MADRID, 29 (EUROPA PRESS)

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha rehusado este miércoles comentar las críticas que el embajador de España en Londres, Federico Trillo, vertió contra la Agencia Tributaria tras salir a la luz que había cobrado de una constructora mientras era diputado y se ha limitado a señalar que las "filtraciones no deben anticipar conclusiones de las investigaciones" y a recordar que los funcionarios "tienen la obligación de guardar la confidencialidad".

Así ha respondido Montoro en el Pleno del Congreso al diputado socialista y candidato a la Alcaldía de Alicante, Gabriel Echávarri, quien le pedía que opinara sobre las "acusaciones" de Trillo a la Agencia Tributaria por "filtrar datos que le afectan".

Montoro ha empezado diciendo que no iba a valorar el parecer del que fuera presidente del Congreso y ministro de José María Aznar. "No corresponde otra valoración que la que el mismo señor Trillo está expresando públicamente", ha asegurado, tras comentar que, desde su punto de vista, lo que hizo el embajador fue mostrar su "preocupación" porque entendía que las informaciones sobre sus actividades privadas procedían de "filtraciones" de investigaciones en marcha.

Eso sí, ha dejado claro que "las filtraciones no deben anticipar las conclusiones de las investigaciones" y ha recordado que "todos los funcionarios tienen la obligación de guardar la confidencialidad en relación con las investigaciones que están practicando".

Además, el ministro de Hacienda ha vuelto a aprovechar su intervención en el Congreso para subrayar que las "leyes tributarias se aplican a todos, con independencia de quiénes hayan sido o quiénes son ahora, de quiénes fueron en términos de poder político o económico o del que tengan en este momento".

De su lado, el diputado socialista por Alicante --la misma circunscripción por la que fue diputado Trillo-- ha exigido el cese del "embajador de la vergüenza", incidiendo en que Trillo no puede representar a los miles de jóvenes que han emigrado a Reino Unido para cobrar 9.000 euros al año "limpiando y poniendo hamburguesas" cuando él se embolsaba "9.000 euros al mes" por "susurrar en el oído de un empresario".

contador