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A falta de conocer el cierre de la vela mensual hay que reconocer que la vela mensual que nos puede terminar dibujando el precio invita claramente al optimismo.
Es cierto que todavía falta algo más de una semana para cerrar el mes de enero y todo puede pasar. Pero qué duda cabe que la vela mensual que nos puede terminar dibujando BBVA invitaría al optimismo. De hecho, lo que tenemos delante es una vela alcista con un cuerpo real blanco (alcista) amplio que se produce desde la potencial zona de soporte de la que hemos estado hablando a lo largo de los últimos meses: la directriz alcista de la última década. Aquella que une los mínimos crecientes de 2009, 2012, 2016 y de 2018. Además de por las lecturas extremas de sobreventa mensuales que nos muestra el oscilado de momento, el estocástico, no vistas desde comienzos de 2016 y mediados de 2012.
O lo que es lo mismo, en la medida en que el título respete el soporte de los 4,45 euros (mínimos de 2018) hay cabida para la esperanza. Además, no olvidemos que este título acostumbra a actuar como título adelantado del Ibex 35. Por lo tanto, si bien es cierto que no tenemos confirmación (todavía) de que hayamos visto el final de las caídas, hay ciertos detalles que comienzan a gustarnos.
