El euro sigue mecido por la volatilidad mientras la atención vira hacia la FED y el BCE

Por un lado, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi ha puesto el acento de su discurso sobre el sector financiero. Lo ha hecho en Madrid, donde ha participado en una jornada de estabilidad financiera organizada por el Banco de España. El banquero, presentado por el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, defiende que las medidas que ha tomado el banco central como respuesta a la crisis y no ve razones para desviarse por ahora de ellas (ver discurso completo). Tanto el 'dinero gratis' como las políticas no convencionales, basadas en la compra de activos por valor de 60.000 millones de euros al menos hasta diciembre.

El martes el euro recibió impulso por parte de los buenos datos del PMI de la Eurozona, “que apuntan a un desempeño aún mejor de la economía en el ‘Viejo Continente’ del experimentado en el primer trimestre, ya que el sector privado tanto de Alemania como de Francia alcanzó máximos de seis años”, indica Michael Hewson, analista de CMC Markets.

El reciente rally del euro “se ha mantenido apuntalado fundamentalmente a las expectativas de que el regulador monetario cambie su guía a los mercados en su reunión de junio”

Para Hewson, “la política monetaria ultra-flexible del banco central es simplemente innecesaria si la contraponemos a estos números, por lo que hasta la misma credibilidad está en juego si Draghi insiste en los riesgos a la baja del crecimiento de los países del euro”. Sin embargo, el banco central insiste en que los tipos de interés negativos han sido una herramienta de política monetaria "efectiva" para el BCE) y "no hay razón alguna" para cambiar todavía su dirección, según declaraciones del miembro del Comité Ejecutivo del BCE, Benoît Coeuré, este martes en un acto organizado en la Universidad francesa 'Paris School of Economics'.

El reciente rally del euro “se ha mantenido apuntalado fundamentalmente a las expectativas de que el regulador monetario cambie su guía a los mercados en su reunión de junio”, recuerda Naeem Aslam, analista de Think Markets, por lo que, de verse decepcionados, no descarta un retroceso hacia el rango comprendido entre los 1,0980 (por donde pasa la directriz bajista) y los 1,10142.

EL DÓLAR, PENDIENTE DE LA FED

La corrección en los precios de la moneda única, que cotiza cerca de los mínimos de este miércoles, en los 1,1172 dólares, podría extenderse sobre todo si las minutas de la última reunión de la Reserva Federal de EEUU (Fed) “refuerzan la visión de que el banco central va subir sus tipos de nuevo en la reunión de junio”, señala Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management.

Por ahora, el dólar ha conseguido remontar también contra el yen, hasta precios por encima de las 112,00 unidades por cada ‘billete verde’, máximos de más de una semana y cotiza alrededor de las 1,2970 unidades contra la libra, después de haberle ganado un 0,5% a la divisa británica que llegó a depreciarse casi un 0,9% el martes, a causa de la elevada volatilidad experimentada tras el atentado terrorista en Manchester.

Desde el punto de vista del análisis técnico, la divisa británica ha fallado cuatro veces ya en su intento de superar el área de los 1,3040 dólares, por lo que Hewson no descarta que el declive se extienda hasta el área de los 1,2849 dólares.

BITCOIN, IMPARABLE Y EL YUAN SUFRE

En el terreno de las divisas digitales, el bitcoin se cambia por encima de los 2.300 dólares en la casa de cambio Bitstamp, después de varios anuncios relacionados con la tecnología que lo sustenta, el blockchain, y de cambios en sus status legal, especialmente en Japón, donde ya es aceptado como medio de pago. Coindesk.com informa del acuerdo alcanzado por varios líderes de la industria de las ciberdivisas para solventar los problemas de escalabilidad de la moneda digital que acelerarán la velocidad con la que se procesan las órdenes.

De vuelta a las divisas soberanas, el yuan ha sufrido esta madrigada un desplome casi un 1%, hasta un mínimo de ocho días, en los 6,9021 yuanes para después recuperarse hasta cotizar sólo un 0,1% por debajo del precio de apertura, en los 6,8918 yuanes, después del anuncio de Moody's de rebajar la calificación crediticia de China por primera vez en 30 años.