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La primera semana de 2020, que comenzó con la duda de que otra guerra estaba a punto de comenzar en Oriente Próximo, se limitó a generar una leva briza de volatilidad en los mercados financieros. La rápida solución de la falsa crisis geopolítica, tanto dramatizada al estallar como descartada rápidamente, ha permitido que los índices estadounidenses vuelvan a subir a nuevos máximos históricos, llevándose también la vieja Europa.

Sin embargo, el protagonista de ese nuevo año sigue siendo Donald Trump, quien una vez más mostró su estrategia de "choque y trato" con Irán: provocar agresiones seguidas e inmediatamente después extender la mano para negociar, algo ya visto con la Corea del Norte.

Es una estrategia completamente nueva y aparentemente impulsiva, que desestabiliza las diplomacias y la misma administración de Estados Unidos. Se basa en el azar y en la sorpresa y no tiene como objetivo lograr resultados efectivos que satisfagan los intereses reales de los estadounidenses. O más bien, si tiene este objetivo, en realidad casi nunca lo logra. Por ejemplo, del acuerdo con China para una tregua arancelaria, que debería firmarse al día de hoy, nadie en los últimos días parece saber nada más. En cualquier caso, incluso si se firmara, sería una tregua y no una disminución de los aranceles actualmente vigentes, que continúan existiendo, mientras que, para ser precisos, el saldo de la balanza comercial entre Estados Unidos y China no ha mejorado. Se ha mantenido sustancialmente estable, pero con una reducción significativa en el volumen del comercio, por lo tanto, con efectos recesivos para China y los Estados Unidos. Y por lo que podemos ver, la compra obligatoria de productos agrícolas estimada en 50.000 millones de dólares anuales es un verdadero suicidio económico por la grande potencia asiática.

Entonces, ¿cuál es el real objetivo del presidente, dado que continúa imperturbable en esta estrategia esquizofrénica? Creo que los movimientos de Trump apuntan principalmente a obtener efectos psicológicos y manipuladores en la opinión pública.

Pasa su tiempo discutiendo con el mundo entero para poder sentarse a la mesa y negociar, convencido de que es el negociador más hábil del mundo. De esta manera, galvaniza a sus seguidores y consolida el consenso electoral, usa su poder, cuando es necesario, como un arma de "distracción" masiva, crea una volatilidad falsa en los mercados y los manipula a voluntad (y probablemente en beneficio de los ingresos financieros de su imperio económico. ¿Quién sabe si algún día algún juez lo investigará por tráfico de información privilegiada?). Los mercados ahora han adquirido la convicción de que cualquier desorden combine, de alguna manera saldrá, así que tienden a rechazar cualquier incertidumbre o problema geopolítico, buscando constantemente un final feliz.

Obviamente, esta estrategia de manipular el sentimiento colectivo, para mantenerlo eufórico hasta las próximas elecciones que le garantizan otros 4 años de juegos, no puede dar frutos sin el apoyo de los bancos centrales, en particular de la Reserva Federal, que, además de ser el banco central más poderoso del mundo, dirige y orquestra las decisiones de los demás bancos centrales.

Y el señor Powell, aunque ha mostrado en sus conferencias una mayor confianza en la fortaleza de la economía estadounidense, desde el verano pasado bajó los tipos 3 veces y a partir de septiembre lanzó una maniobra de inundación monetaria que empalidece por dimensiones y rapidez cualquier maniobra de flexibilización cuantitativa previa. En aproximadamente 4 meses, se creó liquidez y se vertió en el mercado una cantidad de más de 100 mil millones de dólares al mes, una cifra nunca ante vista. ¡En solo 4 meses, se recreó la liquidez previamente drenada en un año entero!

Por lo tanto, no es coincidencia que, tan pronto como los mercados se dieron cuenta de que la FED estaba disponible en reiniciar esas inundaciones monetarias, desde octubre en adelante nunca dejaron de subir. El mercado de valores de los Estados Unidos en esta etapa parece totalmente y solamente impulsado por la liquidez, algo que sigo repitiendo desde meses. El bombardeo monetario de la FED es suficiente para impulsar las compras por partes de los fondos que persiguen la tendencia de los índices y de los inversores que persiguen los rendimientos, independientemente de cualquier compatibilidad con la economía real, que no va propiamente bien come se dice, o con los beneficios empresariales, en caída desde el 2019. Las operaciones de buyback sirven solamente a creare un bonito espejo por las mayorías de las empresas, que hacen todo lo posible para que los dividendos sean garantizados y que su valor sigue subiendo.

Y así el índice S&P500 también ese 2020 desayuna con nuevos máximos históricos gracias a la FED. Cada día de negociación de este año, la Fed activó transacciones REPO de varios tamaños en el mercado primario. Estas son las inyecciones diarias de liquidez que ofrece la Fed de Nueva York en los mercados nocturnos REPO para mantener los tipos durante la noche suprimidos artificialmente y satisfacer la creciente demanda de liquidez de los bancos. La crisis temporal de liquidez aparentemente se ha vuelto permanente. Por eso a cada retroceso el índice vuelve a subir. Y es por eso quien sigue buscando corto sin señales claras de inversiones solo pillara stops loss.

No hace falta añadir que la euforia está por las nubes. Todos los indicadores gráficos de exceso están bajo estrés. Todos los indicadores de percepción de riesgo por parte de los inversores destacan una calma que rara vez se ha visto en el pasado y además en vísperas de correcciones muy significativas.

Es cierto que la Fed nunca ha sido más condescendiente que nunca. Pero también es cierto que las inundaciones monetarias no pueden continuar indefinidamente.

Por lo tanto, la pregunta del millón de dólares se convierte en la siguiente: ¿qué sucederá cuando la Fed deje de proporcionar a los operadores todo este medicamento monetario?

Es evidente que entonces, o más bien un momento antes, comenzará la fuga. Y algo peor en la vida y en la economía real. Pero hasta entonces se comprarán las correcciones. Guardamos liquidez, para cuando un día los manipuladores decidirán tirar todo abajo; podemos solo imaginar la magnitud de los movimientos.

¡Feliz semana y buen trading a todos!

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