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La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni.

Después de las incendiarias declaraciones de Joe Biden sobre Taiwán de principios de semana, y del anuncio de Putin de una movilización militar parcial de 300.000 reservistas rusos para la guerra de Ucrania el miércoles, Italia contribuirá el domingo a engrasar un poco más la rueda de los riesgos geopolíticos. Los analistas tratan de relativizar el impacto que supondría el triunfo esperado de una coalición de derechas (Hermanos de Italia, La liga y Forza Italia), pero la realidad es que hay miedo por lo que pueda ocurrir, especialmente en relación con el mercado de deuda.

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Fuente: Scope Ratings.

"La actual situación económica y de deuda del país supone un reto para el nuevo gobierno", reconoce Mondher Bettaieb-Loriot, jefe de Bonos Corporativos de Vontobel. "Sin embargo (...), la nueva herramienta antifragmentación del BCE, diseñada para reducir los riesgos fiscales a medida que suben los tipos, parece estar limitando el riesgo soberano y creo que el riesgo de impago de los bonos soberanos en Italia o en cualquier país de la periferia es más bien bastante bajo", añade.

Azad Zangana, economista senior y estratega de Schroders, entiende que a los inversores les preocupa que, si de las próximas elecciones sale una coalición populista, aumente el déficit público de forma insostenible. Muchos de los partidos populista también son contrarios a la Unión Europea (UE), lo que hace temer que los desacuerdos con otros Estados miembros puedan llevar a una reducción del apoyo fiscal y monetario a Italia, afirma.

"Ante este panorama, las agencias de calificación de deuda soberana podrían rebajar el ráting de Italia, haciendo aumentar el rendimiento de los bonos, lo que provocaría una reacción negativa en los mercados de renta variable", advierte.

BAJO LA SUPERVISIÓN DE EUROPA

Frente a estos puntos de vista, Hannah Piper, gestora de Schroders, sostiene que las elecciones italianas "no son una preocupación relevante". Desde su perspectiva, la soberanía real y la capacidad de acción de cualquier gobierno están bastante limitadas por las funciones de supervisión del Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea (CE).

"El diferencial del BTP (bono italiano) ya está valorando el resultado más probable, un gobierno de derechas. (...) Además, sigue existiendo un mecanismo del BCE, el Instrumento para la Protección de la Transmisión, que debería proporcionar una protección de último recurso en caso de que el BTP sea el blanco de los inversores internacionales", afirma Piper, que cree que a cualquier nuevo gobierno le conviene seguir cumpliendo con los compromisos acordados con la CE para continuar recibiendo el dinero del Plan Nacional para la Recuperación.

En línea con esta visión menos pesimista, la agencia Scope Ratings ha anticipado que no prevé modificar su rating actual de 'BBB+', con perspectiva 'estable', para Italia. También insiste en el poco margen que tendrá cualquier nuevo gobierno para hacer retroceder las reformas o aplicar políticas económicas "poco ortodoxas" debido a las limitaciones políticas y del mercado.

"Existe la preocupación de que un nuevo gobierno pueda rehuir algunas de las reformas necesarias para garantizar que Italia obtenga acceso a unos 200.000 millones de euros de fondos de la UE de su Mecanismo de Recuperación y Resiliencia posterior a la crisis. Sin embargo, creemos que las limitaciones a las que se enfrenta cualquier gobierno italiano una vez en el poder reducirán significativamente su margen de maniobra y, por lo tanto, determinarán en última instancia un estrecho conjunto de opciones de política económica", comenta.

El manifiesto de la alianza derechista promete fuertes recortes fiscales, jubilaciones anticipadas y amnistías para resolver los litigios fiscales en curso, lo que Scope considera difícil de aplicar en un país cuya deuda pública se sitúa en el 147% del PIB este año.

"No es factible que una coalición de extrema derecha sea capaz de aplicar su programa político durante varios años. (...) Los riesgos de que Italia posponga o incluso revierta las reformas y la política fiscal prudente en los próximos 12 o 18 meses son gestionables", reconoce.

VUELTA DE LA VOLATILIDAD

François Raynaud, gestor de multiactivos & Overlay de Edmond de Rothschild AM, advierte de que la volatilidad volverá al mercado tras los comicios.

"Debería volver la volatilidad en el momento de las negociaciones (de Italia) con Europa, que comenzarían en noviembre", augura.

"Las negociaciones sobre el plan de recuperación podrían retrasar algunos programas de inversión en Italia y las negociaciones sobre el presupuesto deberían ser complicadas, ya que Italia no tiene margen de maniobra sin las transferencias de dinero europeo y el programa de la coalición de derechas prevé muchas reducciones fiscales y de gasto, pero no indica cómo financiarlas, excepto reclamando nuevos fondos europeos. Por último, pero no por ello menos importante, desviarse de las normas presupuestarias podría impedir el uso de la nueva herramienta antifragmentación del BCE si fuera necesario", explica.

Raynaud añade que habrá que ver hasta qué punto el nuevo gobierno es capaz de resistir la presión de los mercados para utilizar el peso económico de Italia para negociar, y hasta qué punto Europa aceptaría cierta valoración del riesgo de fragmentación en los mercados para no conceder demasiado y allanar el camino a otros éxitos soberanistas.

Desde Edmond de Rothschild siguen siendo cautelosos con la deuda italiana, ya que creen que estas negociaciones podría elevar los diferenciales "muy por encima" de los 250 puntos básicos.

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