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El Papa Francisco en una audiencia generalEvandro Inetti/ZUMA Wire/dpa

ROMA, 24 (EUROPA PRESS)

El Vaticano no suspenderá la audiencia general del Papa del miércoles, aunque en vez de celebrarse en el Aula Pablo VI será al aire libre en la Plaza de San Pedro, al tiempo que ha decretado una limitación de los encuentros con grandes masas de fieles en lugares cerrados.

Según ha informado el jefe de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, el personal médico del Vaticano está disponible 24 horas al día para detectar posibles casos de coronavirus y se han colocado dispensadores de geles desinfectantes para las manos en las oficinas donde trabaja el personal del Vaticano.

Hasta el momento, las autoridades italianas han contabilizado 222 contagios del virus del coronavirus y seis fallecidos. El 90% en los focos activos están en la región de Lombardía y Padua, en el Veneto.

La Organización Mundial de la Salud ha situado la tasa de letalidad del coronavirus en el 2% y el 4% entre los infectados en la ciudad china de Wuhan y en alrededor del 0,7% fuera de Wuhan.

Sin embargo, la ciudadanos italianos se han lanzado al supermercado a hacer compras de comida y bienes de subsistencia de forma compulsiva no sólo en el norte de Italia, donde las autoridades han impuesto un bloqueo a cerca de 50.000 ciudadanos que no pueden ni entrar ni salir. También en muchas de las farmacias de Roma se han agotado las mascarillas y los geles desinfectantes de manos.

La española Sara Martín, que vive en la región de Lombardía, a solo 10 kilómetros del primero de los pueblos aislados, ha explicado a Europa Press que está viviendo toda la situación "con serenidad" aunque persiste en el ambiente un sentimiento de "histeria generalizada".

Lodi, la localidad en la que vive con su marido italiano y sus tres hijos, no ha sido de momento bloqueada por el departamento de Protección Civil de Italia, pero a su juicio es "cuestión de horas" porque ya se ha dado el "primer caso" de contagio del coronavirus en el hospital.

"No nos han aislado todavía, pero vivimos como si ya los estuviéramos. Los supermercados están vacíos, no hay nadie por la calle, han cerrado colegios, guarderías, parques, gimnasios --ha descrito--. Nos han aconsejado que no hagamos vida social. Estamos haciendo vida en casa; no nos planteamos quedar con amigos ni que ellos vengan".

Desde el pasado viernes, ni sus hijos, ni su marido, a quien la empresa para la que trabaja en Milán le ha pedido que se quede en casa para evitar contagios, han salido a la calle. "Yo salí un momento porque necesitaba potitos. Pero el supermercado estaba vacío y con pocos productos. Solo encontré un melón y un coco, ni una bolsa de lechuga, ni una triste pechuga de pollo", ha explicado.

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