• Una nueva generación de exiliados cubanos hace más flexible la actitud hacia la isla
  • El fin del embargo tendrá que contar con el apoyo del Congreso
La Habana Cuba

Los Gobiernos de Estados Unidos y de Cuba protagonizan unas negociaciones históricas que podrían poner fin a un embargo económico de más de medio siglo y que fomentarán la apertura de la isla al capital extranjero, después de varias décadas de régimen comunista. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha explicado en el Congreso estadounidense que el contacto se produce ante la certeza de que mantener una actitud rígida no va a ayudar a cambiar la situación política o económica de Cuba.

Pero el mandatario norteamericano cuenta con un obstáculo importante para poder cumplir este propósito, pues el lobby de la vieja guardia cubana exiliada en Estados Unidos se opone a cualquier medida que beneficie a las autoridades comunistas de la isla, a las que califican de terroristas.

LIBERACIÓN DE ALAN GROSS

El cambio de actitud de la Casa Blanca podría haberse visto motivado por el empeoramiento del estado de salud del contratista de la CIA Alan Gross, que cumplía condena en una prisión de Cuba. Estados Unidos entabló contactos secretos con la isla, a través de Canadá y El Vaticano, para evitar que un ciudadano suyo muriera en una cárcel cubana.

Estos contactos se convirtieron en la primera piedra del acercamiento actual. Gross fue liberado este miércoles en una operación que vino precedida por el intercambio de tres espías cubanos detenidos en Estados Unidos a cambio otro agente secreto estadounidense, del que no ha transcendido su identidad.

NUEVA GENERACIÓN DE EXILIADOS CUBANOS

Espías al margen, la liberación de Gross ha sido interpretada por la prensa estadounidense como un cambio de actitud muy positivo en las relaciones entre Estados Unidos y todo el ámbito latinoamericano. Este cambio de actitud cuenta con el apoyo de los jóvenes cubanos que viven en suelo estadounidense.

Esta nueva generación empieza a tener un peso político importante y Obama quiere aprovecharlo. Estos ciudadanos se han desvinculado de los sucesos traumáticos que llevaron a sus antepasados a abandonar la isla, lo que les libera a la hora de estudiar posibles acercamientos al país del que salieron sus padres y abuelos.

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CRISIS EN VENEZUELA

Por otro lado, tiene un peso importante la mala situación económica en la que se encuentra Venezuela, que en los últimos años se ha erigido como uno de los principales apoyos de las autoridades cubanas. El descenso en el precio del petróleo reduce los beneficios que obtiene el país sudamericano y limita el flujo de ayuda que envía a la isla. La apertura podría terminar con la influencia de Venezuela.

Este motivo podría estar detrás de la decisión estadounidense de permitir envíos de divisas más elevados que en las décadas anteriores. Gracias a estos movimientos, las familias pueden ver como mejora su nivel adquisitivo sin que esto se convierta en otra fuente de presión para el régimen comunista, que lleva varios años mostrando síntomas de agotamiento.

LEY DEL EMBARGO

Pero, es en el aspecto económico en donde Obama se va a encontrar una de las batallas más complicadas de lidiar. El embargo económico, impuesto hace más de 50 años, fue aprobado por una ley sancionada en el Congreso, por lo que su derogación tendría que salir de la misma cámara. Ahora, los republicanos dominan el órgano y no parecen dispuestos a colaborar con este cambio. Y más teniendo en cuenta el peso que tiene la vieja guardia cubana en este sector de la clase política estadounidense.

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