• En España hay corrupción para todos los gustos y colores
  • El capitalismo de China no tiene nada que ver con el de Estados Unidos, para nada

Bolsamanía entrevista a Ramón Casilda Béjar, profesor del IEB y Consultor Estratégico para América Latina. Con él hablamos de su último libro, 'Crisis y reinvención del capitalismo: Capitalismo global interactivo' (Editorial Tecnos, 2015), de la situación en la que se encuentra este modelo económico y, sobre todo, del futuro que le espera.

Pregunta. ¿En qué momento está el capitalismo en el mundo, sobre todo después de la crisis que hemos vivido y que estamos viviendo y que ha puesto “en la picota” un sistema que parece tener muchas debilidades?

Respuesta. Siempre en la historia del capitalismo ha habido crisis pero, paradójicamente, éstas valen para su adaptación y, consecuentemente, para su “reinvención”, que es lo que expongo en el libro. Los pilares centrales sobre los que se asienta, que nunca se pierden de vista, son: la propiedad privada, el libre mercado y la libertad individual. En esos parámetros se basa. No es que ahora se cambien sino que ahora se pueden introducir otros contrapesos o controles, pero lo que conocemos como economía libre de mercado, no va a cambiar. Además, casi todos los países escogen el modelo organizativo de la economía de libre mercado, algunos más liberales y otros con más intervención del Estado. Ninguno, ni el más extremista de la izquierda, dice que hay que crear otro modelo económico porque su gran referente, el comunismo, fracasó estrepitosamente. Con la caída del muro de Berlín el capitalismo se quedo sin competidor, se quedo como único modelo sin más, y esto puede ser no beneficioso del todo. Y en eso estamos actualmente, en ver cómo va a salir el capitalismo de esta crisis, con menos regulación y más individualismo o con más intervención del Estado y más regulación para evitar que sean los mercados los que se autorregulen y quienes marquen las agendas de los países y de los gobiernos. Veremos a ver en qué queda toda la arquitectura financiera internacional.

En España hay poderes empresariales que todavía cuentan con ciertos privilegios que ya tendrían que haber desaparecido

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P. China preocupa ahora especialmente, como muy bien sabe, y se habla de debilidades en su crecimiento económico. ¿Qué clase de capitalismo es el de China, con un Gobierno como el que tiene?

R. China es un país de dos realidades. Una realidad es la política, que es un régimen comunista, dirigido por el Partido Comunista, y la segunda realidad es la económica. Si bien la ideología comunista es la antítesis de la economía de libre mercado, sin embargo, no tiene ningún problema en decir que la economía china se organiza en una economía de libre mercado. No existe la planificación central, todo lo contrario: nada de colectivismo y sí de libre mercado.

P. Luego está el capitalismo de la primera potencia económica mundial, Estados Unidos, y el europeo. ¿Hay muchas diferencias?

R. Sí, las hay. El capitalismo europeo siempre ha sido más renano, con más intervención del Estado, es un capitalismo más social, donde el Estado tiene más intervención para cubrir los desequibrios económicos y sociales. El de Estados Unidos y Gran Bretaña, tradicionalmente, responden más al de laissez faire, laissez passer ("dejen hacer, dejen pasar").

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P. ¿Y China ha copiado bien el capitalismo americano o es una imitación de “baja calidad”?

R. No tienen nada que ver, para nada. El capitalismo, ante todo es una ideología que tiene en lo económico la libertad de libre mercado. El americano es la esencia del capitalismo, es la libertad de la persona, de la libre empresa, de la propiedad privada y de los derechos humanos. Porque el capitalismo, como digo en el libro, más que un sistema económico es un sistema de valores. El chino, sin embargo, ni tan siquiera es la copia, es la “adaptación” del Partido Comunista de China. Como dijo el presidente chino, quien comenzó con el experimento capitalista, Deng Xiaoping: “gato negro, gato blanco, lo importante es que cace ratones”. Lo importante es que yo tengo que dar de comer a 1.300 millones de chinos y para eso, si tiene que que imperar un capitalismo voraz, el más voraz, con fuertes desequilibrios y desigualdades en China, ideológicamente insostenibles, ahí quedan. Lo importante es cazar ratones. Con ello se ha conseguido, según el Banco Mundial, que 600 millones de chinos abandonaran la pobreza extrema y se incorporaron a la denominada nueva clase media. China es el más grande reductor de la pobreza del mundo y la segunda potencia mundial.

El capitalismo de China no tiene nada que ver con el de Estados Unidos, para nada

P. ¿Por qué cree que da la sensación de que en Estados Unidos sus habitantes se enorgullecen de esa libertad de mercado y del individuo, de esa economía capitalista, y en Europa, sobre todo en España, el capitalismo tiene tan mala prensa?

R. Tiene unas raíces históricas. Tenemos que contextualizar y ver que España tiene la historia que tiene y que, de buenas a primeras, no podemos decir que España aplauda y diga sin tapujos: “el capitalismo es bueno, la riqueza es buena, el individualismo es bueno” porque la historia de España, en términos económicos, ha sido lúgubre. Nosotros no entramos en la Comunidad Económica Europea hasta el año 86. En términos históricos somos una economía de mercado de corta trayectoria y en nuestra memoria histórica permanece la oligarquía siempre pegada al poder (ahora se dice "capitalismo de amiguetes"), los terratenientes y los señoritos, de familias nobles, tradicionales y de alto abolengo... Y con la crisis, se ha puesto de relieve que sigue habiendo personas, grupos e instituciones que permanecen, los de ayer son los de hoy. En España hay poderes industriales y empresariales que todavía cuentan con ciertos privilegios que ya tendrían que haber desaparecido si es que deseamos instaurar una economía de libre mercado: transparente, eficiente y competitiva, de acuerdo a lo que defino como "capitalismo global interactivo". Y estoy seguro de que se instalará y seremos más modernos, globales y equilibrados, lo cual beneficia ampliamente a la economía de mercado.

P. Podemos decir que el capitalismo entonces en España es más difícil...

R. Tal y como lo queremos trasladar de Estados Unidos, evidentemente es más difícil. ¿Toda la corrupción que ha saltado en España es propia de un capitalismo avanzado y transparente? Tenemos que ser capitalistas para lo bueno y para lo malo...

P. Y, ¿por qué cree que en España se perdona la corrupción?

R. Pues no lo sé. Yo como un ciudadano más me quedo muchas veces atónito. Hay para todos los gustos y colores. Y todos tenemos en nuestra recámara esos nombres que nos dejan perplejos, aunque ya sabe, nunca se puede decir que uno tira la primera piedra. Más de uno quizá, en esas circunstancias tan exclusivas y propicias…

En España hay corrupción para todos los gustos y colores

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P. Esta última crisis, siguiendo con el razonamiento que hacía al comienzo de esta entrevista, supone una nueva reinvención del capitalismo. ¿Qué características le definen ahora?

R. La reinvención del capitalismo va a crear una quinta etapa que denomino "capitalismo global interactivo”, que deberá enfrentarse a novedosos y desconocidos desafíos, como la resolución de conflictos desde nuevas propuestas y maneras de pensar y actuar. Existe el riesgo de que estas nuevas propuestas y maneras de pensar y de actuar puedan ser percibidas como una combinación cargada de buenas intenciones “eclécticas”, que tampoco son del todo novedosas, como tampoco lo es que el "capitalismo global interactivo" se encuentre exento de crisis. Las crisis, empíricamente podemos considerarlas como una ley específica del capitalismo, la cual, según lo expuesto en el libro, provoca su reinvención para asegurarse su supervivencia, superación y superioridad sobre los demás sistemas económicos y órdenes sociales que se presentan como “alternativa”, aunque ignoren el fracaso colosal obtenido, que ya es historia. Y para saber más sobre las cuatro fuerzas que propulsan su reinvención, globalización, multinacionales, tecnología y conocimiento, confío haber despertado el interés del lector y compre el libro. Y ya hablaremos, pues como digo, estoy abierto al debate. Muchas gracias.

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