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¿Se considera un inversor de muy largo plazo? ¿Está pensando en comprar acciones con un horizonte temporal de 10 o incluso 20 años? Estas son algunas claves que debe tener en cuenta para tener éxito en su estrategia.

Para Sunder Ramkumar, gestor de Capital Group, la diversidad de la renta variable puede ser una potente herramienta de reducción de riesgos. Para los inversores jóvenes, que son los más interesados en invertir a largo plazo, el mercado de acciones debe ser considerado como una combinación de emisiones individuales con características propias.

"Para aquellos inversores con horizontes de inversión más largos, como es el caso de los jóvenes, que pueden mantener su inversión en periodos de caída, los activos de renta variable más cíclicos y con una beta más elevada han ofrecido mejores resultados", afirma Ramkumar.

Esa es la razón por la que aconseja títulos de crecimiento a la hora de construir carteras para inversores que se encuentran en las primeras fases de su ciclo de ahorro.

En su opinión, los activos con beta elevada tienden a perder más valor durante los periodos de caída de los mercados, pero también suelen rebotar con más fuerza después, reflejando así su naturaleza orientada hacia el crecimiento.

Es evidente que la volatilidad del mercado a corto plazo puede afectar y preocupar a los inversores en activos con beta elevada. Pero para aquellos que sean lo suficientemente disciplinados como para mantener su inversión en periodos de volatilidad, las correcciones y ventas generalizadas de los mercados "pueden quedar eclipsadas por la tendencia alcista que presenta la bolsa si consideramos periodos de varias décadas", explica este experto.

Según cálculos de Capital Group, los inversores que invirtieron el 100% de sus ahorros en acciones obtuvieron una rentabilidad media anual del 11% durante 20 años, que alcanzó el 12,5% en las carteras que apostaron por más acciones de crecimiento y mayor beta.

En el mismo periodo, los inversores que diversificaron sus ahorros entre acciones (80%) y bonos (20%) obtuvieron una rentabilidad media anual del 10%, que se redujo al 9% para quien diversificó en un 60% hacia las acciones y un 40% hacia los bonos, y bajó hasta el 8% para quien construyó una cartera con el 40% en acciones y el 60% en bonos.

ACCIONES DE CRECIMIENTO

Las acciones de crecimiento, denominadas en inglés 'growth stocks', son títulos de empresas que operan en sectores innovadores o en expansión y que, al contrario que las acciones de valor ('value stocks'), reparten muy pocos dividendos o ninguno.

Estas empresas son menos maduras y estables y gran parte del valor que se les otorga está en las perspectivas que existen de que generen beneficios en el futuro, pero que aún no se han realizado. Las empresas de nuevas tecnologías, biotecnológicas o de investigación y desarrollo de proyectos innovadores son las más conocidas y las que están consideradas de crecimiento.

Por ejemplo, los expertos de Credit Suisse consideran que el sector de la Tecnología seguirá siendo el más rentable durante los próximos años. Entre sus apuestas favoritas, aparecen empresas de software como Microsoft, SAP, Dassault Systemes y Oracle, grupos especializados en el sector de la ciberseguridad como Splunk y Zscaler; y los fabricantes de videojuegos Electronic Arts y Nintendo.

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