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El sector de la biotecnología es uno de los más prometedores para los inversores. Laura Nelson Carney es analista de renta variable de Capital Group, destaca que la rapidez con que se han desarrollado vacunas contra el Covid-19 es un indicio de todo lo que aún está por llegar en este negocio.

En los últimos años, hemos asistido a un renacimiento que ha deparado en un aluvión de candidatos a nuevos fármacos. La cartera de medicamentos en fase de investigación y desarrollo está relativamente llena, tanto en fabricantes de fármacos pequeños como grandes, repartidos por Estados Unidos, Europa y China. Si algunos de estos avances alentadores se consolidan, podrían contribuir a impulsar el crecimiento del sector en el transcurso de los próximos diez años. Estas son algunas de las tendencias que sostienen su tesis:

DESARROLLO RÁPIDO DE MEDICAMENTOS

En algunos casos es posible desarrollar medicamentos a un ritmo mucho más rápido de lo que se pensaba antes. El proceso de aprobación acelerada que empleó el Organismo estadounidense para el Control de Alimentos y Medicamentos (US Food and Drug Administration, FDA) para las vacunas contra el coronavirus lleva implantado algún tiempo, así como en otros organismos reguladores del mundo.

Europa, Japón, China y otros países cuentan con mecanismos similares que han permitido avanzar con mayor rapidez, especialmente cuando resulta imperativo disponer de un tratamiento para una enfermedad. Estos mecanismos tenderán a emplearse con más frecuencia, dada la atención que han recibido, a pesar de las críticas suscitadas por su utilización en áreas distintas al cáncer.

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Las enfermedades infecciosas son una de las principales fuentes de afecciones en el mundo y, aun así, conforman un área de investigación para el descubrimiento de fármacos que carecía de fondos suficientes. En lo que se refiere a la financiación y al número de acuerdos entre grandes y pequeñas empresas, solían ocupar los últimos puestos de la lista.

Ahora ocupan el segundo lugar, solo por detrás de la oncología, en lo que respecta a la atención y financiación que reciben en el marco de operaciones de fusiones y adquisiciones, capital riesgo e inversiones de capital privado. Muchos de los principales problemas se están abordando ahora con cuantiosas inversiones.

UN NUEVO GRAN PERIODO DE INNOVACIÓN

Hemos visto tres grandes fases en la historia de la medicina. Durante alrededor de 200 años, los tratamientos se realizaban con productos químicos que podíamos fabricar de un modo reproducible. La mayoría de los mejores y más novedosos fármacos procedían de fábricas. Luego, en la década de 1970, aprendimos el modo de fabricar proteínas de forma fiable en una fábrica en vez de, por ejemplo, extraer insulina de vacas para usarlas como medicinas.

Había nacido la era de la biología. Comenzó primero con anticuerpos monoclonales, pero luego llegó una nueva generación de anticuerpos de ingeniería especializada.

El tercer gran periodo lo conforman células y genes que se emplean como medicinas, aunque solo estamos en los albores del mismo. Esto proceso cumple una doble promesa: (a) obtener curas funcionales de enfermedades que no podíamos tratar en el pasado (o lo hacíamos sin buenos resultados) con productos químicos o proteínas y (b) lograr tratamientos únicos en lugar de una terapia crónica para el resto de la vida del paciente.

De momento, los productos basados en terapias génicas o celulares aprobados por la FDA estadounidense se están usando para tratar el cáncer, afecciones oculares y enfermedades hereditarias raras. En el futuro, se espera que sirvan también para enfermedades más comunes.

CHINA AVANZA CON RAPIDEZ

China desempeña un papel destacado en la industria biofarmacéutica mundial por dos razones: Es el segundo mayor mercado final del mundo, después de Estados Unidos, y está en rápida expansión. También es una fuente de innovación relevante a escala mundial. La versión de la FDA de China cada vez se parece más a su homólogo estadounidense, ya que ha adoptado algunas prácticas idénticas sobre el modo de tomar decisiones.

Las autoridades normativas cambiaron algunas de las normas técnicas aplicadas para adaptarlas a las de Europa y Estados Unidos. Ahora este proceso está algo más armonizado. También han empezado a clasificar las solicitudes para dejar de priorizar viejos tipos de medicamentos no diferenciados para centrarse en los más modernos.

En China había una gran cantidad de antiguos medicamentos genéricos no diferenciados. Por ejemplo, existían casi 100 fabricantes de metformina (un antiguo medicamento genérico para la diabetes), lo cual supera con creces lo que se necesita; esto explica el descenso de fabricantes que se está registrando.

Al mismo tiempo, China está empleando el dinero que ahorra para pagar fármacos innovadores destinados al conjunto de la población. El gobierno chino se está mostrando dispuesto a pagar por la innovación, lo que incentiva a las compañías para seguir invirtiendo en ella.

NUEVOS AVANCES EN EL USO DEL SISTEMA INMUNITARIO

La oncología fue el primer ámbito en el que triunfó este concepto más allá de las enfermedades del propio sistema inmunitario; medicamentos como Keytruda, de Merck, y Opdivo, de Bristol-Myers, se han convertido en una de las mayores categorías de la oncología. Sin embargo, apenas estamos empezando a indagar en el tema y a averiguar cómo podemos aprovechar el sistema inmunitario humano para abordar otras enfermedades.

La idea de comprender mejor el sistema inmunitario y aprovecharlo para intervenir potencialmente en otras enfermedades ha ido cobrando impulso. Una de esas áreas es la inmunooncología, que es el estudio y desarrollo de tratamientos para el cáncer que aprovechan el propio sistema inmunitario del organismo.

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