• Analistas advierten que en caso de que la primera ministra británica amplíe su mayoría parlamentaria se podría dar un movimiento en la libra de "compra en el rumor, vende en las noticias"
  • En el escenario de que los 'tories' igualen sus representantes actuales o pierdan representación, la libra podría volver a los 1,2500 dólares
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De mínimos de 30 años a máximos de ocho meses, el camino que la libra ha recorrido en lo que llevamos de año ha provocado que la moneda se aprecie un 10% desde su peor cambio contra el dólar desde finales de los ochenta, alcanzado en enero, y ha mandado al traste las predicciones más agoreras de los analistas que ubicaban su cotización alrededor de los 1,1500 dólares en el segundo trimestre de 2017. A la recuperación de moneda británica, casi tan estratosférica como su desplome desde el Brexit -más del 15% contra el ‘billete verde y contra el euro- ha contribuido, sin lugar a dudas, la cita electoral que los británicos tienen con las urnas el 8 de junio. Unas elecciones que han pasado de ser un mero trámite para la primera ministra británica, Theresa May, a una prueba de fuego en la que la líder conservadora se juega su futuro en el Número 10 de Downing Street. Y la libra volverá a absorber el golpe.

Pero a estas alturas, cuando ha pasado ya casi un año desde que los británicos tomaron la histórica decisión de abandonar el club europeo al que habían pertenecido durante los últimos 43 años, la moneda de Reino Unido está acostumbrada al sufrimiento. Porque si hay una divisa que ha pagado caro el precio de la prima de riesgo político que ha afectado a otras, como el euro y el dólar, esa es la libra y los operadores del mercado de las divisas se han convertido en unos expertos en lidiar con la volatilidad que imprime en la moneda cualquier vaivén del gobierno conservador.

Sin embargo, después de que acabara 2016 como la moneda con peor desempeño del G-10, con el mayúsculo susto del flash-crash del 10 de octubre incluido, los acontecimientos transcurrían de forma ordenada. El artículo 50 del tratado de Lisboa se activó y, quitando cierto ‘toma y daca’ verbal entre Bruselas y Londres, la confianza de los inversores se había ido restableciendo. Habían asumido que el proceso de negociaciones de divorcio era un trámite largo ante el que los actores implicados no se plantaban con un ánimo extremadamente beligerante. Y en estas, la libra superaba el primer trimestre del año desafiando el pesimismo de firmas de inversión como Bank of America Merrill Lynch o Lloyds Bank -que ubicaban su precio en rango entre los 1,15 y los 1,20 dólares- y encaramándose por encima de los 1,25 dólares.

Los mercados han ignorado los datos macroeconómicos de Reino Unido, ya que han sido los riesgos políticos quienes han marcado y marcarán la dirección de la moneda, Jameel Ahmad

Adentrándose en el segundo trimestre, y a pesar de que la economía británica también ha dejado notar el efecto del Brexit y del desplome de su moneda, la moneda había recuperado ya más de un 5% desde sus momentos más oscuros. A pesar de que el crecimiento de enero a marzo ha sido sólo del 0,2%, respecto al 0,7% del año anterior y de la caída en las exportaciones del 1,6%, que ha llevado al comercio exterior del país a representar sólo el 1,4% del PIB, un hecho inédito en la nación anglosajona, “los mercados han ignorado los datos macroeconómicos de Reino Unido", explica Jameel Ahmad, analista de FXTM. "Especialmente en cuanto a la divisa se refiere, ya que han sido los riesgos políticos quienes han marcado y marcarán la dirección de la moneda de forma inequívoca, al menos en el corto plazo”, añade el experto.

EL DECLIVE DE MAY HACE TEMBLAR DE NUEVO A LA LIBRA

Así las cosas, el 18 de abril Theresa May decidió convocar elecciones parlamentarias, tres años antes de la fecha prevista y la libra volvió a notar una fuerte sacudida, pero esta vez para bien. En el transcurso del siguiente mes, hasta el 18 de mayo, la moneda se apreció otro 5%, hasta un récord de ocho meses en los 1,3050 dólares. Un movimiento “alimentado enteramente por la percepción de que la ‘premier’ era ‘caballo ganador’ y su victoria fortalecería su posición negociadora con al Unión Europea (UE), cuando las conversaciones se iniciaran oficialmente el 19 de junio”, explica Ahmad. Lo tenía todo a favor. “Los efectos económicos del Brexit todavía no eran muy llamativos”, señala Christopher Dembik, analista económico de Saxo Bank. Su principal opositor, el Partido Laborista estaba en horas bajas, con un líder que no convencía ni a los suyos. Jeremy Corbyn arrancaba la campaña electoral con una distancia nunca vista de 20 puntos, según algunos sondeos, mientras en otros, May aparecía arrasando hasta ampliar la mayoría ‘torie’ en la Cámara de los Comunes en 100 diputados, de los apenas 17 escaños que la separan ahora del corte parlamentario de 326 diputados.

“Con estos datos en la mano, la primera ministra esperaba dejar de ser rehén de las dos facciones del partido conservador: el ala más antieuropea de los ‘tories’, que se opondría a la más mínima concesión en el proceso de ruptura con el bloque europeo y el grupo pro-europeísta, que tampoco se lo pondría fácil durante los intensos años de actividad legislativa que tenía por delante”, señala Bill Hubard, economista jefe de Trade.com. El analista también puntualiza que el “aparente respaldo de la libra esterlina a la decisión de la primera ministra se exageró por la cobertura de posiciones cortas -o bajistas- sobre la moneda, que se encontraban en unos niveles casi de récord, en ese momento”.

Pero las tornas se han girado para May en las últimas semanas, quien ha visto a Corbyn avanzar a toda máquina hasta casi disputarle el liderazgo en las encuestas. Y en la víspera de la votación, el socialdemócrata ha llegado a estar casi en condiciones de empate técnico con la líder ‘torie’ en algunos estudios de intención de voto, lo que ha imprimido una enorme volatilidad a la moneda, que se ha desplazado en un rango de un 2%, encontrando soporte en los 1,2750 dólares en las caídas. A pesar de que un sondeo de ICM para ‘The Guardian’ ha enviado un balón de oxígeno a May al señalar que todavía domina en intención de voto, por 11 puntos frente a Corbyn, “el resultado de las elecciones podría ser mucho más ajustado de lo que se lo esperaba en un primer momento y como consecuencia de ello la libra se ha debilitado fuertemente en las últimas semanas, apunta Hartwig Kos, analista de SYZ Asset Management. “Si las elecciones se saldan sin una mayoría clara de Theresa May, la primera ministra podría dimitir, dejando graves consecuencias para los mercados y la libra”, apunta el experto, que añade: “Y lo que es más importante, aumentaría el riesgo de que las negociaciones entre Reino Unido y Europa terminasen sin ningún acuerdo sustancial”.

La presión se ha incrementado sobre la ‘premier’ en las últimas jornadas, después del reciente atentado en Londres, en el que han fallecido 7 personas y unas 50 han resultado heridas, con el debate electoral girando en torno a los recortes de 20.000 efectivos policiales llevados a cabo en los últimos seis años, durante su etapa al frente del Ministerio del Interior. No obstante, la mayoría de expertos consultados coinciden en señalar que la probabilidad de que una mayoría laborista se instale en el parlamento sigue siendo un resultado muy poco plausible.

“Si las elecciones se saldan sin una mayoría clara de Theresa May, la primera ministra podría dimitir, dejando graves consecuencias para los mercados y la libra”, Hartwig Kos

UNA VICTORIA DE MAY, SIN GRAN IMPACTO SÓLO SI AMPLIA SU MAYORÍA PARLAMENTARIA

Llegados a este punto, la duda está en si la líder conservadora obtendrá una victoria por la mínima, dejando la cámara baja de Westminster en una situación similar a la actual, o en si cumplirá su objetivo de incrementar el número de asientos en el Parlamento donde actualmente tiene 330 diputados. En cualquiera de los dos escenarios, Felipe Villaroel, gestor de Vontobel, toma distancia de la repercusión que el resultado electoral pueda llegar a tener en los mercados y asegura que “aunque es probable que se note su efecto, dicho impacto no será tan fuerte como el que vimos tras el resultado del referéndum del Brexit”. “Si Theresa May gana con una mayoría parlamentaria más abultada, la posibilidad de un escenario de abandono de la UE disruptivo debería reducirse. Esto se traduciría en mayores rendimientos de los GILT, una libra más fuerte y unos diferenciales más ajustados”, argumenta el experto.

Bajo este supuesto, la 'premier' no tendría por qué necesitar todos los votos de cada miembro conservador del parlamento para aprobar el acuerdo de abandono del bloque europeo, lo que reduce el poder de los ‘tories’ más extremistas. Es el panorama más favorable para la libra, según Ahmad, que provocaría que la divisa “volvería a intentar reconquistar los recientes máximos”. Para el analista de FXTM, sin embargo, “parece que el cable (libra/dólar) ha dibujado un techo en los 1,3050 dólares”, por lo que no apuesta que siga con sus subidas por ahora. En su cruce con el euro, la moneda británica podría volver a la media móvil de 200 sesiones en las 0,8600 libras. No obstante, “se da un notable riesgo de que los inversores se rijan por el movimiento de “comprar en los hechos, vender en las noticias”, alerta el experto.

Por otro lado, si May gana las elecciones con una mayoría reducida (similar a la que tiene ahora o inferior), la posibilidad de un brexit disruptivo seguiría encima de la mesa. “Aumentaría la incertidumbre política en el corto plazo, lo que sería positivo para los GILT y negativo para la libra. Este es un escenario muy cercano al actual, por lo que los movimientos del mercado deberían ser más limitados”, argumenta Villaroel. Más pesimistas se muestran Ahmad y Hubard, para quienes, si hay un parlamento fragmento o, lo que es peor, si May no consigue ni los 326 escaños donde se ubica la mayoría, la libra volvería a los 1,2500 dólares, incluso podría “ceder hasta niveles de precio inferiores”, señala el economista de Trade.com. En cuanto al euro/libra, existe el potencial de que se encamine a los 0,8800 - 0,9000 libras. Ahmal, por su parte, indica que “los mercados aún no han descontado esta posibilidad por lo que se dará un alto riesgo de que la volatilidad se dispare si este es el resultado electoral”.

Christopher Dembik, economista jefe de Saxo Bank, casi da por descartado este resultado y recuerda que sólo una encuesta de YouGov mostraba esta posibilidad. Llegados a este punto, Dembik indica que “si fuera necesario, el partido conservador podría firmar un acuerdo de coalición con los demócratas liberales, como después de las elecciones de 2010; Con la condición de que se pongan de acuerdo sobre la cuestión de la inmigración (los demócratas liberales quieren permitir una ‘inmigración altamente cualificada’, mientras que los conservadores apuntan a una reducción de la migración neta a decenas de miles de personas al año)”. Para Villaroel, “bajo este supuesto, cualquier trámite del Brexit implicaría negociaciones más dilatadas en el Parlamento como ya hemos visto con anterioridad en el momento de activar el artículo 50”. “La estrategia de May de empezar con posiciones duras por no decir irreales con la esperanza de obtener el mejor acuerdo se vería debilitada”, señala el gestor de Vontobel.

Hay una tercera posibilidad. Es el menos probable de los desenlaces y el que más dañaría a la libra, según Hubard, que la “enviaría a la paridad más rápida que en el caso del euro/dólar”, medio bromea el economista de Trade.com. Hablamos de un triunfo laborista. “El programa de Jeremy Corbyn se centra esencialmente en temáticas sociales financiadas por un aumento de los impuestos a las compañías y a los patrimonios más elevados, lo que sería mal recibido por los mercados de acciones”, comenta por su parte Villaroel. En cuanto al Brexit, “la posición del laborista es menos clara que la de la líder conservadora”, apunta François Raynaud, gestor en Edmond de Rothschild AM. Aún así “ha dicho abiertamente que un acuerdo sería mejor que nada y que sería su voluntad preservar los derechos de los europeos que residen en Reino Unido. Estos aspectos aportarían un punto de partida más fácil a las negociaciones disminuyendo fuertemente el riesgo de que se produzca un Brexit duro”, explica Raynaud.

Sea cual sea el resultado el 8 de junio, el omnipresente Brexit y las incertidumbres en torno a su posible desenlace marcarán el sentimiento de los inversores

SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL BREXIT

Pasada la pantalla de las elecciones, toda la atención volverá hacia los pasos que se den en las negociaciones sobre los términos del divorcio con la UE, que empiezan oficialmente 11 días después de que los británicos reafirmen o reprueben a la actual primera ministra. “Sea cual sea el resultado el 8 de junio, el omnipresente Brexit y las incertidumbres en torno a su posible desenlace marcarán el sentimiento de los inversores que podrían volver a mostrarse reticentes hacia abrir posiciones de compra sobre la libra”, señala Ahmad.

En cuanto al eur/gbp, Borja Rubio, analista de Orey Financial cree que el cruce está sobrevalorado en los actuales niveles en torno a las 0,8700 libras y “puede generar importantes oportunidades de inversión durante los próximos años”. Dicho esto, también avanza que “volveremos a ver repuntes de la volatilidad a medida que conozcamos los detalles de los acuerdos adquiridos entre Reino Unido y la UE sobre el abandono del bloque europeo por parte del país británico”. “Técnicamente, nos costaría ver niveles por encima de las 0,9500 libras y la estructura alcista comenzada desde mediados de 2015, desde donde acumula más de un 30% de revalorización, se perdería si se perfora el soporte de los 0,8300 dólares (mínimos del año)”, prevé Rubio.

Dembik por su parte, señala que los retos más difíciles se plantean en el terreno económico y empiezan por contener la inflación, que ha alcanzado el 2,7% en abril “aunque el incremento de los precios se ha compensado, en gran parte, por un crecimiento de los salarios, pero, a juzgar por las encuestas de opinión entre los líderes empresariales, esto no es sostenible en los próximos meses. Dada la creciente incertidumbre sobre las futuras negociaciones entre Londres y Bruselas, está por comenzar un período de moderación salarial”, señala el analista de Saxo Bank. Este hecho desembocará inevitablemente en la pérdida de poder adquisitivo de los británicos y seguirá lastrando el crecimiento económico del país que se desacelerará aún más el resto del año. “El auténtico reto para el gobierno que salga de las urnas el día 8 será manejar, de ahora hasta 2022, la tormenta económica que inevitablemente se desatará como resultado del abandono de la UE”, concluye el experto de Saxo Bank.

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