidas que supongan esas ventas futuras para minimizar las ayudas públicas.

Los grandes bancos norteamericanos ya han alertado de la que se avecina con la dotación de ingentes provisiones por impago en sus resultados del primer trimestre, y en España se espera que sigan el mismo camino, máxime porque ahora estos saneamientos se deben hacer sobre la pérdida esperada (no la incurrida). Como informó Bolsamanía, la bolsa descuenta caídas de capital para absorber esa morosidad, y hay grandes dudas de que la solvencia de muchos bancos europeos pueda aguantar unas pérdidas tan fuertes como las que se avecinan.

LA COMISIÓN LO RECHAZA PORQUE SUPONE AYUDAS PÚBLICAS

Sin embargo, la Comisión Europea se opone al plan del BCE, según el FT, porque supondría saltarse la normativa de resolución bancaria europea diseñada tras el rescate financiero español y cuyo objetivo es minimizar el uso de dinero público para salvar bancos; antes de eso, deben asumir pérdidas accionistas y bonistas, como ocurrió en el caso del Banco Popular. Sin embargo, diferentes altos cargos del supervisor único consideran que la única medida efectiva ante la crisis que se avecina es el banco malo.

Es el caso de Yannis Stournaras, gobernador del Banco de Grecia, quien asegura que "la lección que nos deja la crisis financiera es que la única forma de deshacerte rápidamente de los activos tóxicos es un banco malo. Puede ser uno europeo o nacionales, pero se tiene que hacer rápidamente". Como es sabido, esta figura fue adoptada para sanear a las entidades insolventes en Irlanda, Alemania y España (Sareb).

Fuentes de la Comisión aseguran que han parado el plan y que las conversaciones se encuentran en una fase inicial, pero no descartan que se retomen en las próximas semanas. Los créditos morosos de los 121 mayores bancos de la zona euro ascienden -sin contar el impacto del coronavirus- a 506.000 millones de euros, el 3,2% de su cartera. Ahora, bien, en Grecia, Italia, Portugal y Chipre esa cifra supera el 6%. España se sitúa algo por encima de la media.

La Comisión ya ha relajado la normativa de ayudas de Estado para la adopción de numerosas medidas de ayuda para aliviar el impacto de la crisis provocada por el coronavirus, como la posibilidad de inyectar capital público en empresas estratégicas en apuros. El BCE entiende que podría hacerse lo mismo con el banco malo para salvar entidades que no puedan absorber las pérdidas con su capital.

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