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Quien más quien menos, seguro que todos los lectores se han interesado alguna vez por la psicología de la inversión. Esperamos que entender cómo funciona nuestro cerebro nos ayude a evitar esas pequeñas trampas a las que atribuimos nuestras pérdidas en las inversiones.

Sin embargo, el interés por la psicología en los préstamos es mucho menos habitual y, al fin y al cabo, el endeudamiento es muy común en nuestra sociedad, incluso para invertir, pues en el fondo, es en lo que se basa el apalancamiento. Por eso, la versión española del comparador Matchbanker.pl de préstamos online nos brinda algunas claves sobre la psicología de los préstamos.

Lo primero que debemos saber es que el ser humano da prioridad al ahora sobre el futuro. Por mucho que invirtamos en planes de pensiones y ahorros, de forma natural estamos preparados para sobrevivir: cazar o recolectar cuando tenemos hambre, comer cuando tenemos comida y descansar después para recuperar energías. Aunque pueda parecer que hemos superado ese estadio gracias a años de evolución, los experimentos demuestran que no es tan cierto.

¿Prefieres que te regalen 50 euros hoy o 51 mañana? La mayoría prefiere los 50 hoy mismo para ir corriendo a gastarlos, pero si hacemos la pregunta para dentro de un año o un año y un día, la mayoría preferirá esperar un día más para conseguir ese euro extra, lo cual en términos económicos es absurdo, porque conseguir un euro en un día debería ser tan bueno hoy como dentro de un año o incluso mejor, si tenemos en cuenta que dentro de un año ese euro valdrá menos debido a la inflación.

Por tanto, aunque nos cueste asumirlo, de forma natural no estamos preparados para decidir sobre la posibilidad de obtener dinero ahora, aunque tengamos que devolverlo después, ya que sobrevaloramos el ahora de forma inconsciente.

Por eso, también hay que tener especial cuidado con las ofertas que nos envían sin que lo hayamos pedido. “¿Quiere disponer de un préstamo de XXX euros? Lo tiene preconcedido”. Esto hace que imaginemos todo lo que podríamos hacer con ese dinero, de modo que el coste de oportunidad subjetivo de decir no es enorme y la tentación difícil de resistir.

Otro asunto importante es el efecto anclaje, bien conocido por los teóricos de la negociación. Si de entrada damos un número muy grande, otro más pequeño parecerá todavía más pequeño de lo que realmente es debido a la subjetividad. Por eso, a las entidades siempre les interesa decir pide 1.000 y devuelve 1.100, ya que parecerá menos que paga un 10%, pero si a eso le añadimos que en vez de devuelve 1.100, pueden decirte devuelve 91,67 euros cada mes, el efecto todavía es mayor: Dispones de 1.000 y solo devuelves unos 92 euros, ¡genial!

Si estás familiarizado con la psicología de la inversión, verás que todo esto no es muy diferente. Una forma de paliar nuestra subjetividad, para tratar de tomar decisiones más objetivas, es hacer cálculos por escrito, de modo que racionalicemos todo el proceso y lo veamos con más perspectiva. En todo caso, estas técnicas de marketing no son exclusivas de los prestamistas, realmente están siendo utilizadas por todo tipo de empresas de forma constante, así que ser consciente de ellas siempre será útil en cualquier decisión de consumo.

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