• España es el único país europeo con dos centros tecnológicos en el top-10
  • Las grandes corporaciones acuden al 4YFN para encontrar oportunidades de negocio
estebanredolfi

Esteban Redolfi es el director ejecutivo del 4 Years From Now (4YFN), la plataforma de ‘start-ups’ del Mobile World Congress (MWC). Esta semana celebra su quinta edición, la más internacional hasta el momento, con la participación de más de 600 ‘start-ups’ de 145 países.

Pregunta (P): ¿Qué se podrá ver en esta quinta edición?

Respuesta (R): El 4YFN se trata sobre todo de la novedad. Es el ecosistema ‘start-up’ mostrando nuevos modelos de negocio, nuevos productos, nuevos servicios y como cada año, muchísimas sorpresas. Lo que podemos anticipar es una participación más internacional que nunca, con países de todo el mundo. Además, una enorme presencia de corporaciones, como nunca hemos tenido, de distintos sectores, que vienen a buscar esa novedad, ese futuro socio.

(P): En el 4YFN, se entregan cada año unos premios a las mejores ‘start-ups’. En esta ocasión, 6 de los 10 finalistas son proyectos españoles, ¿es una radiografía del panorama real?

(R): Refleja fielmente el enorme crecimiento que ha tenido el ecosistema español en los últimos años. Hace cinco años, un periodo tremendamente corto, ni Barcelona ni Madrid figuraban dentro de los rankings de centros tecnológicos europeos. Hoy, Barcelona es el quinto centro tecnológico de Europa y Madrid es el sexto. España es el único país europeo con dos hubs en el top-10.

Esta realidad se refleja en nuestros premios. Tenemos participantes de todo el mundo, pero este año el jurado ha decidido que los mejores proyectos incluyan a 6 ‘start-ups’ españolas. En mi opinión, es la consecuencia de la evolución, solidez y madurez del sector ‘start-up’ español.

(P): Sin embargo, Israel se considera la cuna de las ‘start-ups’ y entre los finalistas sólo hay un proyecto israelí. ¿Refleja esto una pérdida de liderazgo?

"Tel Aviv continúa siendo el segundo hub tecnológico del mundo, por detrás de Silicon Valley y luego viene el resto"

(R): No, juzgamos a aquellos proyectos que deciden participar. No tengo las cifras, pero quizá no han participado los proyectos más potentes de Israel, eso es simplemente así. Tel Aviv continúa siendo el segundo hub tecnológico del mundo, por detrás de Silicon Valley y luego viene el resto. Todavía hay una gran distancia, pero lo importante es no obsesionarse con esa distancia, sino seguir con el trabajo que se está haciendo para seguir avanzando.

(P): Usted comentaba en otra entrevista que en España existía una falta de creación de talento. ¿Se trata de una falta de formación?

(R): Desde 4YFN llevamos un tiempo detectando una diferencia entre lo que el mercado está pidiendo y la formación que se recibe en los centros educativos en distintas partes de España. Es verdad que se está acortando y los jóvenes reciben cada vez formación más dirigida al mercado, pero queda mucho por recorrer. En este sentido, no nos referimos solo a la presencia de desarrolladores o técnicos de informática, pero a la formación para entender qué es la economía digital y cómo se trabaja en este ecosistema en el que se trabaja por proyectos, con equipos multiculturales, donde los objetivos son los que marcan el rendimiento de un trabajo y no las horas. Las corporaciones grandes están buscando este talento digital, las pymes también. Al final, todas las partes del tejido económico están faltas de ese talento.

Por otra parte, estamos atrayendo mucho talento extranjero que quiere venir a estos hubs tecnológicos y desarrollar su carrera profesional en Barcelona o Madrid. Es algo excelente porque trae a personas con la cultura de la economía digital y con experiencia en tecnología y desarrollo de proyectos tecnológicos.

(P): Durante esta edición se va a hablar del internet de las cosas, de Blockchain… Alguien que no sepa programar, ¿puede montar una ‘start-up’?

(R): Sí, de hecho, los ejemplos son muchos. Sin embargo, esto no significa que no necesite a programadores en su equipo, tienen que estar. Hay muchos emprendedores que no son programadores, que son gestores de equipos que se alían a un experto en tecnología que acaba completando el equipo como socio. Tendemos a poner todo el protagonismo de una ‘start-up’ en su fundador, en una persona, cuando en realidad para construir imperios se necesita un equipo grande y amplio. Al principio, pueden ser dos o cuatro personas, pero a medida que crece el proyecto se necesitan más personas y si el proyecto falla, da igual que detrás haya un genio, lo que importa es el equipo.

"Tendemos a poner todo el protagonismo de una ‘start-up’ en su fundador, en una persona, cuando en realidad para construir imperios se necesita un equipo grande y amplio"

(P): ¿Es más fácil sacar adelante una ‘start-up’ ahora que hace cinco años?

(R): No creo que sea fácil, los problemas y desafíos son enormes. El hecho de pensar una idea de negocio, encontrar financiación, formar al equipo de personas adecuadas, mantenerlo a flote y buscar el crecimiento no es más fácil. Lo que es cierto es que la palabra ‘start-up’ ya es parte de nuestra cultura general, todos entendemos más o menos qué es el ‘Blockchain’ o el ‘Big Data’ y no hay que explicar tanto estos conceptos, pero la dificultad sigue siendo enorme.

De hecho, la mortalidad de los proyectos sigue siendo elevadísima; 9 de cada 10 proyectos no van a llegar a ser empresas consolidadas. Hay mucho riesgo y la asunción de éste es quizás lo que ha cambiado gracias a la cultura ‘start-up’. Ahora los estudiantes ven muy posible encontrar trabajo en una ‘start-up’, mientras que antes todo el mundo quería trabajar en un puesto público o una gran corporación.

(P): El hecho de que se perciban las ‘start-ups’ como oportunidades de negocio, ¿facilita acudir a rondas de financiación?

(R): La asunción de riesgo también ha contribuido a que haya cada vez más inversión. Como lo facilita el hecho de que se hayan roto los límites geográficos. Silicon Valley tiene más volumen de inversores y maneja más dinero que en un ecosistema europeo cualquiera. Ahora, el grupo de inversión puede estar localizado en Nueva York o San Francisco, pero no tiene miedo a venir al 4YFN a buscar oportunidades de inversión en Barcelona, Madrid, Lisboa o Roma.

(P): ¿Cuál es el porcentaje de casos de éxito de las ‘start-ups’ que han participado en el 4YFN?

(R): No podemos hacer un seguimiento de los miles de ‘start-ups’ que pasan por los distintos eventos del 4YFN. Sin embargo, conocemos por lo menos doscientos proyectos que se presentaron como ideas tremendamente nuevas y que hoy son ‘start-ups’ consolidadas con equipos de 30 o 50 personas. Nosotros les llamamos los ‘héroes locales’ son, por ejemplo, Wallapop, Privalia o Hola Luz.

(P): ¿Hay algún sector que se resista al mundo de las ‘start-ups?

(R): Hoy no hay ningún sector que no esté representado. Aunque hay mayor resistencia en unos que otros. La razón suele ser el esquema mental o las regulaciones. Por ejemplo, en sanidad se están haciendo esfuerzos, pero es un sistema tremendamente regulado y muy complejo. Al contrario, hay sectores más ágiles como el de los videojuegos, un sector que nació digital y que entiende que la innovación es uno de los vectores de crecimientos. Hay diferencias en cada sector, pero todos han recibido el impacto de las ‘start-ups’.

(P): El 4YFN, se produce en paralelo con el MWC. ¿Qué pueden aprender los asistentes del Mobile de la plataforma de ‘start-ups’ que dirige?

(R): Por un lado, la cultura de colaboración constante. La cultura de las grandes empresas que acuden al MWC es mucho más cerrada: consiste en tener muchos recursos y actuar en solitario. En cambio, las ‘start-ups’ trabajan en colaboración y esto supone que la innovación sea constante y se pueden aprovechar ideas de un sector para otro o aplicar otras tecnologías. Lo que encuentran en el 4YFN son oportunidades que no encuentran en el mundo corporativo. De hecho, el 50% de nuestros asistentes son del MWC.

(P): La gente conoce el vocabulario de las ‘start-ups’ y se han roto las barreras geográficas. ¿Cuáles son los próximos retos del sector?

(R): Hablando de España, hay un reto en cuanto a la falta de producción de talento digital. Tenemos que reflexionar desde las entidades públicas qué podemos hacer para mejorar junto a las universidades, las escuelas de negocios y de programación y junto a la demanda para que se produzca una mejora. Además, se deben mejorar las condiciones burocráticas que tiene un emprendedor, una reclamación que existe desde hace muchos años y que lamentablemente no ha cambiado.

Por otro lado, tenemos que empezar a sacar el orgullo y asumir que ya tenemos dos hubs tecnológicos grandes y olvidarnos de la excusa de que los anglosajones tienen mayor cultura de emprendimiento, porque no es verdad. Esa cultura estaba, pero no éramos conscientes de que éramos capaces. Por último, debemos conectar mejor los ecosistemas internos, al final la competición no está entre Barcelona y Madrid o Barcelona, Valencia o Valencia y Bilbao. Los centros tecnológicos que tenemos la suerte de tener y que están en crecimiento tienen que colaborar mejor para competir hacia fuera. El mundo digital es la lucha constante por el talento, por eso, si nos unimos podemos competir con cualquier país en este sentido.

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