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La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, ha avisado de que cree que la economía caería en una recesión si el Congreso no aborda el límite de endeudamiento del gobierno federal antes de un impago sin precedentes de la deuda estadounidense.

"Considero que el 18 de octubre es una fecha límite. Sería catastrófico no pagar las facturas del gobierno, que estuviéramos en una posición en la que no tuviéramos los recursos para pagar las facturas del gobierno", ha señalado Yellen durante una entrevista en el programa "Squawk Box" de CNBC.

El presidente Joe Biden pidió el lunes al Congreso que eleve el límite de la deuda esta semana y evite incluso acercarse a una agitación económica casi segura. Culpó a los republicanos y al líder de la minoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, por obstaculizar la legislación que elevaría el límite de endeudamiento mediante un filibusterismo.

"Espero plenamente que también provoque una recesión", ha añadido Yellen en declaraciones a 'CNBC'.

La secretaria del Tesoro lleva semanas advirtiendo a la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y al líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuck Schumer, que Estados Unidos no podrá seguir pagando sus deudas en torno al 18 de octubre. Los legisladores deben aumentar o suspender el techo de la deuda antes de esa fecha o arriesgarse a que se produzca el primer impago de la historia de Estados Unidos.

El Departamento del Tesoro está utilizando actualmente las llamadas medidas extraordinarias de emergencia para pagar los recibos de EE.UU. desde que se alcanzó el último techo de deuda a finales de julio. Las medidas extraordinarias permiten al departamento tanto conservar el efectivo como disponer de ciertas cuentas sin emitir nuevos bonos.

Pero esas medidas son temporales y sólo se prevé que perduren hasta mediados de octubre, según las estimaciones del Tesoro.

Aunque Estados Unidos nunca ha dejado de pagar sus facturas, los economistas afirman que un impago provocaría un daño generalizado a través de un aumento de los tipos de interés, supondría un golpe a la fe en la capacidad de Washington para cumplir puntualmente sus futuras obligaciones y un posible retraso en los cheques de la Seguridad Social para unos 50 millones de adultos mayores.

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