Estados Unidos vive una jornada de protesta. Los trabajadores de 160 ciudades están convocados a manifestarse por toda una serie de mejoras laborales, por ejemplo, que el sueldo mínimo alcance los 15 dólares la hora.
La plataforma “Fight for 15” ha organizado esta protesta que afecta a establecimientos como gasolineras, restaurantes de comida rápida, empresas de seguridad, y supermercados. Pero también a instituciones, hospitales y aeropuertos.
La cadena McDonald´s y Dunkin´ Donuts en Pittsburg, el aeropuerto John F. Kennedy en Nueva York, varias gasolineras en Kansas y Detroit, o la red de supermercados Wall-Mart en todo el país, han sido algunos de los primeros objetivos de los sindicatos.
Bajo el lema “Pagar poco no está bien” y el hasthag #strikefastfood, están tratando de extender sus reivindicaciones.
Los organizadores esperan batir récords de seguimiento y que se sumen espontáneamente trabajadores de otros núcleos urbanos hasta llegar a los 190 puntos de protesta.
Demandan desde hace más de dos años un incremento del salario mínimo de los 7,25 dólares la hora actuales a 15 dólares, denuncian que algunas familias viven bajo el umbral de la pobreza aunque tengan algún miembro contratado a tiempo completo, y piden una menor desigualdad salarial.
Las cadenas de comida rápida alegan que sus establecimientos están gestionados por empresarios independientes que son los responsables de los salarios de los trabajadores.
El presidente Obama se ha posicionado a favor de elevar los salarios mínimos “es una verdad simple, América se merece una subida”. No sólo lo ha hecho con palabras, también respaldó una propuesta del partido Demócrata para que el salario mínimo de los trabajadores federales alcanzara los 10,10 dólares la hora y se vinculara a la inflación. Los republicanos bloquearon la propuesta.
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