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El barril de petróleo Brent ha caído por debajo de los 90 dólares por primera vez desde junio de 2012 al tiempo que el suministro de crudo aumenta mientras el crecimiento de la economía global se ralentiza.

“No hay motivos para que el mercado suba”, afirma Tom Finlon, de Energy Analitycs Group, en declaraciones telefónicas a Bloomberg: “A fin de que los precios se den la vuelta, tiene que haber una alteración apreciable de la producción mundial”, explica.

Y es que las malas noticias son muchas: la economía alemana está al borde de la recesión ante la caída de las exportaciones a China y Rusia, según datos de cuatro institutos económicos del país, que ha recortado su previsión de crecimiento hasta el 1,3%.

Por otra parte, el FMI ha rebajado también sus estimaciones para el PIB global hasta un repunta del 3,8%, desde el 4% calculado en julio. Mientras, la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés) ha reducido sus proyecciones de demanda para este año y el próximo.

Al mismo tiempo, Barclays ha revisado a la baja sus pronósticos sobre el Brent para el cuarto trimestre hasta los 93 dólares, desde los 106 anteriores. La firma justifica esta medida en la caída de la demanda, la fortaleza del dólar y la reactivación de la producción de crudo en Libia.

“Hay dos factores que han presionado a la baja a los precios del crudo”, en opinión de Gene McGillian, de Tradition Energy. “Las preocupaciones sobre las condiciones económicas, subrayadas por los informes sobre el crecimiento de Alemania, y la abundancia de suministro, demostrada por la gran acumulación de oferta de Estados Unidos”.

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