• Dormir bien, hacer ejercicio, dar valor a las pequeñas cosas son algunos de estos consejos
felicidad laboral

La felicidad es casi siempre uno de los propósitos fundamentales en la vida de todo ser humano. Las distintas definiciones de felicidad varían según la época y el contexto pero la búsqueda de ésta se ha mantenido inamovible desde tiempo inmemoriales.

Desde siempre, tal y como publica la web Hoy Verde, la felicidad ha estado envuelta en toda una serie de preguntas existenciales ¿En dónde se encuentra la felicidad? ¿En la calidad de las relaciones que mantenemos con nuestros semejantes? ¿En el dinero que ganamos por lo que hacemos? ¿En las cosas que compramos? ¿En la calidad de nuestra alimentación? ¿En la frecuencia de nuestras relaciones sexuales? ¿En los hábitos nos brindan bienestar corporal? ¿En el bienestar intelectual? ¿En la estabilidad de nuestras emociones? ¿Dónde?

Parece que seríe toda una coincidencia de múltiples factores que, reunidos, otorgan ese improbable estado que conocemos como felicidad. La ciencia, por su parte, no ha permanecido ajena a este asunto, y existen numerosas investigaciones que algún aporte tienen al respecto. A continuación, se elabora una lista con algunos consejos que ayudan a acercarnos a la felicidad, según la web Hoy Verde.

La felicidad es contagiosa, la sonrisa siempre en el momento oportuno y la perseverancia claves de la felicidad

Las personas felices lo son con otras personas

La felicidad es contagiosa. Investigadores de la Framingham Hear Study estudiaron por más de 20 años a personas que se encontraban preferentemente entre personas felices, descubriendo que de esta manera aumentaba su probabilidad de que ellas mismas fueran felices en el futuro. La felicidad puede mirarse también como un circuito que se nutre a sí mismo y así se sostiene (y de paso sostiene al mundo): hacer feliz a alguien tiene como consecuencia que otra persona haga feliz a ese primero de la cadena.

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Sonrisas en el momento oportuno

La sonrisa puede o no ser un gesto común, frecuente: en buena medida depende del individuo. Si este tiene pensamientos positivos, felices, igualmente puede ser que una sonrisa acuda con más facilidad y naturalidad a su rostro. Curiosamente, según algunos estudios falsear una sonrisa durante una situación poco agradable puede empeorar el estado de ánimo.

Perseverancia como actitud ante el fracaso

Peter Kramer, psicólogo, asegura que la perseverancia es lo opuesto de la depresión. Al parecer si hay algo que distingue a quienes son felices es su actitud ante el fracaso: siempre saben reponerse.

Propósito: ser feliz

Proponerse ser feliz, celebrar los pequeños triunfos y el gusto por lo sencillo pueden colmar de felicidad la vida del ser humano

Un par de estudios publicados recientemente sostienen que basta con intentar ser feliz —con proponérselo, con buscarlo— para fortalecer el bienestar anímico, en especial en esos ámbitos que implican emociones positivas.

Celebrar los pequeños triunfos

Los triunfos personales, casi sin excepción, nos llenan de felicidad. Sin embargo, lo usual es pensar solo en las grandes victorias, aquellas que se consiguen solo a costa de esfuerzo y aun sacrificio. ¿Pero qué pasa con los triunfos más modestos que se tienen cotidianamente? ¿No puede considerarse también digno de reconocimiento llegar puntualmente a una cita, terminar un libro, haber hecho reír sinceramente a alguien?

Gusto por los placeres sencillos

Como en el punto anterior, en el caso del placer existe también un reino de lo sencillo, lo minúsculo quizá, que a veces pasa desapercibido pero es capaz de proveer tanta o más satisfacción que los llamados grandes placeres. Darle sentido a las pequeñas acciones, ser agradecido con los dioses mínimos de la vida, está asociado con una sensación generalizada de regocijo.

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Dejarse llevar

Cuando hacer algo nos complace, es muy frecuente que perdamos la sensación del transcurso del tiempo. Aquello que hacemos es tan satisfactorio, que todo lo demás deja de importarnos, incluso el paso de los minutos. Al parecer entregarse de esta manera a una actividad altamente satisfactoria —que también implica motivación y cierto grado de desafío— es importante para sentirnos felices.

Profundidad de una conversación

Hace poco la revista especializada Psychological Science publicó un estudio en el que mostró cierta tendencia de las personas felices por preferir conversaciones profundas, sustanciosas, en vez de plásticas sobre temas menores o banales. Al parecer es notablemente más satisfactorio hablar, por ejemplo, de la situación sentimental por la que se atraviesa en ese instante y no, digamos, del clima.

También contribuye a la felicidad saber escuchar, profundizar en las conversaciones o ver el lado bueno de las cosas

Saber escuchar

Escuchar puede considerarse una de las habilidades fundamentales del ser humano. Escuchar implica reconocer la existencia del otro, respetar su visión de mundo, estar dispuesto a conocerla y aun aprender algo de ello. Escuchar requiere y genera confianza. Escuchar hace al otro sentirse acogido, útil en el sentido de que sus palabras transformaron de algún modo la realidad de la persona que verdaderamente las escuchó.

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Ver el lado bueno de las cosas

El optimismo, tan atacado desde hace varios años, tiene sin embargo sus virtudes, quizá la principal el hecho de que ver el lado bueno de las cosas disminuye el estrés y sus síntomas, además de que incrementa nuestra tolerancia al dolor. Un estudio reciente mostró que tener una actitud positiva mejora la salud de quienes tienen padecimientos cardiacos.

Desconectarse de la tecnología

Varias voces han señalado ya los alarmantes niveles de ansiedad que acompañan nuestra vida perpetuamente conectada. El teléfono portátil, la computadora y otros gadgets mantienen casi de tiempo completo una parte de nosotros en ese otro mundo que es Internet y sus territorios. Jonathan Franzen publicó en The Guardian un ensayo en el que, entre varias otras cosas, denuncia este vicio del mundo contemporáneo en el que “tenemos que decir adiós a la estabilidad laboral y hola a una vida llena de ansiedad. Nos tenemos que volver tan incansables como el capitalismo”. Ante este panorama, ¿desconectarse no parece una alternativa deseable para la salud emocional?

Hacer ejercicio

Estimulaciones más fícicas como hacer ejercicio, descansar bien o reír acarcajadas pueden acercarnos al concepto de felicidad


Es sabido que el ejercicio físico libera endorfinas, además de otras sustancias neuroquímicas que modifican nuestra actitud frente al mundo, casi siempre otorgándonos una sensación satisfactoria de la realidad. El ejercicio disminuye el estrés y algunos síntomas de la depresión, además de mejorar nuestras habilidades cognitivas y hacernos apreciar más nuestro cuerpo.

Dormir bien

Cada persona tiene su propio ritmo de sueño y descanso, pero en todos es importante que este se cumpla para que lo mismo el estado anímico que el bienestar corporal funcionen correctamente.

Reír a carcajadas

Reír es más que una expresión: es toda una reacción química de nuestro cuerpo en la cual se liberan sustancias que combaten el dolor y la tensión, fortalecen el sistema inmune e incluso, como el ejercicio físico, controlan el apetito y reducen el colesterol.

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