La agencia de calificación crediticia Moody's ha mantenido el rating de Reino Unido en "Aa1", con perspectiva estable, después de que Escocia haya dicho "no" a la independencia.
La firma reconoce que “el proceso político futuro en Escocia probablemente conduzca a una mayor devolución de poderes y algunos cambios en las transferencias fiscales”.
Sin embargo, considera que dichos cambios “no tendrán un impacto significativo en la calidad de las instituciones de Reino Unido o en su fortaleza financiera”.
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