• La lira y el peso argentino, cerca de sus mínimos históricos ante el empuje del dólar
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Los que se han mantenido alcistas en el dólar de EEUU están de enhorabuena. Las caídas del billete verde, vistas entre el viernes y el lunes, no han sido más que una corrección después del pronunciado rally de la moneda estadounidense desde mediados de abril. Y tras el retroceso, durante el que el euro no dejó escapar la oportunidad de escalar a un máximo de 10 días, en las inmediaciones de los 1,20 dólares, las compras han regresado a la moneda de EEUU, aupadas por el máximo de siete años en la rentabilidad de la renta fija. En el euro/dólar, la situación se ha visto alimentada por la debilidad del IPC de la Eurozona.

La lectura del índice de precios al consumo subyacente ha caído hasta el 0,7% en abril, un 0,3% por debajo del resultado de marzo, mientras que el IPC general ha resultado al 1,2%, un 0,1% menos. El euro, que ha arrancado la jornada en nuevos mínimos de 2018, ha prolongado sus pérdidas aún más, hasta los 1,1784 dólares, niveles no vistos desde el 19 de diciembre. La libra también ha dejado, este martes, un mínimo de 2018, rendida ante el músculo del dólar, en los 1,3450 billetes verdes, precios del 29 de diciembre, y planea este miércoles sobre este precio.

Pero que no cunda el pánico, advierten los analistas de Barclays. "Seguimos opinando que el decepcionante dato de abril no representa el comienzo de una nueva y alarmante tendencia en la inflación subyacente". Insisten estos expertos en que las condiciones en el largo plazo favorecen a que prosiga la tendencia alcista en los precios, no obstante, "la senda no está exenta de riesgos", agregan.

A la presión vendedora sobre el euro contribuye también la filtración de que una de las primeras decisiones del nuevo gobierno antisitema en Italia, fruto de la coalición entre la Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas será pedir una condonación de la deuda por valor de 250.000 millones de euros al Banco Central Europeo. "Aunque los portavoces de ambos partidos han descartado las noticias, han causado el suficiente nerviosismo en el mercado como para enviar al euro a nuevos mínimos", explica Boris Schlossberg, cofundador de BK Asset Management.

LOS EMERGENTES SIGUEN SUFRIENDO

En cuanto a los emergentes, se mantienen en alerta, tras su declive de las dos sesiones anteriores. El rand sudafricano cedió cerca de un 1% el martes y el rublo lo hizo un 0,5%, pero quienes siguen liderando las caídas son la lira turca y el peso argentino. Pero este miércoles, mientras el peso pone tierra de por medio con su reciente mínino, en los 25 pesos, la lira ha ampliado su caída hasta el cambio jamás visto de los 4,50 unidades por dólar.

“El catalizador de la renovada presión vendedora de las monedas de los mercados emergentes es difícil de determinar”, señala Jameel Ahmad, analista de FXTM. Los inversores han vuelto a las compras en el dólar ante las monedas de los países en desarrollo y “las últimas indicaciones sugieren que el motivo podría estar ahora más allá de las expectativas de incrementos de tipos por parte de la Reserva Federal de EEUU”. De hecho, “la persistente debilidad de la lira turca podría estar pesando sobre el sentimiento general del mercado emergente”.

"Aunque los inversores anteriormente trataban los desarrollos en torno a monedas como la lira turca y el peso argentino como cuestiones aisladas, ahora estamos notando similitudes entre la venta masiva en Turquía y Argentina que declives en todos los mercados emergentes", agrega este analista.

BONO A 10 AÑOS, DISPARADO

Con todo, sí hay una causa del último repunte del dólar. El buen dato del gasto del consumidor borró el mal sabor de boca dejado por la débil inflación de la semana pasada y disparó los tipos de interés del bono americano a 10 años, que ha superado el 3,07%, máximo desde 2011, mientras el rendimiento del bono a 2 años ha rebasado el 2,58%, máximo desde 2008.

Los inversores descuentan un crecimiento económico más sólido en EEUU y un repunte de la inflación, lo que obligará a la Reserva Federal (Fed) a mantener (o incluso acelerar) su política gradual de endurecimiento monetario, que consiste en subir los tipos de interés y reducir el tamaño de su balance.

Al mismo tiempo, el mercado también descuenta un aumento del déficit público norteamericano y una mayor oferta de bonos en el mercado para financiarlo, lo que hace temer a algunos inversores que la Fed pierda el control férreo que ha mantenido sobre las condiciones financieras y monetarias con los estímulos aplicados en los últimos años.

¿CANTO DEL CISNE O SIGUE EL RALLY?

En medio de esta panorama, los expertos siguen sin ponerse de acuerdo en si de verdad se acabó lo que se daba para el dólar y lo vivido ayer no es más que el canto del cisne del rally o si hay que seguir largos en la moneda de EEUU. “Creemos que las ganancias del dólar desde mediados de abril aún tienen que revertir más”, indican analistas de Maybank. “Los elevados precios de la energía y los productos básicos, sumado a la mejora de los mercados laborales, debería hacer mella en la inflación en todas las grandes economías y acabar por eliminar los estímulos monetarios”, agregan.

En cambio, Stephen Innes, analista de Oanda, asegura que “los diferenciales de las tasas de interés seguirán jugando a favor del dólar”, por lo que mantiene su posición alcista en el ‘billete verde’. Y no cree que esto vaya a cambiar “hasta que haya una ola de datos económicos positivos de países que no sean Estados Unidos, o hasta que el Banco Central Europeo comience a mostrarse abiertamente agresiva en lugar de hacer sólo tentativas”.

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