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María Chivite, líder de los socialistas navarrosDavid Domench - Europa Press

Navarra se ha convertido en una de las comunidades autónomas donde más difícil puede ser formar Gobierno tras las elecciones del 26 de mayo. De los cincuenta escaños que componen el Gobierno foral, la coalición Navarra Suma, liderada por Unión del Pueblo Navarro (UPN) y que incluye a Partido Popular y Ciudadanos, ha obtenido 20 escaños. Pero no cuenta con más apoyos.

El Partido Socialista de Navarra (PSN) ha obtenido 11 escaños, seguido de Geroa Bai (la marca del Partido Nacionalista Vasco en Navarra), con 9 parlamentarios, EH Bildu (7), Unidas Podemos (2) e Izquierda Ezquerra (1). En este escenario, tan sólo hay dos opciones de formar Gobierno y las dos parecen abocadas al fracaso, lo que abre la puerta a la convocatoria de nuevas elecciones en el mes de agosto (aunque para eso todavia queda mucho tiempo y faltan por cerrarse numerosos gobiernos y alianzas en el resto de España).

Navarra Suma tan sólo podrá formar Gobierno con la abstención de los socialistas, pero su líder, María Chivite, ya ha dicho por activa y por pasiva que no se abstendrán. Su objetivo es formar Gobierno con Geroa Bai, Unidas Podemos e Izquierda Unida, pero para ello necesitaría la abstención de EH Bildu, algo que no apoyan los socialistas a nivel nacional, tal y como han filtrado a varios medios en los últimos días.

Por el camino, primero deben cerrarse las alcaldías de las principales ciudades navarras. En la capital, Pamplona, la lista de Navarra Suma ha obtenido 13 concejales, a tan sólo uno de la mayoría absoluta. EH Bildu ha obtenido 7 concejales, el PSOE otros 5 y Geroa Bai otros 2. Bildu ha ofrecido al PSOE un pacto para gobernar Pamplona, en un posible intercambio de apoyos que incluiría la abstención de los abertzales para que María Chivite fuera presidenta.

Pero por el momento esta posibilidad es tan sólo una hipótesis con nulas probabilidades de prosperar. En condiciones normales, Enrique Maya, líder regionalista de Navarra Suma en Pamplona, se convertirá en alcalde de la capital navarra el 15 de junio (fecha límite para formar las corporaciones municipales) y las negociaciones por el Gobierno de Navarra pasarán a depender de posibles pactos a nivel nacional, tanto en otras comunidades como en el Gobierno que aspira a volver a presidir Pedro Sánchez.

En este contexto, el PNV, a través de Joseba Egibar, ya ha comentado que su apoyo a Sánchez para ser investido presidente pasa por un acuerdo con Geroa Bai para gobernar Navarra en coalición, aunque sus declaraciones han tenido un perfil bastante bajo. Además, ese apoyo puede resultar demasiado caro para los socialistas, y desde Ferraz ya han cerrado la puerta a esa opción, porque en cualquier necesitaría la abstención de EH Bildu.

El equipo de Pedro Sánchez, consciente de que puede llegar a acuerdos importantes con Ciudadanos en otras comunidades, que incluso podrían allanar el camino de Sánchez a La Moncloa, prefiere tomárselo con calma en Navarra, a la espera de cerrar otros pactos que no incluyan el apoyo de un partido abertzale como EH Bildu. Además, no quiere que Ciudadanos y PP aprovechen un posible apoyo de Bildu para venderlo a nivel nacional como un pacto con los abertzales.

Sin embargo, desde Navarra, María Chivite realizará esta semana una ronda de contactos con Geroa Bai, Unidas Podemos e IE para intentar conseguir sus apoyos y ser presidenta. Los socialistas navarros aún recuerdan el veto de Ferraz en 2007 a un Gobierno liderado por los socialistas y apoyado por los abertzales. Un veto que puede volver a repetirse y a su vez provocar un acercamiento entre el PSOE y Ciudadanos y otras comunidades como Madrid y también de cara a La Moncloa.

Si los socialistas navarros apoyaran un Gobierno de Navarra Suma, Ciudadanos sería mucho más proclive a pactar con el PSOE el Gobierno de Madrid y también el del Ayuntamiento. Un intercambio de apoyos que podría hacer presidente a Ángel Gabilondo y alcaldesa a Begoña Villacís. Aunque eso dejaría una víctima colateral en Navarra. María Chivite, aliada de Sánchez en sus peores momentos como líder socialista y cuando perdió la secretaría general, se vería obligada a dimitir por coherencia política.

No obstante, esta opción tampoco parece probable, porque Chivite cuenta con el respaldo de Sánchez. El hecho de que el navarro Santos Cerdán, muy cercano también al líder socialista, sea responsable de política territorial del PSOE, hace que forzar a Chivite a pactar o abstenerse para que Navarra Suma gobierne sea complicado.

Aunque en política todo es posible. Porque Navarra Suma, encabezada por Unión del Pueblo Navarro, cuenta con dos diputados en el Congreso que pueden ser claves para investir a Pedro Sánchez en segunda ronda por mayoría simple y que forman parte del partido regionalista navarro.

Sin embargo, al ser una coalición con Ciudadanos y PP, esta opción también cuenta con numerosos obstáculos que tampoco garantizan su viabilidad. Así las cosas, no es descartable que nadie consiga formar Gobierno en Navarra y que se convoquen nuevas elecciones en el mes de agosto. Un auténtico 'Juego de Tronos' foral al que todavía le faltan muchos capítulos para resolverse.

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