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Durante el año pasado pude escuchar, no pocas veces, que los patrones de los mercados financieros habían cambiado. Actualmente las caídas y los daños económicos producidos por éstas nos devuelven a la realidad.

Invertir en mercados financieros implica riesgo, y para tener éxito en nuestro objetivo, que es revalorizar nuestro dinero, lo primero que tenemos que hacer es gestionarlo adecuadamente.

El patrón sigue siendo el de siempre y los poderes que mueven los mercados financieros, también. Mientras han tenido interés en que los activos subieran, las bolsas han subido. Los tipos de interés en tasas mínimas o negativas, que no existiera ninguna alternativa al ahorro..., fueron varios de los motivos que llevaron a las bolsas, principalmente la tecnológica, a dibujar máximo tras máximo durante el año anterior. Incluso pudimos ver en varias plataformas de Internet la recomendación de invertir en acciones de Amazon, para poder tener un complemento al salario que uno con su trabajo pudiera ganar.

Por contra, hoy los tipos de interés han subido, hay miedo en los mercados financieros y las acciones de Amazon no solo no han generado un complemento salarial, sino que han generado unas pérdidas entre un 30% y un 40% para quienes compraron durante 2021.

El anuncio que he comentado de Amazon es una aberración. Invertir en acciones no es ganar el sorteo 'sueldo de Nescafé' que te da 2.000 euros brutos de por vida. Comprar acciones es invertir en el capital de una empresa, que puede subir o bajar en función del beneficio de la compañía o la expectativa del mismo que tenga el mercado.

¿Qué alimentó todo esto? El mar de liquidez que crearon los bancos centrales generó fuertes posiciones alcistas tanto en bolsa como en bonos, y ello nos hizo pensar que el mercado solo tenía una dirección y que solo podría subir.

Sin embargo, esas posiciones alcistas se cerraron a finales del pasado 2021 y ahora interesa que las bolsas caigan para poder volver a abrir esas mismas posiciones a un precio sensiblemente inferior, arrastrando con ello a los inversores minoristas que probablemente, fruto del pánico, han vendido una buena parte de esas inversiones maravillosas con pérdidas.

Los mercados siguen siendo los de siempre, y si bien Robin Hood según la leyenda fue un bandido popular, por encarnar las demandas de justicia de las clases oprimidas inglesas, Robinhood, la aplicación de inversión, de momento no ha demolido los viejos poderes y modelos de los mercados financieros.

La máxima a saber es que la expectativa de beneficio debe de ser paralela al riesgo que debemos a asumir. Y si eso por nosotros mismos no lo podemos realizar, debemos de ir de la mano de un asesor o un profesional.

Pues el patrón sigue siendo el mismo y como dice el refrán, donde hay patrón no manda marinero.

Marcos Sánchez Cid es gestor financiero senior en Ursus 3 Capital A.V.

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