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Dilataciones de los precios aparte, lo cierto es que lo realmente importante es que desde los mínimos de 2016 tenemos impecables mínimos y máximos crecientes semanales. Y así no se cae.

El único ‘pero’ en este momento es que el stop de pérdidas está muy alejado de los actuales niveles de precio, lo que dificulta cualquier tipo de estrategia, salvo que ya se esté posicionado dentro. En cuyo caso, mantendríamos las posiciones con objetivo de subida en los máximos de 2018 (16,89). Otra pequeña estrategia en términos de muy corto plazo sería la de intentar abrir largos en los niveles de precio más cercanos posibles a la zona de los 15,40 euros (antes resistencia), con stop loss (en cierres) por debajo de los 14,90 dólares, el que es el último mínimo creciente. Y objetivo de subida en los 16,90 euros y por encima la parte superior del canal alcista.

A mediados de febrero conocimos que el beneficio neto del cuarto trimestre de la petrolera italiana cayó un 76%, hasta los 499 millones de euros desde los 2.050 millones de euros del año anterior. Eni atribuía esta diferencia en las ganancias a los extraordinarios positivos de 2.700 millones registrados en el mismo periodo del año anterior por la venta de participaciones en proyectos en Egipto y Mozambique. El resultado operativo ajustado del trimestre, que excluye los efectos de estas plusvalías extraordinarias, pasó de 2.000 millones de euros a 2.990 millones de euros, superando el consenso de 2.880 millones de euros establecido por la compañía. Las ventas aumentaron de 17.550 millones de euros a 20.040 millones de euros, según la empresa. En el conjunto del año, Eni obtuvo un beneficio neto de 4.226 millones, un 25% más que en 2017.

Eni.

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