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La semana pasada la Fed anunció su primer corte de tipos de tipos. Aunque estaba ampliamente descontado del mercado, hay que recordar que la última vez que ocurrió un evento de ese tipo fue hace 10 años.

El presidente Powell ha invitado a considerarlo como un ajuste del ciclo y no como el comienzo de una nueva fase de cortes, típica del fin del ciclo económico. Los operadores no han visto mucha credibilidad en esas afirmaciones, debido a que ese ciclo constituye el más largo de la historia y que la guerra comercial podrá ser, entre otras razones, una de las causas de su fin.

La política monetaria ultra expansiva, junto a las operaciones de continuas recompras y el utilizo de la deuda de forma prácticamente insostenible, han sido los factores que han permitido la creación de ese “infinito” mercado alcista.

Aunque Powell se encuentra entre la espada y la pared, debidas a las muy claras presiones políticas del presidente Trump que quiere un dólar débil para mantener una economía competitiva, se pueden justificar las afirmaciones anteriores con las proyecciones de la Fed, que observan una ralentización económica desde la mitad del próximo año.

La política monetaria expansiva favorece la economía y, por lo tanto, también el mercado de valores. Sin embargo, es necesario recordar que, según las reglas, una serie de recortes de tipos no corresponde necesariamente al comienzo de una nueva extensión del mercado, aunque luego hablaremos de la situación actual, muy diferente al pasado.

En todo caso, la historia de los últimos dos ciclos dice exactamente lo contrario:

Observad en el gráfico que, en los ciclos anteriores, los recortes de tipos están mucho más cerca, tanto en términos de precio como de tiempo, a la parte superior en comparación con la parte inferior:

- Entre el primer corte de enero de 2001 y el mínimo de octubre de 2002, hay 21 meses de caídas muy fuertes;

- Entre el primer corte de septiembre de 2007 y el mínimo de marzo de 2009, hay 18 meses y esta vez también una caída muy sustancial.

Si la historia se repitiera, el próximo mínimo decenal se proyectaría en el primer semestre de 2021, en la peor de las hipótesis en verano de 2022.

El anterior análisis no pretende decir que la historia se repetirá necesariamente de la misma manera, pero el siguiente concepto básico sigue siendo válido: el primer recorte de tipos suele estar muy cerca de los máximos del mercado de valores y suele crear varios meses de ventas masivas antes de llegar al mínimo final desde el cual se reinician las compras.

Esto se explica con el hecho de que los efectos de la política expansiva solo se materializan una vez que se descargan los excesos de crédito presentes en la economía y en la finanza. También es verdad que nos encontramos frente a una situación completamente diferente de los últimos cortes de tipos.

En primer lugar, la presencia de Trump garantiza una presión importante en el mercado; el presidente hará todo lo posible para llegar a las próximas elecciones de noviembre 2020 con un fuerte mercado alcista. Y cuando decimos hará todo lo posible hablamos de acciones que ya ha mostrado este año, suficiente ver sus intervenciones a principio de 2019 y el giro de mercado al principio y al final de mayo, sin contar lo que ha pasado en los últimos días a golpe de “tweet”.

La guerra comercial es un tema que necesita un espacio dedicado, por ahora digamos que será una constante con la cual tendremos que convivir y creerá mucha turbulencia. La devaluación del yuan y la “arma secreta de los Treasuries” por parte de China, podrían poner en seria dificultad el presidente americano.

No olvidamos las maquinas algorítmicas: la demostración de lo que hicieron en el último trimestre del 2018 con una caída de casi el 20 por ciento y luego recuperada en poco tiempo y con nuevos máximos históricos demuestra cómo ha cambiado el mercado respeto a los precedente cortes de tipos y a los que tenemos que enfrentarnos.

A nivel técnico la fuerte caída del día 5 de agosto es un resultado que en el índice S&P500 no se veía desde mucho tiempo (por encima del 3 por cien); por lo tanto, tiene que tener su debida consideración, aunque el tiempo de las inversiones está aún muy lejano. Recordamos que solo una caída por encima del 20 por cien provocaría una verdadera inversión, de mientras la caída actual, aunque violenta, mantiene forma de corrección de la tendencia primaria. La señal de del 5 de agosto en forma de venta masiva necesita una fuerte continuación y la perdida de los mínimos del pasado mayo. El cierre semanal nos dará algunas importantes indicaciones en ese sentido.

Teniendo en cuenta la potencia de la FED que todavía tiene 9 recortes disponible para ayudar, cuando y donde sea necesario, Wall Street y la economía y un leader fuerte como Trump, ¿estamos seguros que el mercado caerá a picado tanto de invertir la tendencia alcista?

Hasta la próxima reunión de la FED del 17-18 septiembre saldrán solamente escenarios destructivos y el canto del pánico, recordad que dejarse pillar de las emociones en la situación actual es extremadamente peligroso. Este tipo de mercado es puramente por los profesionales y traders navegados.

Como decía Louis Bacon, un especulador tiene que abrazar el desorden y el caos. ¿Sino, porque invertir en bolsa?

¡Buena semana de trading a todos!

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