Las expectativas de inflación de los consumidores para los próximos 12 meses, que recoge la Universidad de Michigan en su sondeo sobre la confianza del consumidor, retrocedieron "ligeramente" en mayo, hasta el 4,5%, desde el 4,6% registrado en abril, mientras que las previsiones a largo plazo alcanzaron su mayor nivel desde hace más de una década.
"Las expectativas de inflación a lo largo del año retrocedieron ligeramente hasta el 4,5% en mayo, tras repuntar hasta el 4,6% en abril. Después de dos años de relativa estabilidad, las expectativas de inflación a largo plazo subieron a su nivel más alto desde 2011, pasando del 3,0% el mes pasado al 3,2% este mes", destaca Joanne Hsu, directora de la encuesta.
En cuanto al índice del sentimiento del consumidor, en su lectura preliminar de mayo ha registrado una caída hasta los 57,7 puntos, desde los 63,5 alcanzados en abril, y se mantiene por debajo también de los 58,4 puntos de hace un año. También se ubicó por encima de la previsión de consenso, que esperaba que se quedara en los 63.
Además, el índice de las condiciones económicas actuales también ha experimentado un retroceso hasta los 64,5, frente a los 68,2 previos, mientras que el componente de expectativas ha caído desde los 60,5 puntos de abril hasta los 53,4.
"La confianza del consumidor cayó un 9% en medio de renovadas preocupaciones sobre la trayectoria de la economía, borrando más de la mitad de las ganancias logradas después del mínimo histórico de junio pasado. Si bien los datos macroeconómicos entrantes actuales no muestran signos de recesión, las preocupaciones de los consumidores sobre la economía aumentaron en mayo junto con la proliferación de noticias negativas sobre la economía, incluido el estancamiento de la crisis de la deuda", agrega.
Asimismo, agrega que "a lo largo del episodio inflacionario actual, los consumidores han mostrado resiliencia en mercados laborales fuertes, pero su anticipación de una recesión los llevará a retroceder cuando surjan signos de debilidad".
"Si los formuladores de políticas no logran resolver la crisis del techo de la deuda, estas deprimentes opiniones sobre la economía exacerbarán las nefastas consecuencias económicas del incumplimiento", concluye.
