• Grupos soberanistas consideran a Freixenet y Codorníu 'unionistas'
  • Sumarroca obtuvo durante los 80 y 90 numerosas adjudicaciones de contratos públicos
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El cava elaborado en las bodegas de Sumarroca, cuyo propietario es íntimo amigo de Jordi Pujol, es el nuevo líder de los espumosos. El cava de la Independencia se presenta como el máximo competidor de Freixenet y Codorníu gracias al boicot soberanista que sufren estos últimos.

Corren tiempos duros para los grandes productores de cava catalán. El proceso independentista no sólo ha puesto freno a las ventas en el territorio español, sino que una campaña identitaria en la que se les acusa de ir contra el proceso soberanista de la región también les hace perder terreno en Cataluña.

El boicot llega desde todas partes, aunque sólo es perceptible en las calles. Muchos han tachado a estas empresas de ser “unionistas” y piden que no se consuma su producto.

Josep Lluís Bonet, presidente de Freixenet, se posicionó públicamente contra la independencia y a favor del diálogo. Bonet asegura que existe un boicot contra su compañía y que es necesario “buscar una solución a un problema que hay que resolver por el bien de todos”, en referencia al conflicto catalán.

La primera personalidad política en hacer alarde de esta campaña negativa fue Elena Ribera, que tras la emisión del anuncio de Freixenet, cuyo lema es “Por los próximos 100 años juntos”, tuiteaba que “Freixenet, buscando no perder cuota de mercado, brinda por 100 años juntos. Acaba de perder dos millones de consumidores catalanes…potenciales”. Poco después retiró lo dicho y pidió disculpas.

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PUJOL Y SUMARROCA

De todo esto, el mejor parado es el productor del espumoso Sumarroca, Carles Sumarroca, quién es amigo íntimo de Jordi Pujol y uno de los fundadores de Convergència. Como informa El Confidencial, también su esposa, Núria Claverol, fue socia de Marta Ferrusola en Hidroplant.

En los años 80, con Pujol al frente de la Generalitat, las filiales de Sumarroca recibieron adjudicaciones de obras públicas que le convirtieron a su empresa Emte en la compañía de referencia en el campo.

A finales de los 90, Sumarroca entró en el sector de las energias renovables, por lo que el president le adjudicó licencias de parques eólicos. Además, no sólo creó empresas para explotar estos parques, sino otras que elaboraban los informes medioambientales que justificaban las licencias.

El año pasado Sumarroca acordó con la Plataforma per la Llengua empezar a vender el “cava per la llengua” (cava por la lengua), una iniciativa solidaria con una litografia de Antoni Tàpies en la etiqueta. Estas botellas cuestan 7,95 euros de los que 1,39 euros van a la Plataforma per la Llengua, con la intención de financiar campañas a favor del catalán.

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