La reunión de los diputados de Junts per Catalunya en Bruselas con Carles Puigdemont dejó dos ideas claras. La primera, es que la lista del expresident de la Generalitat, en un autodenominado exilio desde hace cinco meses, cierra filas con el nuevo candidato, Jordi Sànchez. La segunda es que Puigdemont estaría dispuesto a entregar su acta de diputado para evitar nuevas elecciones.
Según explica el diario 'Ara', el president cesado tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución dejó una puerta abierta a esta renuncia. No obstante, para investir a Sánchez, que sigue en prisión, todavía sería necesaria la dimisión como diputado del exconseller, Toni Comín, y que la CUP apoyara al candidato soberanista.
Pero tanto el Tribunal Constitucional, en su resolución sobre el recurso que planteó el Gobierno de Mariano Rajoy contra la investidura de Puigdemont, como los letrados del Parlament de Catalunya, han dejado claro que, durante el pleno, el candidato debe estar presente. Una condición que Sànchez ve imposible cumplir después de que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, negara su petición de permiso extraordinario.
Mientras la defensa de Sànchez agota las vías legales en España, con un recurso ante el alto tribunal, el presidente del Parlament, Roger Torrent, ha llevado el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
ERC PIDE UNA INVESTIDURA CUANTO ANTES
Sin embargo, la decisión de Junts per Catalunya de mantener su apuesta por Sànchez aleja el desbloqueo de la legislatura en Cataluña y desoye las demandas formuladas por ERC para tener una investidura cuanto antes. El Supremo no tiene un plazo máximo para pronunciarse, lo que deja en el aire 'sine die' cuando podría fijarse la sesión de investidura.
En condiciones normales el Parlament tiene algo más de dos meses para votar un presidente tras unas elecciones -y si no lo logra se repiten los comicios-, pero los letrados de la Cámara determinaron que el tiempo no ha empezado a contar al aplazarse el primer pleno de investidura que se convocó.
Esto supone que la parálisis que vive el Parlament no tenga fecha de caducidad por ahora, lo que genera nerviosismo en todos los grupos: la oposición quiere que empiece a contar el reloj de dos meses, mientras que los grupos independentistas siguen evidenciando que no tienen sintonía para gobernar.
RELACIÓN CON ERC
La decisión de mantener a Sànchez también supone desoír la petición que este martes lanzó ERC: Marta Rovira urgió a JxCat a presentar un candidato viable para poder llevar a cabo en el Parlament una investidura "efectiva".
ERC evita pedir públicamente el relevo de Sànchez por otro candidato, pero es evidente que el expresidente de la ANC no cumple por ahora los requisitos de ser un candidato viable para ser investido por el Parlament.
Los republicanos buscan facilitar que JxCat releve a Sànchez y la propia Rovira aseguró que avalarían otro nombre: "No especularemos con el candidato. Ya hemos dicho que el nombre no será un obstáculo. Es a JxCat a quien le toca hacer esta propuesta".
SIN POLÉMICA
Sin embargo, por ahora los republicanos evitan polemizar con la decisión de JxCat de mantener la apuesta por Sànchez y confían en que en los próximos días tomarán la determinación de formular el candidato viable que piden.
Fuentes de ERC consultadas por Europa Press atribuyen la decisión de mantener a Sànchez como una estrategia de JxCat para ganar tiempo y encontrar un candidato que genere consenso dentro del grupo parlamentario de Carles Puigdemont.
Si JxCat decide relevar a Sànchez se abren dos posibilidades: un exconseller cesado por el 155 con la lógica de restituir al "Govern legítimo" pero con causas judiciales pendientes --el mejor colocado es Jordi Turull--, o un candidato sin causas judiciales pendientes, como el diputado Quim Torra.
El líder de la CUP en el Parlament, Carles Riera, ha explicado este miércoles que vería difícil investir a alguien "muy vinculado al PDeCAT"; Turull tiene este vínculo, Torra es independiente.
