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Las dos primeras potencias mundiales han reanudado las conversaciones para poner fin a su disputa comercial en la madrugada de este miércoles en Shanghai. Es la primera cumbre bilateral después de que las negociaciones llegaran a un alto en mayo, pero las expectativas de que se llegue a algún acuerdo en el corto plazo son escasas. Además, el presidente de los EEUU, Donald Trump, ha cargado contra China en un tuit horas antes del encuentro.

Cuando el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, aterrizaron en el centro comercial chino el martes, Trump acusó a Pekín en Twitter de ser los responsables del estancamiento de las negociaciones y advirtió de un peor resultado para China si seguía haciéndolo.

"Mi equipo está negociando ahora con ellos, pero siempre cambian el acuerdo al final en su beneficio. Probablemente están esperando a que ganen los demócratas. Entonces podrían lograr un GRAN trato, como en los últimos 30 años, y continuar estafando a EEUU, que ahora es más grande y está mejor que nunca antes. El problema de seguir esperando es que, cuando yo gane, el trato que obtendrán será mucho más duro que el que estamos negociando ahora... o no habrá ningún trato en absoluto", escribió Trump.

Las reuniones de esta semana son las primeras conversaciones comerciales en persona desde la tregua arancelaria que Trump y el presidente chino Xi Jinping se dieron en la cumbre del G-20 el mes pasado. Además, se producen cuando los datos oficiales han mostrado que la actividad industrial de China se redujo por tercer mes consecutivo en julio, lo que subraya las crecientes tensiones en la segunda mayor economía por la guerra comercial.

El viceprimer ministro Liu se reunió y estrechó la mano de Lighthizer y Mnuchin en el Xijiao State Guest Hotel de Shanghai frente a los medios el miércoles por la mañana antes de las negociaciones del día, pero los funcionarios no hicieron ningún comentario público.

La disputa comercial se ha prolongado durante más de un año, con las dos economías más grandes del mundo imponiendo aranceles por miles de millones de dólares a las importaciones mutuas, interrumpiendo las cadenas de suministro mundiales y sacudiendo los mercados financieros.

Se esperaba que las conversaciones de Shanghai se centraran en gestos de "buena voluntad", como los compromisos chinos de comprar productos agrícolas estadounidenses y los pasos de Estados Unidos para aliviar algunas sanciones contra el gigante chino de equipos de telecomunicaciones Huawei Technologies, dijo a 'Reuters' una persona familiarizada con las conversaciones.

El tabloide estatal chino Global Times dijo que los negociadores estadounidenses deben mostrar sinceridad y tener "expectativas razonables" después de hacer "demandas poco realistas que violen la soberanía y dignidad de China".

Agregó que si "Washington todavía tiene la ilusión de que Beijing de alguna manera cederá y se comprometerá en asuntos relacionados con la soberanía y otros intereses centrales relacionados para llegar a un acuerdo, entonces no habrá ningún acuerdo".

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