Kurod BoJ

El Banco de Japón ha mejorado sus previsiones de inflación en su reunión de política monetaria de enero y ha señalado que aumentan las posibilidades de que las recientes subidas de precios impulsadas por las materias primas se amplíen, en una señal de su convicción de que Japón está saliendo de la deflación de forma sostenible. En un informe de perspectivas trimestrales, el banco central nipón revisó al alza su previsión de inflación para el año que comienza en abril, hasta el 1,1% desde la estimación anterior del 0,9%. Asimismo, elevó ligeramente su previsión de inflación para el año fiscal 2023 hasta el 1,1% desde el 1,0%.

El banco central también ha revisado al alza las previsiones de crecimiento para el próximo año fiscal y ofreció una visión más optimista de la economía que hace tres meses, teniendo en cuenta el reciente aumento de los casos de la variante del coronavirus omicron, al menos por el momento.

Sin embargo, dado que la inflación se quedará por debajo de su objetivo del 2% en los próximos años, el Banco de Japón insistió en su determinación de mantener su política monetaria ultralaxa, incluso cuando sus homólogos mundiales avanzan hacia la salida de las políticas en modo de crisis.

Tal y como se esperaba, el Banco de Japón mantuvo sin cambios el objetivo del -0,1% para los tipos de interés a corto plazo y la promesa de orientar los tipos a largo plazo en torno al 0% en una reunión de dos días que finalizó el martes.

"Los riesgos para los precios están en general equilibrados", dijo el Banco de Japón en su informe. Esto se compara con su evaluación de octubre, que decía que los riesgos estaban sesgados a la baja.

A medida que los aumentos salariales den a los hogares más poder adquisitivo, un mayor número de empresas subirá los precios. Esto, a su vez, impulsará la inflación y aumentará la percepción pública de que los precios seguirán subiendo, dijo el Banco de Japón.

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