Turquía y Estados Unidos no pasan por su mejor momento en las relaciones tanto diplomáticas como económicas. Por un lado veíamos como Washington, anunciado previamente por su presidente vía Twitter, un aumento de los aranceles sobre el acero y aluminio a Turquía. En respuesta a ello Erdogan ha respondido y desafiado a EEUU con un 50% de aranceles sobre su arroz, un 140% sobre sus bebidas alcohólicas y 120% en coches de fabricación americana. Adicionalmente ha implementado cargos adicionales sobre sus cosméticos, tabaco y algunos alimentos provenientes del país norteamericano.
Todas estas sanciones vienen en parte también con motivo de las tensiones políticas entre ambos países, donde EEUU solicita la liberación de Andrew Brunson, el pastor evangélico acusado de espionaje y terrorismo. Además, también ha sancionado a dos ministros del actual gobierno turco congelando sus cuentas en el país americano.
LA LIRA Y LA DIVISA
Tras la disputa entre Washington y Ankara del día 10 de agosto, la lira turca ha caído fuertemente, cayendo inicialmente un 14% y moderándose durante la misma sesión entre un 8 y 10 por ciento. Hay que indicar también que la lira turca estaba alrededor de un 40% superior a principios de año y 25% de esta caída se ha producido durante este mes.
Adicionalmente, el regulador turco (Agencia de Regulación y Supervisión Bancaria de Turquía) ha limitado los swaps en divisas como medida para frenar la caída de la lira y lograr una estabilización.
Tras los últimos hechos, las agencias de rating Standard & Poor´s y Moody´s han rebajado la calificación crediticia de BB- a B+ y de Ba2 a Ba3 respectivamente. El principal motivo, la preocupación por la independencia del Banco Central Turco y la volatilidad de la divisa. También, el día 28 de agosto, la agencia Moody´s ha puesto la alarma sobre 20 entidades financieras, en consecuencia con la rebaja sobre la deuda de Turquía.
¿UNA CRISIS O UNA OPORTUNIDAD DE INVERSIÓN?
Cuando existe una caída en el mercado siempre hay inversores que, donde unos ven un problema, otros ven una oportunidad. También hay países que muestran su confianza a Turquía, como es Qatar, prometiendo el día 15 una inversión de 15 mil millones de dólares al sistema financiero turco y a sus bancos.
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