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Fábrica de automóviles.

A lo largo de estos meses se han ido conociendo cada vez más noticias relacionadas con la falta de componentes semiconductores, imprescindibles para la fabricación de elementos electrónicos. Una de las industrias que más afectada se está viendo es la del automóvil.

En los últimos tiempos, todas las noticias que llegan de las diferentes fábricas de coches van en una misma dirección: la reducción de la producción o incluso su paralización.

Toyota ha comunicado una reducción del 40% de los vehículos previstos para septiembre, afectando a modelos como el Corolla, el Yaris, el Prius y el Land Cruiser, sus coches más vendidos. En números absolutos, 360.000 automóviles dejarán de fabricarse, hablando solo de la marca nipona.

En España, Seat ha paralizado parte de su producción excepcional en Martorell. Debido a los problemas con la oferta, la marca había habilitado líneas específicas para el León y el Formentor que se verán interrumpidas.

Dentro del mismo grupo, Volkswagen ha dicho que dejará de producir la versión más barata de su vehículo eléctrico, ID.3.

Stellantis (fabricante de Opel, Citröen y Peugeot) también ha detenido la fabricación de varios modelos en su planta de Zaragoza entre el 22 y el 26 de agosto. En la de Vigo, ha adelantado la vuelta a la producción a este viernes.

Y en EEUU, el propio Elon Musk, CEO de Tesla, ha reconocido que se encuentran bajo condiciones “extremas de la cadena de suministros con respecto a ciertos chips estándar para automóviles”.

La crisis de los chips ha llegado a tal punto que hasta la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, ha declarado que los problemas derivados de ella son “muy reales”.

De hecho, según ha informado ‘Bloomberg’, los plazos de entrega de los semiconductores a los fabricantes se sitúan en 20 semanas, en comparación con las entre 6 y 9 semanas que se tardaba normalmente. En julio, este periodo era incluso mayor, alcanzando las 26,5 semanas.

Esta situación se explica por la expansión del coronavirus en zonas como Vietnam y Malasia, proveedores cruciales de este tipo de chips. “El aumento de los casos allí ha llevado a los fabricantes de automóviles a limitar la producción”, justifica John Meyer, de SP Angel, que relaciona, además, esta crisis con el aumento de la presión de precios. “Los responsables de la política económica esperan que la disminución de las interrupciones del suministro refleje el carácter transitorio de la inflación actual”, afirma.

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