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Que es lo que sucede con la crisis y sus múltiples interpretaciones, análisis y propuestas para vencerla con éxito, aunque los 'causantes' no sean plenamente identificados, sancionados y puestos fuera de la circulación económica y financiera, pues sin dudas son un peligro de alto voltaje para la sociedad.

Han transcurrido ocho largos y durísimos años. Así que a esta altura y después de este largo recorrido, podemos afirmar que la crisis ni ha sido vencida, ni se cuenta con la fórmula certera para hacerlo. Por el contrario, nos encontramos ante caminos inciertos sin explorar que nos conducen a un inmenso y costoso rodeo. Lo que se traduce en que no sabemos cómo y de qué manera será la salida y qué nos deparará: más estabilidad y menor incertidumbre, mejor gobernanza global, mejores prácticas de gestión, más equidad, mejores oportunidades y más seguridad en el mediano y largo plazo.

Así que escojamos una de las tantas interpretaciones sobre la situación de la crisis y sus posibles salidas, y ya que lo hacemos, que sea al menos relevante, como la propuesta de que nos encontramos en el llamado: estancamiento secular. Esta propuesta no es nada novedosa, pero ha sido nuevamente puesta en circulación por el poliédrico; Larry Summers, que en su etapa de secretario del Tesoro de los Estados Unidos con el presidente Bill Clynton, defendió la desregulación financiera (caldo de cultivo de la crisis, según consenso generalizado) y ahora es un agitador Keynesiano.

Han transcurrido ocho largos y durísimos años. Así que a esta altura después de este largo recorrido, podemos afirmar que la crisis ni ha sido vencida, ni se cuenta con la fórmula certera

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EL ESTANCAMIENTO SECULAR, UNA IDEA QUE NO ES NUEVA

El estancamiento secular, confiere unas perspectivas no demasiado despejadas a la economía mundial. Como digo, el estancamiento secular no es una idea nueva. Fue presentada por Alvin Hansen (discípulo de Keynes), en la dura década de 1930. Hansen pensaba que una desaceleración del crecimiento de la población y del progreso tecnológico reduciría las oportunidades de inversión. Los ahorros entonces se acumularían sin consumir y el crecimiento se desplomaría a menos que los Gobiernos estimularan la demanda agregada. Pero tras el auge económico del período de oro del capitalismo (1945-1973), el interés por la idea disminuyó. Larry Summers la puso en circulación tras su impactante discurso en el foro económico del FMI (14-11-2013), donde sugirió que el mundo rico podría estar sufriendo de estancamiento secular. A pesar de que las burbujas de activos se inflaron antes de la crisis financiera, el crecimiento de las economías ricas fue poco vigoroso, lo que sugiere una falta de oportunidades de inversión productiva. Y hay una serie de razones para pensar que desde entonces se ha vuelto más difícil vigorizar el crecimiento. La conferencia fue pronunciada cinco años después del gran pánico financiero del 2008, y aunque había desaparecido lo más duro de la crisis y los mercados financieros se habían restablecido, sin embargo, no existe evidencia de una recuperación sólida del crecimiento en Occidente, dice Summer.

“Si nadie lo remedia, pronto nos encontraremos al filo de la deflación y con probabilidad de que se instale entre nosotros el estancamiento secular de la economía a nivel mundial. Avanzamos hacia una década perdida durante la cual el crecimiento no vendrá impulsado por la fortaleza de la productividad, ni de la innovación, ni de la economía productiva, sino por estímulos monetarios artificiales inducidos por políticas extremadamente laxas que alimentarían nuevas burbujas en los mercados de activos financieros”. Estas palabras, eran pronunciadas ante una muy relevante y distinguida audiencia, con personas de la talla de Ben Bernanke o Martin Feldstein. Las ideas fueron recogidas con gran interés, incluyendo al premio Nobel Paul Krugman (premio Nobel de economía, 2008), quien, desde hacía algún tiempo presentaba una tesis muy similar desde su blog en el New York Times.

No hay duda de que estamos en terrenos desconocidos y llenos de incertidumbre. Lo cierto es, que las medidas adoptadas hasta el momento para salir de la crisis, encierran soluciones inconexas, incompletas e imperfectas

El estancamiento secular en EEUU y Europa, especialmente dentro de la eurozona, se produce porque desde el estallido de la gran burbuja financiera en 2008, el ahorro y la inversión sólo consiguen igualarse a tipos de interés, nominales o reales, cero o negativos. Summers y Krugman llegan a estas conclusiones. El punto de partida del argumento de Summers es pragmático. “Dado que los flujos financieros representan ahora las interconexiones esenciales para el funcionamiento del sistema económico mundial, el colapso de las finanzas en 2008 ha llevado a una parálisis sustancial del sistema. Es un como si, en un sistema urbano repentinamente desapareciera el 80% de la corriente eléctrica y todas las actividades quedaran paralizadas. Sin embargo, cuando regresa se podría esperar una recuperación de la actividad económica a niveles iguales o superiores a los anteriores a la crisis. Pero esta recuperación no se produce”. ¿Cómo se explica esta decepcionante reacción? Según Summers y Krugman, las transformaciones estructurales del sistema han llevado a la tasa natural de interés, es decir, la tasa que mantiene en equilibrio los mercados financieros y asegura condiciones cercanas al pleno empleo, a ser permanentemente negativa.

¿NECESITAMOS LAS BURBUJAS?

Así que, ¿cómo conciliar burbujas financieras con una economía que no muestra signos de presiones inflacionarias? La respuesta de Summers, es que nos encontramos en una economía que necesita las burbujas para conseguir acercarse al pleno empleo, y que en ausencia de estas, la economía tiene una tasa natural negativa de interés y por tanto se aleja del objetivo. A los efectos, nos dice que, para convencer a las empresas que inviertan lo suficiente como para garantizar el pleno empleo, no sólo deben obtener dinero a costo cero, sino también asegurarse de que pueden obtener menores riesgos respecto a los financiamientos proporcionados. En definitiva propone elegir entre crecimiento mínimo o burbujas especulativas.

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Los años anteriores a la crisis, avanzaron entre una progresiva separación entre el mundo que los economistas gustan llamar el “mercado” y la “economía real”. Esa relativa desintegración y el volumen alcanzado por las operaciones financieras, están en el origen de aquello que Summers define como estancamiento secular. En definitiva propone elegir entre crecimiento mínimo o burbujas. ¿Es esto lo que la economía mundial dirime: crecimiento mínimo o burbujas especulativas?

No hay duda de que estamos en terrenos desconocidos y llenos de incertidumbre. Lo cierto es, que las medidas adoptadas hasta el momento para salir de la crisis, encierran soluciones inconexas, incompletas e imperfectas. Cierto que en medio de una crisis, resulta difícil prever dónde puede estar la salida. Cierto que las crisis como criaturas de costumbres, no son acontecimientos sencillos de prever, aunque para algunos tengan sus detonantes evidentes. De hecho, la historia demuestra que la forma de salir de una crisis, paradójicamente, contiene los fundamentos de la próxima.

Emulando al matemático Andrew Wiles, quien después de 358 años resolvió el enigmático teorema de Fermat, necesitamos la cabeza genial, que resuelva definitivamente el teorema de las crisis de La Gran Recesión.

Por Ramón Casilda, autor del libro 'Crisis y Reinvención del Capitalismo'

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